La huelga es la vida
Albert Botran, quinto en las listas de la CUP, y David Fern¨¢ndez, que encabez¨® la candidatura y esta vez la cierra, han visitado a los trabajadores huelguistas de Valeo
Ya llevan 57 d¨ªas de acampada los trabajadores de Valeo (componentes para veh¨ªculos) a las puertas de su factor¨ªa de Martorelles. En el Vall¨¨s Oriental, los pol¨ªgonos industriales son como tanatorios, ah¨ª, entre las matas y los pinos, con el canto raro de los p¨¢jaros. A los trabajadores y a los muertos se les lleva donde no se los vea. El asfalto caliente, las rotondas, el puente de hormig¨®n que tiembla cuando pasan los coches, los nombres de las f¨¢bricas que no son palabras, el olor del c¨¦sped poligonero, la niebla triste y obrera de todas las ma?anas del Vall¨¨s. La pancarta Valeo no es tanca a la entrada del pol¨ªgono.
Este mi¨¦rcoles han ido a visitar a estos trabajadores Albert Botran (quinto en las listas de la CUP) y David Fern¨¢ndez (que encabez¨® la candidatura y esta vez la cierra). Se trata de una plantilla de m¨¢s de 250 personas, que se enfrenta a la deslocalizaci¨®n. Se los llevan a Zaragoza. La mitad tiene entre 45 y 55 a?os. Un Berlingo ha dejado a Botran y a Fern¨¢ndez tras las vallas. Los trabajadores les aplauden al verlos entrar en compa?¨ªa de sus delegados. Juntos, en bater¨ªa, m¨¢s a lo Grupo salvaje que a lo Novecento. Colgados en la verja los uniformes blancos ahora son pancartas, pero hasta hace dos meses era la ropa de trabajo que la gente tend¨ªa en sus casas. Simbolizaban la seguridad de que se pod¨ªa seguir comiendo y viviendo. Han escrito en ellos como se escribe en el yeso de los brazos rotos: ¡°no al cierre¡±, ¡°sin lucha no hay dignidad¡±.
David Fern¨¢ndez y Albert Botran se han reunido con los huelguistas en las carpas: una amalgama de tiendas de campa?a, telas y pl¨¢sticos. Sobre el alquitr¨¢n del suelo, cae a plomo el sol brutal de las afueras. Hasta que empez¨® el cole, tambi¨¦n hubo aqu¨ª una piscina para los ni?os, una porter¨ªa de f¨²tbol y cine de verano. En una hilera de mesas atestada de compa?eros en lucha, Juan, del comit¨¦ de empresa, les pide a Fern¨¢ndez y a Botran que emplacen a la Generalitat para que medie en Francia con la central de Valeo. Y que se piensen con qui¨¦n van a pactar en la lucha por el s¨ª. Y que difundan el n¨²mero de cuenta de su caja de resistencia. Es una caja peque?a de cart¨®n pegada con celo, que lleva escrito el nombre en letras de colores. Despu¨¦s de la reuni¨®n, cerca de media hora, la gente se hace fotos abrazada a David Fern¨¢ndez, y Albert Botran les habla por el meg¨¢fono de mano. La tierra bald¨ªa del Vall¨¨s supurando f¨¢bricas. Los obreros en huelga. Donde da la sombra, comen a mediod¨ªa unos trabajadores sentados en el suelo y otros fuman agachados con el paquete de tabaco en la mano. Lo que se nos oculta y se llama vida.
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