¡°En Valencia se ha invertido en modernidades poco afortunadas¡±
El arquitecto y urbanista ha sido nombrado hijo predilecto de la capital valenciana
El Ayuntamiento de Valencia ha nombrado al arquitecto Carles Dol? (1949) hijo predilecto de la ciudad. No se siente c¨®modo con los honores pero ha recibido felicitaciones de tanta gente y tan diversa que est¨¢ contento con la distinci¨®n. El Consistorio destaca su contribuci¨®n a que el antiguo cauce del T¨²ria se convirtiera en un r¨ªo verde y que el cemento no avanzara en El Saler. ¡°Lo entiendo como el reconocimiento a una generaci¨®n que hace 40 a?os comenz¨® a trabajar por esta ciudad, empezamos con la defensa del Saler, seguimos con la del cauce del T¨²ria y luego vinieron otras batallas como la de la huerta o la de Salvem El Bot¨¤nic¡±, esgrime Dol?. Esos son algunos de sus m¨¦ritos.
?Pregunta. Se le asocia a la corriente de la arquitectura humanista. ?A qu¨¦ se dedica un arquitecto humanista?
Respuesta. Parte de un criterio de servir a lo p¨²blico y a las personas, y ese criterio que debe orientar el trabajo de todos los profesionales, significa trabajar sobre aspectos materiales de la vida de la gente. La participaci¨®n del usuario en la arquitectura y en el urbanismo es una condici¨®n ineludible y una de las caracter¨ªsticas de esa te¨®rica arquitectura humanista. Hay una larga tradici¨®n.
P. ?Ha habido espacio para la arquitectura humanista entre tanto edificio espectacular?
Me duele que hayamos copiado tanto de otras ciudades y urbanismos
R. Son muy silenciosos pero hay otras personas de mi generaci¨®n, Rafael Rivera, por ejemplo, que la han practicado. Tambi¨¦n me he encontrado con una generaci¨®n joven muy buena, donde hay muchas mujeres, que tiene esa preocupaci¨®n. Es una generaci¨®n que est¨¢ padeciendo mucho porque no tiene faena pero trabaja en temas de participaci¨®n urbana como un criterio fundamental. Es una labor callada, no tiene una gran visibilidad y tampoco es nueva.
P. ?Valencia ha superado la etapa de los arquitectos estrella?
R. No creo que hayamos salido vacunados de esa tendencia. Hay tanta tradici¨®n de arquitectos humanistas como de arquitectos estrella. Hay gente que ha sabido venderse a lo largo de la historia y algunos contin¨²an haci¨¦ndolo, pero es verdad que la crisis ha provocado una reflexi¨®n dentro de la profesi¨®n de rehabilitar m¨¢s, de crecer hacia el interior, de practicar una arquitectura sostenible. Esa reorientaci¨®n se ha dado no solo entre muchos arquitectos normales sino tambi¨¦n en grandes estudios. Norman Foster o Renzo Piano han reorientado un poco por ah¨ª sus trabajos.
P. ?Qu¨¦ otro arquitecto le inspira?
Valencia tiene unos criterios de movilidad completamente desfasados, alejados de la sostenibilidad
R. Mi preferido es Alvar Aalto. ?l hac¨ªa una arquitectura human¨ªstica, con criterios medioambientales; ahora hay muchos m¨¢s. Aalto se sali¨® un poco de la corriente dominante, que representaba el estilo internacional de Le Corbusier, e hizo de alg¨²n modo la guerra por su cuenta. No se hizo famoso entonces pero luego le hemos comprendido y para m¨ª ha sido siempre una referencia. Piano tiene muchas cosas en ese sentido.
