La noche fue negra

Fue la ¨²ltima noche del S¨®nar, y fue negra no porque los danzantes entonaran un Pobre De M¨ª despidi¨¦ndose hasta al a?o pr¨®ximo, que quiz¨¢s tambi¨¦n aunque sus caras no lo denotasen, sino porque la m¨²sica de obediencia negra se impuso en t¨¦rminos art¨ªsticos gracias a las actuaciones de FKA Twigs, Flying Lotus y los nacionales Pxxr Gvng. Eso sin olvidar el apabullante ¨¦xito del segundo concierto en S¨®nar de The Chemical Brothers que consiguieron apostar a todo el p¨²blico presente en el pol¨ªgono Pedrosa frente a su escenario, d¨¢ndose la que ha sido probablemente la mayor concentraci¨®n de p¨²blico en un solo escenario en toda la historia del S¨®nar.

Fue impresionante, ya que el SonarClub es un hangar sencillamente descomunal en el que caben decenas de miles de personas y en el que apenas se pod¨ªa entrar mientras actuaba el d¨²o ingl¨¦s. Llegando de otro escenario el p¨²blico se topaba con un muro humano que s¨®lo pod¨ªa franquearse dando un rodeo por la parte posterior, donde el p¨²blico rebasaba incluso los l¨ªmites del hangar. El d¨²o, que interpret¨® el mismo repertorio que en la noche del jueves, debi¨® llevarse una impresi¨®n notable, incluso para unos artistas como ellos, acostumbrados a los ba?os de multitudes. Pero esto era el S¨®nar, y cuando todo el personal se decide por un concierto de manera simult¨¢nea ya no se sabe muy bien d¨®nde buscar el espect¨¢culo, si en el escenario o en la pista. Est¨¢ visto que la fiesta, lo l¨²dico que se dice ahora con este notable uso de los sin¨®nimos, siempre tendr¨¢ cabida en un festival que se precia, si¨¦ndolo, de ser tambi¨¦n sesudo y abierto a los negocios.

Antes, coincidiendo con la triste actuaci¨®n de Duran Duran, un pulpo en un garaje, un espect¨¢culo visual paup¨¦rrimo, una banda a la que se le hizo enorme el mismo escenario que luego se qued¨® peque?o con Chemical Brothers, la pauta la marcaba FKA Twigs. La receta no parece tener misterio, un entorno sonoro brumoso, algo oscuro e inquietante sobre el que planea una voz sensual, perfectamente modulada proyectada por una artista carism¨¢tica, capaz de contonearse sensualmente aunque de una menara nada obvia, mientras interpreta como un pa?uelo de seda cayendo de forma vaporosa. Terciopelo en la bruma. Se podr¨ªa decir que hace rhythm and blues, pero no se imagine el convencional, sino uno m¨¢s contempor¨¢neo que se arrastra sin prisa, un poco "bristoliano", casi nunca acelerado orient¨¢ndose hacia el baile y siempre ofreciendo un perfil quebrado y que FKA Twigs ejecut¨® con tres m¨²sicos que tocaban percusiones tratadas. Como ejemplo t¨®mese una de las piezas que interpret¨®, "Two Weeks". Sensualidad sin az¨²car.

M¨¢s tarde, en el mismo escenario, Flying Lotus, un hombre orquesta que se llama Steven Ellison, ofreci¨® un espect¨¢culo fascinante en su concierto, en el que estaba ubicado en el interior de una extra?a forma geom¨¦trica donde recib¨ªa proyecciones psicod¨¦licas y coloristas. Por su parte ¨¦l, visible dentro de la estructura en la penumbra, llevaba dos luces en la cabeza que recordaban vagamente a las que usaron Orbital en el Sonar de 1.995, aunque a ¨¦l le daban un aspecto de siniestro insecto con forma humana. Su m¨²sica es como dejar abiertos de forma simult¨¢nea y con caudal diferente setenta aspersores. Traducci¨®n, capas y capas de sonido, en este caso emparentado puntualmente con el jazz al que no le faltaban unos graves demoledores. Su actuaci¨®n, hay entre el p¨²blico quien afirmaba que se limit¨® a poner pistas del disco y meterle unos cuantos efectos, tuvo un peque?o lastre, y es que como "You're Dead" es un ¨¢lbum de canciones, los silencios entre tema y tema romp¨ªan la torrencial musicalidad de la actuaci¨®n. El mismo Flying Lotus haciendo sesiones en otros S¨®nar ha sido mucho m¨¢s continuo y embriagante, todo y que a pesar de ellos su concierto mereci¨® indiscutiblemente la pena.

Finalmente la juerga estall¨® con Pxxr Gvng, frente a cuyo escenario s¨®lo se situaron dos tipos de espectadores: los amigos del grupo y la prensa nacional. Actuando como una verdadera pandilla, en escena lleg¨® a haber cerca de un par de docenas de personas, muchas de ellas amigas bailando y, cuando toc¨®, perreando, el grupo transmiti¨® naturalidad, convencimiento y actitud, aunque tambi¨¦n una cierta sensaci¨®n de fragilidad a la hora de enfrentarse con lo que llega, no otra cosa que un contrato con multinacional que puede acabar como el rosario de la aurora. Pero ahora mismo son un diamante en bruto en el ¨¢mbito del trap -una suerte de cruce entre el hip-hop y producci¨®n electr¨®nica con bajos muy gordos-, y sus bases, tambi¨¦n regetoneras, a cargo de Steve Lean, son estupendas. De hecho La Mala ya le ha usado como productor en un tema, y la misma Mala subi¨® a escena para apoyar en un corte a esta banda que en cualquier sentido va a seguir dando que hablar. Y ha sido el S¨®nar, en una noche negra, el primer festival de campanillas en situarlos en un escenario. L¨¢stima que el p¨²blico extranjero tanga tan poca curiosidad por el producto local. Pero bien, esta vez hab¨ªa excusa, justo al lado Chemical Brothers multiplicaban al p¨²blico como panes y peces en una boda en Can¨¢.