El Primavera mantiene las cifras del a?o pasado

Final feliz. Recuperando el t¨ªtulo de una de las canciones que Joan Miquel Oliver interpret¨® en el arranque de la ¨²ltima jornada del Primavera Sound, dos de sus responsable, Alberto Guijarro y Alfonso Lanza se mostraron satisfechos por la marcha del festival este a?o, que ten¨ªa previsto cerrar sus puertas con la llegada de las primeras luces del domingo. As¨ª pues, final feliz para un festival que han seguido unas 50.000 personas diarias, con lo que sumando las que asistieron a la jornada inaugural del mi¨¦rcoles sit¨²a el n¨²mero de visitas totales en torno a las 175.000. El festival se mantiene as¨ª en parecidas cifras de a las del a?o pasado, ajust¨¢ndose al aforo que la organizaci¨®n considera id¨®neo para que el p¨²blico pueda desplazarse sin problemas por el amplio espacio del F¨°rum, delimitado por siete kil¨®metros de vallas, que este a?o ha repetido la misma distribuci¨®n de escenarios del a?o pasado. Con respecto a la edici¨®n del a?o que viene, la organizaci¨®n anunci¨® que el Primavera Sound tendr¨¢ lugar entre el 1 y el 4 de junio, atrasando sus fechas, entre otras razones, por motivos de contrataci¨®n.

Y la aglomeraci¨®n que se recordar¨¢ de la edici¨®n de este a?o fue la que protagonizaron ante uno de los escenarios centrales el grupo ingl¨¦s alt-J. Una verdadera multitud se dej¨® llevar por la aparentemente compleja m¨²sica del cuarteto, una rara avis en el panorama musical. Y lo es porque sus canciones parecen pugnar por resultar esquivas y dificultosas, arregladas de manera que no resulten predecibles aunque puedan ser tarareables. El grupo ofreci¨® una actuaci¨®n larga, est¨¦ticamente impecable, con una correcta puesta en escena y un sonido muy cuidado. La multitud, con la mirada perdida y el anhelo en la expresi¨®n sigui¨® devotamente piezas como Hunger of Pine, Fitzpleasure, Matilda y Breezeblocks, todo y que el cuarteto se mantuvo g¨¦lido en escena, sin apenas relaci¨®n entre ellos y dando la sensaci¨®n de ser unos aplicados estudiantes dispuestos a encontrar el camino m¨¢s largo, complejo y virado para llegar de un punto a otro. Para ellos la l¨ªnea recta debe ser un invento de comodones. Por ello palpita la sospecha de que su emoci¨®n es fruto de un c¨¢lculo que en el fondo, y ah¨ª est¨¢ la cuesti¨®n, no puede disimular que las canciones no son tan complejas como parecen, sino que son revestidas con arreglos y capas de sonido. Mucho maquillaje.

Aparente sencillez

Todo lo contrario de lo que ocurre con Joan Miquel Oliver, responsable de abrir la programaci¨®n al aire libre en la tarde del s¨¢bado. En su caso las canciones parecen sencillas pero tienen la enorme complicaci¨®n de lograr las melod¨ªas que parecen salirle de su cabeza con aparente facilidad. En este juego de equ¨ªvocos, sus letras redondean la sensaci¨®n de que siempre hay gato encerrado, muy a pesar de que sus canciones tienen estructura pop y descansan en estribillos preciosos. En su concierto bajo el sol, un concierto que fue ganando adeptos a medida que avanzaba, interpret¨® una buena representaci¨®n de Pegasus, su m¨¢s reciente trabajo, e incluy¨® delicias de sus discos precedentes como Surfistes en c¨¤mera lenta o Hansel i Gretel y, claro, Final Feli?.