Un paso ¡®Mas¡¯
En Catalu?a, el independentismo juega con la ventaja de que dispone de un relato. Por eso, aunque las relaciones de fuerzas no est¨¦n de su parte, mantiene la iniciativa pol¨ªtica
1 . La citaci¨®n judicial a Artur Mas como imputado por la organizaci¨®n de la consulta del 9-N era una oportunidad que el presidente no ha desaprovechado. Todo estaba minuciosamente preparado: el homenaje previo a Companys, capitalizando la torpeza de quien escogi¨® la fecha de la declaraci¨®n, deb¨ªa despertar en los ciudadanos los frames de la persecuci¨®n y el juicio pol¨ªtico, aunque bien es verdad que la comparaci¨®n es tan desproporcionada que casi resulta obscena. El cortejo de acompa?amiento, Gobierno, dirigentes pol¨ªticos varios, cuatrocientos alcaldes y algunos miles de militantes, simbolizaba un pueblo detr¨¢s del presidente. Y una frase, ¡°yo soy el ¨²nico responsable del 9-N¡±, permit¨ªa a Mas colocarse, como jefe ¨²nico, al tiempo afirmaba el car¨¢cter estrictamente pol¨ªtico de su imputaci¨®n.
Artur Mas ha conseguido tres objetivos: Dar un nuevo aliento a la movilizaci¨®n independentista, nuevamente centrada en torno al amplio consenso sobre el derecho a decidir del que la cita del 9-N es el s¨ªmbolo (el independentismo regresa a la casilla anterior); reforzar su candidatura a la presidencia de la Generalitat, achicando el campo a la CUP, que puede ser se?alada como culpable de deslealtad patri¨®tica sino le encumbra, y tallarse una imagen de h¨¦roe nacional ¡ªla tela que separa la grandeza del rid¨ªculo es muy fina¡ª por si por razones pol¨ªticas (que no llegaran los apoyos esperados) o pol¨ªtico-judiciales (que fuera condenado) tuviera que pasar a la reserva.
2. Es raro que un Gobierno y 400 alcaldes se manifiesten. M¨¢s todav¨ªa que lo hagan ante un Tribunal de Justicia. Estas movilizaciones asociadas al enaltecimiento de una persona siempre son equ¨ªvocas. Lo normal en democracia es que sean los ciudadanos los que ocupen la calle y los Gobiernos, los interpelados. S¨®lo en casos excepcionales se busca la imagen del gobernante y el pueblo que le sostiene. Este caso lo es.
Representa un pelda?o m¨¢s en un proceso de ruptura. El espect¨¢culo del jueves es la en¨¦sima consecuencia de la estrategia del PP, que transfiere a los jueces decisiones que competen al Gobierno y les compromete pol¨ªticamente. Si el procedimiento, como parecer¨ªa razonable, no prospera, el Gobierno espa?ol que lo ha impulsado queda en situaci¨®n delicada y el soberanismo se apunta un ¨¦xito. Y si Mas es condenado, el Gobierno espa?ol lo celebrar¨¢, pero el soberanismo se sentir¨¢ cargado de razones y el conflicto dar¨¢ un salto cualitativo.
Cuando Rajoy declara inadmisible la comparsa de acompa?amiento a Mas ante el Tribunal, olvida que su partido ha arropado en la calle a cinco imputados: Camps, Fabra, Albiol, Baltar y Rus, y no precisamente por casos de desobediencia pol¨ªtica. Lo que es inadmisible es la elusi¨®n de responsabilidades por parte del presidente Rajoy, la negativa a reconocer el problema y afrontarlo pol¨ªticamente. Defender la ley no es transferir los problemas pol¨ªticos a los tribunales, no es negar un conflicto porque la ley lo proh¨ªbe, como si s¨®lo lo legal fuera real; no es convertir la ley en una jaula. El instrumento no puede ser un fin en s¨ª mismo. Da verg¨¹enza repetir lo obvio, y ver c¨®mo Rajoy sigue inm¨®vil. Dio por supuesto que el soberanismo se agotar¨ªa, no resistir¨ªa el paso del tiempo. Y ah¨ª est¨¢, m¨¢s fuerte que nunca.
El espect¨¢culo del jueves es la en¨¦sima consecuencia de la estrategia del PP, que transfiere a los jueces decisiones que competen al Gobierno y les compromete pol¨ªticamente
3. El mismo jueves particip¨¦ en Par¨ªs en una reuni¨®n en la que se debati¨® el eclipse de la pol¨ªtica. Falta relato, se echan de menos pol¨ªticos capaces de imaginar, de dar cuerpo a cosas que no existen todav¨ªa, pero que son deseables y si la gente las cree posibles se puedan conseguir. En tiempos de claudicaci¨®n de la pol¨ªtica, en todas partes suena esta misma canci¨®n. Si la pol¨ªtica ha perdido la capacidad de relato, ?qui¨¦n va a asumir esta tarea? ?Hay que dejarla a la capacidad normativa del dinero?
En Catalu?a, el independentismo juega con la ventaja de que dispone de un relato, mientras que los partidos espa?oles han renunciado a construir el suyo. Por eso, aunque las relaciones de fuerzas no est¨¦n de su parte, el independentismo tiene la iniciativa pol¨ªtica. Y marca la agenda, con el Gobierno y los tribunales corriendo detr¨¢s. Por falta de pol¨ªtica. ?Sigue pensando Rajoy que condenando a Artur Mas el problema se ha terminado?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.