El milagro del turismo

El sector exterior ha sido en los ¨²ltimos a?os la v¨¢lvula de escape de la crisis. La industria tur¨ªstica fue, durante este periodo, el principal motor de la econom¨ªa al batir r¨¦cords hist¨®ricos en la llegada de viajeros for¨¢neos. Catalu?a volvi¨® a ser el a?o pasado la comunidad con mayor actividad al recibir 16,8 millones de turistas extranjeros. Entre 2012 y 2014 el volumen de viajeros procedentes de otros pa¨ªses subi¨® el 16,6%, lo cual permiti¨® paliar los da?os que sufri¨® el sector por la dr¨¢stica ca¨ªda de turistas catalanes y del resto de Espa?a. Esa subida fue acompa?ada de un aumento parejo del gasto total, pero no del dispendio medio, que incluso ha empezado a ceder en el ¨²ltimo a?o.

La industria tur¨ªstica catalana se ha beneficiado de dos factores: el tir¨®n internacional de la marca Barcelona y la inestabilidad pol¨ªtica en otros destinos de sol y playa competidores, en especial del norte de ?frica. Los mercados tradicionales, en especial Francia, han seguido creciendo y han permitido compensar la debacle del mercado ruso por la crisis de Ucrania y la devaluaci¨®n del rublo. Despu¨¦s de aumentos anuales superiores al 40%, el mercado ruso lleva un descenso del 33,6% en los ¨²ltimos doce meses, seg¨²n el Departamento de Empresa y Empleo.Sin embargo, el gasto medio de los turistas no ha aumentado al mismo ritmo. Entre 2012 y 2014 lo ha hecho un 4,5%, y el a?o pasado incluso baj¨® el 0,8%.

A pesar de los buenos datos, en Catalu?a todav¨ªa hay una doble velocidad en el turismo. Barcelona tiene una planta hotelera nueva que no ha hecho sino crecer y se ha consolidado como destino de congresos. La mejor muestra es el Mobile World Congress, que ha renovado hasta 2023. Sin embargo, esos establecimientos conviven con una oferta mucho m¨¢s obsoleta que se concentra en zonas de la Costa Daurada, el norte del Maresme y el sur de la Costa Brava. Algunas de esas localidades siguen dependiendo de los operadores tur¨ªsticos, que llenan sus camas a cambio de precios de derribo, y siguen sufriendo los efectos del llamado turismo de borrachera, que ha empa?ado los esfuerzos que han realizado algunos destinos tur¨ªsticos por renovarse.

La renovaci¨®n de esas ¨¢reas tur¨ªsticas con infraestructuras obsoletas es una de las mayores tareas pendientes de la Administraci¨®n, que tambi¨¦n se ve obligada a sufragar acciones de promoci¨®n tur¨ªstica. A pesar de que tanto el sector como CiU hab¨ªan desde?ado siempre la posibilidad de instaurar una tasa sobre las estancias tur¨ªsticas, la insuficiencia de fondos llevaron a que la Generalitat decidiera instaurarla.

Desde su puesta en marcha en 2012, y hasta diciembre del a?o pasado, se recaudaron 82 millones de euros. Una parte del tributo va a los ayuntamientos y otra a actividades de promoci¨®n y a infraestructuras tur¨ªsticas. Parte de la recaudaci¨®n, por ejemplo, sirvi¨® para sufragar las aportaciones del Ejecutivo catal¨¢n al Circuit de Montmel¨® para garantizar el mantenimiento del Gran Premio de F¨®rmula 1 o la instalaci¨®n de la pista de hielo en la plaza de Catalunya de Barcelona por Navidad.

El otro gran desaf¨ªo de la Generalitat es el de dar un encaje a la llamada econom¨ªa colaborativa. El auge de plataformas como Airbnb han complicado el control de la oferta tur¨ªstica al margen de los hoteles. La pol¨ªtica de la Generalitat ah¨ª ha sido de palo y zanahoria. El verano pasado el Gobierno catal¨¢n decidi¨® plantar cara al portal de Internet y a siete plataformas al imponerle una mula de 30.000 euros por comercializar apartamentos tur¨ªsticos ilegales. Sin embargo, este a?o el Ejecutivo de Artur Mas ha decidido legalizar parte de esa oferta, de modo que los hogares podr¨¢n hospedar a turistas por estancias que no duren m¨¢s de 31 d¨ªas a cambio de que est¨¦n sujetos a la tasa tur¨ªstica. De momento, la medida ha sido criticada por los hoteleros y, en cambio, calificada de ¡°restrictiva¡± por Competencia.