El Ebro gana una catedral
La bas¨ªlica de Santa Mar¨ªa en Tortosa se asoma al r¨ªo por primera vez en 500 a?os
El olor a r¨ªo ya es perceptible desde las escaleras de la catedral de Tortosa. La aceleraci¨®n de los trabajos de derribo de la media docena de casas que, desde el siglo XIX, ocultaban la fachada barroca del templo g¨®tico ha transfigurado la orilla izquierda del Ebro a su paso por la ciudad. Tortosa estrena silueta, skyline si se prefiere as¨ª, al tiempo que la Catedral de Santa Mar¨ªa ¡ª con la actual planta de 1347 pero edificada sobre uno anterior¡ª proyecta directamente su estampa sobre el lecho del r¨ªo.
La bas¨ªlica, de tres naves con b¨®vedas de crucer¨ªa sostenidas por grandes pilares que recuerdan a la catedral de Barcelona, ha consumido d¨¦cadas encajada entre las angostas calles del casco viejo. Una zona poco lustrosa de la ciudad y donde, el avanzado estado de dejadez de no pocos de los edificios, ha provocado problemas de salubridad y de seguridad por el desplome de algunos bloques. A pesar de todo, el proceso de ¡°excarcelaci¨®n urban¨ªstica¡± del templo no ha sido ¨¢gil ni r¨¢pido. Tampoco ha estado exento de pol¨¦mica.
El propio alcalde, Ferran Bel (CDC), reconoce que el proyecto ha tardado ¡°51 a?os en llevarse a cabo¡±. La demolici¨®n de la hilera de casas que ocultaban la Seo se plane¨® por primera vez en 1964. Bel ha asegurado que, durante el ¨²ltimo medio siglo, todos los consistorios han apoyado la idea de asolar el desvencijado paquete de viviendas de la calle Croera. Desde el ayuntamiento se insiste en la voluntad generalizada de los ciudadanos para ejecutar un proyecto que debe culminar con una gran plaza di¨¢fana, cuya inauguraci¨®n est¨¢ prevista para 2017.
M¨¢s all¨¢ de intenciones, la realidad es que el proyecto ha ido de atasco en atasco. No fue hasta hace pocas semanas que las excavadoras empezaron a trabajar. Y han derribado con premura porque la idea es que el espacio est¨¦ despejado para las inminentes Fiestas de la Cinta ¡ªel primer domingo de septiembre¡ª, patrona de la ciudad y que cuenta con una capilla consagrada dentro del recinto catedralicio. Por contra, la Comisi¨®n C¨ªvica de Patrimonio de las Terres de l'Ebre se hab¨ªa posicionado para que el derribo se realizara sin prisas, ¡°de arriba a abajo¡±, usando maquinaria peque?a y medios manuales.
Voces encontradas
La entidad, que est¨¢ presidida por Vict¨°ria Almuni, doctora en Historia del Arte y experta en patrimonio arquitect¨®nico, present¨® un dictamen donde se recog¨ªan ¡°razones patrimoniales e hist¨®ricas que recomiendan conservar estas edificaciones¡±. Se apuntaba que las casas han sido vestigio de la antigua muralla fluvial que proteg¨ªa la ciudad y que son huella de la tradici¨®n romana de perimetrar las capitales. El informe presentaba a la propia calle Croera como una antigua v¨ªa romana y razonaba la necesidad de actuar con cautela sobre un patrimonio que, si se derru¨ªa, no tendr¨ªa vuelta atr¨¢s.
Josep Francesc Moragrega, vicepresidente de la Comisi¨®n C¨ªvica de Patrimonio, no esconde que el organismo se ha encontrado solo a la hora de defender la conservaci¨®n de las casas. Del mismo modo manifiesta las dificultades que entra?a plantear objeciones cuando las excavadoras entran en acci¨®n: ¡°Nos tendremos que conformar con analizar los informes que se hagan a posteriori. Supuestamente el sistema ya tiene sus mecanismos para que se cumpla lo que se tenga que cumplir¡±.
