Rizal en Barcelona
El gran h¨¦roe de la independencia de Filipinas vivi¨® en la Fonda Espa?a, hoy Hotel Espa?a
Por la calle de Sant Pau, en la misma acera del Liceo se encuentra el Hotel Espa?a y sus m¨¢s de ciento cincuenta a?os de historia. En la fachada, contrastando con el elegante modernismo de la restauraci¨®n que hizo en su d¨ªa Dom¨¨nech i Montaner, hay una sencilla placa que recuerda el paso por este establecimiento de Jos¨¦ Rizal, el gran h¨¦roe de la independencia de Filipinas.
En la novela ¡®Noli me tangere¡¯, denunci¨® el colonialismo hispano
Rizal era hijo de campesinos acomodados, y proced¨ªa de una familia donde se mezclaba la herencia espa?ola con la china y la malaya. Estudi¨® en Manila con los jesuitas, y despu¨¦s march¨® a Madrid para cursar Medicina. En barco hasta Singapur, Colombo, Ad¨¦n, el canal de Suez, N¨¢poles, incluso el castillo de If donde hab¨ªa estado preso el conde de Montecristo. Y desde Marsella en tren hasta Barcelona, donde lleg¨® a principios del verano de 1882. A Rizal nuestra ciudad no le gust¨® demasiado, entonces una capital provinciana de calles estrechas y oscuras, empobrecida tras el crack burs¨¢til que sigui¨® a la Febre d'Or. Aqu¨ª vivi¨® con estrecheces en diversas pensiones, una de ellas la Fonda Espa?a (hoy Hotel Espa?a). En Barcelona escribi¨® el art¨ªculo El amor patrio, que public¨® con seud¨®nimo en un peri¨®dico de Manila. De la capital catalana viaj¨® a Madrid, donde se hizo mas¨®n y se licenci¨® en Medicina. Se traslad¨® a Par¨ªs y a Heidelberg para ejercer de oftalm¨®logo. Y all¨ª public¨® una primera novela, Noli me tangere, donde denunciaba el colonialismo hispano. A su regreso a Filipinas comenz¨® a colaborar en La Solidaridad, el peri¨®dico fundado en Barcelona por el exilio filipino. A Rizal y a sus camaradas, la prensa af¨ªn al gobierno les llamaba ¡°filibusteros¡±.
M¨¦dico y escritor, fue fusilado por sus ideas ¡®subersivas¡¯ y ¡®rebeldes¡¯
La tensi¨®n que gener¨® su novela (considerada subversiva y antipatri¨®tica) le oblig¨® a abandonar de nuevo su hogar para iniciar un largo periplo. Viaj¨® a Saig¨®n, de all¨ª a Jap¨®n, cruz¨® el oc¨¦ano Pac¨ªfico, lleg¨® a California, atraves¨® Norteam¨¦rica en tren hasta Nueva York, naveg¨® por el oc¨¦ano Atl¨¢ntico hasta Londres, Par¨ªs y Madrid, donde conoci¨® al expresidente de la Primera Rep¨²blica, Francesc Pi i Margall. Despu¨¦s pas¨® del Mediterr¨¢neo al ?ndico por el canal de Suez, luego Singapur hasta llegar a Hong Kong, ciudad en la que fund¨® la nacionalista Liga Filipina. Para acabar finalmente en Manila, donde el capit¨¢n general del archipi¨¦lago, Eulogi Despujol i Dusay, lo confin¨® desterrado como m¨¦dico a la poblaci¨®n de Dapitan, en la isla de Mindanao. Desde aquel lugar se hizo famoso por los ex¨®ticos ejemplares de especias animales que enviaba a sus colegas cient¨ªficos, debido a lo cual hay una rana bautizada como Rhacophorus Rizali, y un escarabajo llamado Apogonia Rizali.
M¨¦dico en Cuba
Todav¨ªa en su exilio, a Rizal le llegaron noticias en 1896 de la revuelta del partido Katipunan, abiertamente secesionista, de la que las autoridades le hac¨ªan responsable principal. Para demostrar su inocencia, se alist¨® como m¨¦dico militar en la Guerra de Cuba y march¨® de nuevo hacia Espa?a en el vapor-correo Isla de Panay. Pero result¨® arrestado a bordo, y llevado a Barcelona en calidad de prisionero. La casualidad quiso que el nuevo capit¨¢n general de Catalunya fuese su antiguo adversario Eulogi Despujol, que confin¨® a Rizal en una celda del castillo de Montju?c. Y despu¨¦s lo reembarc¨® con destino a Manila, donde fue condenado a ser fusilado.
H¨¦roe nacional¡¯ cuando Filipinas pas¨® a manos norteamericanas
La madrugada de su ejecuci¨®n escribi¨® el poema Mi ¨²ltimo adi¨®s y asisti¨® a misa con su mujer, la belga Josephine Braecken. Ante el pelot¨®n se neg¨® a que le vendaran los ojos, y aunque le quisieron ejecutar de espaldas, en el ¨²ltimo instante se dio la vuelta para poder ver a sus ejecutores. Tan solo dos a?os m¨¢s tarde, las islas Filipinas pasaban de manos espa?olas a norteamericanas, y Rizal se convert¨ªa en su h¨¦roe nacional. En 1912, los jesuitas le quisieron dar cristiana sepultura, pero la familia prefiri¨® que fuese inhumado seg¨²n el rito mas¨®nico. En 1933 se dijo que le iban a dedicar una plaza, pero hasta 1960 no se bautiz¨® una calle como Doctor Rizal. A¨²n tard¨® m¨¢s el castillo de Montju?c, donde en abril de 2011 se dio el nombre de Sala Jos¨¦ Rizal a la celda donde estuvo prisionero. Junto a este Hotel Espa?a (iron¨ªas de la memoria), se recuerda a quien cay¨® por la independencia de su pa¨ªs, un m¨¦dico y escritor que nos visit¨® en dos ocasiones: cuando era un joven estudiante, y al final de su vida como un reo que iba camino de la muerte.
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