P. ?C¨®mo ve Valencia el ciudadano Dol??
R. Como ciudadano creo que una de las cuestiones pendientes es la movilidad. Valencia tiene unos criterios de movilidad completamente desfasados, alejados de la sostenibilidad. Llevamos d¨¦cadas d¨¢ndole prioridad al coche y eso tiene consecuencias negativas sobre el bienestar de la gente. Hay que hacer una reconversi¨®n profunda porque no hay pr¨¢cticamente nada hecho. Si nos comparamos con centenares de ciudades europeas, incluso algunas espa?olas, Valencia est¨¢ a la cola. La gente a veces me pregunta ?hay que peatonalizar la ciudad? No estoy diciendo eso, habr¨¢ que peatonalizar algunas cosas, pero lo que desde luego s¨ª hay que cambiar son los criterios con los que nos movemos. Y eso significa utilizar el transporte p¨²blico, utilizar medios sanos como la bicicleta o caminar, y olvidarnos del coche para trayectos cortos e internos. En la ciudad, el coche es cada vez m¨¢s inc¨®modo para el conductor, no solo por el trayecto sino tambi¨¦n a la hora de aparcar. La ciudad tiene unas dimensiones limitadas y no est¨¢ pensada para la cantidad de coches que hay en la v¨ªa p¨²blica.
P. ?Y el urbanista Dol??
El IVAM es una modernidad afortunada como arquitectura
R. Necesitamos un urbanismo pensado desde el punto de vista metropolitano. Venimos hablando d¨¦cadas de la comarca de l¡¯Horta y podemos seguir llam¨¢ndola as¨ª pero esto es una metr¨®poli, una metr¨®poli singular. Y su singularidad radica en sus atractivos medioambientales. Somos una ciudad mar¨ªtima, con un parque natural a las puertas de casa, que es la Albufera, tenemos un jard¨ªn que hoy articula la ciudad, que es el jard¨ªn del Turia, y un medio que nos une a otros municipios que es la huerta.
P. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s le duele de Valencia?
R. Me duele que en vez de pensar desde aqu¨ª se haya copiado mucho de otras ciudades y de otros urbanismos. A veces me preguntan ?cu¨¢l es tu modelo de ciudad? No tengo un modelo de ciudad universal ni siquiera europeo, no existe. Cada ciudad tiene sus singularidades, hay que partir de ellas y hay que cultivarlas, recrearlas y favorecerlas. Y ni desde el punto de vista medioambiental ni desde el arquitect¨®nico se ha ha hecho, en todo caso a medias. La huerta es la singularidad de la metr¨®poli valenciana y se ha ignorado. Luego tenemos unas tramas urban¨ªsticas de un gran valor y de una gran personalidad y singularidad y hemos ido a por ellas. Ah¨ª est¨¢ El Cabanyal. Lo estudias, lo comparas con otros ejemplos urban¨ªsticos, y concluyes que es una cosa a potenciar y mantener.
P. Tiene su estudio en Ciutat Vella. ?Se ha hecho suficiente trabajo en el centro hist¨®rico?
La huerta es la singularidad de la metr¨®poli valenciana y se ha ignorado
R. Se empez¨® una cosa positiva en 1992 con el Plan Riva, se avanz¨® bastante pero luego se ha dejado todo pendiente y se ha invertido en otras cosas, en modernidades, y lo digo entre comillas, poco afortunadas en general. Aunque hay excepciones.
P. Deme un? ejemplo
R. El IVAM. Es una modernidad afortunada como arquitectura. Las cosas primeras que hizo Santiago Calatrava las defiendo. El puente 9 de Octubre, incluso el otro, el de La peineta. Luego empezaron los excesos y no hemos sabido pararle los pies a un se?or que ha ido repitiendo su estilo en diferentes ciudades del planeta. No s¨¦¡, son ejemplos. Tenemos una ciudad potencialmente buena pero necesita una reordenaci¨®n urban¨ªstica y medioambiental. Hay que recoger y reflotar esas singularidades porque nos har¨¢ una ciudad atractiva para los que vienen de fuera, porque el turismo es una realidad. A base de copiar a otras ciudades no vamos a tener atractivo.
P. Le han apodado con cari?o el arquitecto guerrillero por su defensa de espacios amenazados por el ladrillo y el asfalto. Toda la vida en la trinchera...