El Ayuntamiento no acepta que se ponga en duda el control minucioso sobre los trabajos y el alcalde destaca que un equipo de la Universitat Rovira i Virgili (URV) supervisa las tareas desde el punto de vista arqueol¨®gico y que, adem¨¢s, se somete todo a la inspecci¨®n de los t¨¦cnicos del departamento de Cultura.
Bel desgrana que se ha procedido a la conservaci¨®n de distintos elementos de las fachadas, balcones, piedras con inscripciones incluso anteriores a la fecha de construcci¨®n de las casas y de otras piezas potencialmente interesantes que est¨¢n a expensas de la valoraci¨®n de los t¨¦cnicos. Y lamenta las voces cr¨ªticas, especialmente el dictamen de la Comisi¨®n C¨ªvica de Patrimonio. ¡°No dijeron ni p¨ªo cuando el proyecto estaba en fase de exposici¨®n p¨²blica. Entonces era el momento de hablar¡±, recuerda.
T¨¦cnicos de Cultura
El historiador Joan-Hilari Mu?oz, natural de Tortosa y con varias obras sobre la catedral publicadas, dice comprender las reivindicaciones de quienes prefer¨ªan conservar la cl¨¢sica estampa del templo parapetado. Sin embargo, afirma que ¡°no tiene sentido una fachada de 45 metros con una calle estrecha delante¡±. En la primera imagen que se conserva de Tortosa, fechada de 1563, aparecen casas delante de la catedral pero Mu?oz matiza que ¡°no eran casas de 5 o 6 pisos de altura como las que hab¨ªa ahora¡±. El historiador a?ade que ¡°mientras en Barcelona, con la catedral, o en Par¨ªs, con Notre Dame, hubo la posibilidad econ¨®mica de abrir espacios frente a los templos ya hace a?os, en Tortosa no se ha podido hacer hasta el siglo XXI¡±.
Lenta negociaci¨®n con las 31 familias afectadas
El Ayuntamiento de Tortosa achaca la tardanza en la realizaci¨®n del proyecto a las complicaciones que ha entra?ado negociar con hasta 31 propietarios distintos de los 6 edificios afectados, incluido un recurso contra la expropiaci¨®n al Tribunal Supremo. El ¨²ltimo de los vecinos afectados dej¨® su casa hace un par de meses.
Maria Cinta Rub¨¦, de 82 a?os y vecina del barrio, est¨¢ sentada en un banco frente al edificio de la comunidad de regantes y observa a la gente que, a pocos metros, se entretiene viendo el derribo. No duda que abrir la catedral al r¨ªo es una buena noticia. ¡°Aquellas casas estaban asquerosas, en cualquier momento se habr¨ªan ca¨ªdo¡±, sentencia.
Carme Calvet y su vecina Rosita, tambi¨¦n residentes en Remolins, el arrabal donde est¨¢ la catedral, titubean antes de dar una valoraci¨®n sobre el abatimiento de las viviendas. ¡°Es verdad que casi todas estaban en mal estado pero la de la esquina estaba bien y es normal que los propietarios est¨¦n quejosos porque la ubicaci¨®n es excelente¡±, coinciden.
Uno de los argumentos que esgrimen los contrarios a la demolici¨®n es que se borran de un plumazo elementos identificativos de esa parte de la ciudad. ¡°Nosotros recordamos cuando el r¨ªo llegaba a la altura de las casas. En su momento se decidi¨® hacer una calle donde antes llegaba el agua con las crecidas y la mar de bien¡±, dicen algunas vecinas.
Entretanto, delante de los escombros sigue en pie el monumento franquista, 45 metros de altura, que las tropas nacionales levantaron para celebrar su victoria en la batalla del Ebro. Hay quien defiende dejarlo ah¨ª, tal cual, y otros quieren pulverizarlo.
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