El fin verdadero

Lo primer¨ªsimo que se ha visto en el ¨²ltimo pleno de esta X? legislatura (durante la que a penas se ha legislado), ha sido la votaci¨®n de los dict¨¢menes aprobados en la comisi¨®n sobre el caso Pujol y otros trastornos opacos. ?Ha aceptado el Parlament todas las resoluciones presentadas? Casi. De los 397 puntos que integraban el documento tan s¨®lo se han rechazado ocho. Una nimiedad, pero ?qu¨¦ pedazo de nimiedad!

Por ejemplo, el Parlament se ha negado a aprobar el p¨¢rrafo donde se apunta que el president Mas pudo tener conocimiento de que su padre guardaba dinero sin regularizar en Liechtenstein mientras ¨¦l ejerc¨ªa de conseller. Fue el grupo Popular quien pidi¨® a la Mesa que se leyeran esas l¨ªneas en voz alta para chacota de su parte del hemiciclo, y el vicepresidente segundo, el convergente Llu¨ªs Coromina, las pronunci¨® lejos del micro intentando que nadie le oyera. Los populares gru?eron, y ya s¨ª, se procedi¨® a su votaci¨®n. Entonces surgi¨® de entre los esca?os la caballer¨ªa republicana con los dos dedos en alto del voto en contra para salvarle el tipo al President en el Little Big Horn de los trapos sucios. De id¨¦ntico modo le socorrieron cuando se apuntaba la amistad entre los hijos de Pujol y altos cargos del Govern durante el mandato de Mas. ERC es un partido que cuando se le mira hace una cosa, y cuando no se le mira hace la contraria, ya que luego s¨ª que vot¨® en favor un texto agrupado entre otros donde se se?alaba a Mas como beneficiario de una cuenta bancaria en Liechtenstein durante 24 a?os, mientras era m¨¢ximo responsable de la Hacienda catalana.

La reprobaci¨®n del ex president Pujol era inevitable, y ah¨ª nadie ha podido ni ha querido hacer nada por librarle de la humillaci¨®n. ?Nadie? No, claro, los convergentes, los eternamente suyos, se han opuesto. Su ¨²ltimo portavoz en la comisi¨®n, el abogado David Bonveh¨ª, ha salido a la tribuna de oradores para explicar que naci¨® el mismo a?o en que fue investido Jordi Pujol, que lo quiere m¨¢s que a Shin-chan y que si ha habido algo in¨²til y que no le ha gustado en toda la legislatura ha sido precisamente esta comisi¨®n. S¨®lo le ha aplaudido su grupo. En realidad, los oradores eran aplaudidos ¨²nicamente por sus propios grupos, y alguno ni por los suyos, lo cual da una idea del ensimismamiento y de la falta de compa?erismo entre los partidos en temas tan trascendentes como la corrupci¨®n pol¨ªtica. Parec¨ªa que m¨¢s bien se votaba por conveniencias, de modo que a lo largo de la sesi¨®n los votos de los grupos se un¨ªan y se repel¨ªan como imanes locos, excepto los de la CUP, que han estado nerudianos (callados, ausentes), pues se han negado en rotundo a votar. Y sin embargo, ha sido esta gloriosa comisi¨®n el motor profundo de la legislatura. Ha sido en esta comisi¨®n donde de verdad la democracia ha estado sucediendo jornada tras jornada, enfrentamiento tras enfrentamiento. Nos ha mostrado que el debate, el preguntarse, el plantar cara a los poderes m¨¢s siniestros, no s¨®lo merece el intento sino que es el fin verdadero de una democracia. Ha molado mucho.