Sobre riesgos y vanguardias
La artista madrile?a La Ribot presenta en el teatro Valle Incl¨¢n su pol¨¦mica obra ¡®El triunfo de la libertad¡¯
Un arriesgado y vanguardista programa doble estar¨¢ en el teatro Valle Incl¨¢n el viernes y el s¨¢bado. Dos piezas de dif¨ªcil clasificaci¨®n lo componen, pues en ellas inciden el teatro, la danza (en su fase m¨¢s conceptual), la m¨²sica, el arte performativo y el teatro: El triunfo de la libertad, creaci¨®n colectiva de la bailarina y performer La Ribot (Mar¨ªa Jos¨¦ Ribot), el actor santanderino Juan Loriente y el performer y artista multimedia Juan Dom¨ªnguez; la segunda pieza se titula Hacia un ruido,ideada por la poeta Mar¨ªa Salgado y el compositor Fran MM Cabeza de Vaca. Ambas obras tuvieron su g¨¦nesis y deb¨² en 2014 y se plantean como procesos abiertos.
La Ribot acaba de regresar de la Bienal de Arte de La Habana, donde obtuvo un sonoro triunfo impactante no exento de pol¨¦mica, y si se quiere extrapolar, la misma controversia que ha generado El triunfo de la libertad tanto en su estreno ginebrino como despu¨¦s, en las presentaciones en el Centro Pompidou de Par¨ªs. La artista madrile?a, siempre inconforme, arriesgando y muy vertical en sus posturas, residente en Suiza desde hace a?os, responde desde su periplo en la feria Art Basel antes de viajar a Espa?a para poner a punto esta compleja pieza, donde se despliega un sofisticado aparato tecnol¨®gico de pantallas led, textos y muchas y variadas referencias art¨ªsticas e ideol¨®gicas: ¡°Primero debo decir que es una colaboraci¨®n a tres, un antiguo deseo de los tres, Loriente, Dom¨ªnguez y yo misma, de trabajar juntos, y desde el a?o 2000 lo estamos intentando; 14 a?os despu¨¦s nos hemos reunido por fin¡±. Los primeros pasos de la obra se han dado en Madrid: ¡°Empezamos con una residencia que nos otorg¨® La Casa Encendida y de ah¨ª pasamos a una intensa relaci¨®n epistolar, Juan Dom¨ªnguez entre Berl¨ªn y M¨¦xico, Juan Loriente en Santander, y yo en Ginebra. Despu¨¦s nos encontramos en M¨¦xico y fuimos a un sitio que estaba en una calle llamada El triunfo de la libertad; a partir del t¨ªtulo, generamos los contenidos, se convirti¨® en esa paradoja que puede suceder siempre. Ha sido uno de los procesos m¨¢s dif¨ªciles y bonitos de toda mi trayectoria; trabajamos sobre la idea de escribir como si fu¨¦ramos el otro¡±.
Pero este regreso y estreno en el teatro Valle Incl¨¢n tiene una importancia sentimental, cronol¨®gica y art¨ªstica muy especial para La Ribot. En realidad, ella est¨¢ haciendo un viaje circular a la m¨ªtica sala Olimpia, donde en 1991 estren¨® 12 toneladas de plumas, una obra premonitoria con 20 figurantes (algo ahora habitual; en aquellos d¨ªas, una novedad que rozaba lo ins¨®lito): ¡°S¨ª, es muy importante para m¨ª esa memoria. Era la primera vez que usaba figurantes y despu¨¦s esa pr¨¢ctica se convirti¨® en una constante de mi trabajo creativo¡±.
El triunfo de la libertad tambi¨¦n se present¨® en el Trienal del Ruhr y en Santiago de Compostela, y La Ribot puntualiza: ¡°La obra habla de los bucles, de las historias que se repiten. El p¨²blico ha estado muy dividido tanto en Ginebra como en Par¨ªs. La obra habla de una aceptaci¨®n, de trayectorias que confluyen, de pensar juntos. Es una producci¨®n gestada desde mi compa?¨ªa con sede en Ginebra y, entre otras cosas, en cada teatro o espacio, las luces son espec¨ªficas y diferentes. El espectador se encuentra solo ante un texto que discurre en la pantalla¡±.
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