La canci¨®n por encima de todo
V¨ªctor Manuel y Ana Bel¨¦n suman m¨¢s de dos en el escenario
V¨ªctor Manuel y Ana Bel¨¦n llegaron a Barcelona con todo ganado pero no se conformaron con saborear la victoria previa, desde el escenario de Pedralbes ofrecieron un concierto serio y sin fisuras, de los que ponen al p¨²blico de pie. Y lo pusieron: La Puerta de Alcal¨¢ fue coreada por cientos de gargantas puestas en pie y agitando brazos. Incre¨ªble si se tiene en cuenta que no era un p¨²blico de baile y alboroto, sino todo lo contrario y que los fr¨ªos aplausos del inicio de la velada no incitaban a pensar en un final como aquel.
V¨ªctor y Ana hab¨ªan ganado la plaza de antemano porque el solo anuncio de su actuaci¨®n sirvi¨® para agotar todas las entradas. ?Antes que Bob Dylan! comentaban desde la organizaci¨®n y los signos de admiraci¨®n no eran superfluos.
A pesar de ese detalle el concierto comenz¨® algo distante. Como suele suceder las nuevas canciones, las de su disco Canciones regaladas, no eran conocidas por el p¨²blico y las incorporaciones propias en la primera mitad del concierto tampoco fueron nada destacables. Fue necesario que Ana Bel¨¦n atacara las primeras notas de L¨ªa para que todo comenzase a cambiar. La seriedad de la platea se torn¨® complicidad y, a partir de ah¨ª, ya todo fue cuesta abajo con un final apote¨®sico. La culpa la tuvieron algunas canciones indispensables en nuestra historia reciente: Solo le pido a Dios, Solo pienso en ti, El hombre del piano, Asturias, Contam¨ªname o la mencionada da Puerta de Alcal¨¢. Y unas interpretaciones sin aspavientos, cercanas y c¨¢lidas.
En el ambiente corr¨ªa un cierto morbo por ver que dec¨ªa el d¨²o, siempre comprometido con su realidad, sobre los recientes cambios de color en muchos ayuntamientos pero a lo largo de las m¨¢s de dos horas no hubo ni una sola referencia a la actualidad. Claro que el ambiente tampoco hubiera sido el m¨¢s adecuado para una declaraci¨®n pol¨ªtica fuera la que fuera.
Por encima de otras consideraciones triunf¨® la canci¨®n con may¨²sculas y, sobre todo, la canci¨®n con un contenido que va m¨¢s all¨¢ de las palabras cantadas. A las ya populares canciones de la pareja se a?adieron esa noche otras de Joaqu¨ªn Sabina, Jos¨¦ Afonso, Chico Buarque o Julio Numhauser (magn¨ªfica el Todo cambia del antiguo componente de Quilapay¨²n). Un abanico de sensaciones envuelto en el lujo de una magn¨ªfica banda, un buen juego de luces, una magnifica sonorizaci¨®n y un entorno de gran belleza que podr¨ªa haber chocado un poco con muchos de los mensajes emitidos pero que a nadie pareci¨® sorprender.
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