Necesitamos un urbanismo metropolitano. Hablamos de la comarca de l¡¯Horta y podemos seguir llam¨¢ndola as¨ª, pero esto es una metr¨®poli
R. Est¨¢n esas dos batallas iniciales, la del Saler y la del cauce del T¨²ria, que iban muy unidas. La primera dio lugar a un movimiento vecinal y ciudadano muy fuerte. Ese movimiento, que visto en perspectiva, fue ejemplar, consigui¨® una victoria importante, sin la cual el parque natural de l'Albufera no existir¨ªa hoy. Nos hubi¨¦ramos merendado la Devesa, que es b¨¢sica y nos podr¨ªa haber pasado como con el mar Menor. All¨ª lo hicieron muy mal. Y, por otro lado, est¨¢ el cauce, donde se proyect¨® una gran autopista de margen a margen. Lo evitamos gracias tambi¨¦n al movimiento ciudadano, que fue quien opuso resistencia. Si aquellos planes se hubieran llevado a la pr¨¢ctica, Valencia ser¨ªa irreconocible para nosotros. El Saler urbanizado o el r¨ªo lleno de carreteras. Estos dos casos se estudian en algunas universidades como ejemplo de movimiento ciudadano. ?stos deben ser una constante en la vida de las ciudades porque los pol¨ªticos toman decisiones y a veces se equivocan o simplemente trabajan para una minor¨ªa, no para el conjunto de la sociedad. Valencia tiene una buena tradici¨®n de movimientos ciudadanos.
P. Particip¨® tambi¨¦n en Salvem El Bot¨¤nic, otro movimiento que evit¨® una mole de hotel junto al jard¨ªn bot¨¢nico de Valencia.??
R. Hab¨ªa una gran unanimidad de clases sociales de que en el solar de Jesuitas no se pod¨ªa edificar. Adem¨¢s no hab¨ªa gente afectadas como en El Cabanyal, donde la batalla ha sido m¨¢s dura. Pese a todo, la lucha por el Bot¨¤nic ha durado 20 a?os. Demasiados...
P. ?Ese activismo suyo le ha perjudicado en su trabajo como arquitecto?
Hay que escuchar a todos, sean del signo que sean, y debatir con ellos en beneficio de la ciudad
R. Posiblemente he tenido menos encargos, pero no me importa. He vivido de mi profesi¨®n, lo sigo haciendo y estoy contento de lo que he hecho.
P. Est¨¢ encima de la mesa la revisi¨®n del PGOU de Valencia. ?Qu¨¦ opini¨®n le dar¨ªa a los pol¨ªticos?
R. La expansi¨®n urban¨ªstica no es necesaria, existe bastante suelo vacante, miles de viviendas vac¨ªas y mucho trabajo pendiente en la rehabilitaci¨®n, tanto en los centros hist¨®ricos como en las viviendas construidas a partir de los a?os 50 y 60, que son los barrios de la periferia. Lo que pasa es que la construcci¨®n de nueva planta ha sido hasta ahora muy agradecida y no se han reciclado con la rehabilitaci¨®n. En Italia, Alemania y en otros muchos pa¨ªses europeos se trabaja en rehabilitaci¨®n. Lo de aqu¨ª es una excepci¨®n.
P. ?Por d¨®nde empezar¨ªa a rehabilitar?
R. Hay dos o tres puntos en los que me encantar¨ªa meter mano. El primero es El Cabanyal. Y luego en dos enclaves m¨¢s: Natzaret, que es un barrio machacado por la expansi¨®n del puerto, con muchas asignaturas pendientes, entre ellas, recuperar su playa. Y luego est¨¢n barrios de la periferia norte como Orriols. Es una zona de una densidad abusiva y de malas viviendas. Hay mucha faena por hacer.
P. ?Milita en alguna otra causa?
R. He seguido siempre vinculado al movimiento de defensa de la huerta aunque no formo parte del n¨²cleo dirigente. Les asesoro y les ayudo. La huerta es un activo medioambiental y productivo que estamos obligados a conservar, como m¨ªnimo, en sus? actuales l¨ªmites. La ¨®ptica para afrontar su protecci¨®n debe ser metropolitana, por eso espero que los nuevos gobernantes saquen del caj¨®n el Plan de Acci¨®n Territorial, arreglen los d¨¦ficit que tiene, y escuchen a la gente. Otra de las cosas que me duele de estos ¨²ltimos a?os es que se ha escuchado a unos y nada a otros. Es un consejo para todos los gobernantes: hay que escuchar a todos, sean del signo que sean, hablar y debatir con ellos en beneficio de la ciudad.
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