Papel mojado
La falta de independencia judicial y period¨ªstica hace casi imposible saber de qui¨¦n eres el tonto ¨²til. Lo que no tiene remedio en este pa¨ªs es el periodismo
?Qu¨¦ es peor, la ilegalidad o la utilizaci¨®n que de ella hacen medios e instituciones? La pregunta que tanto evitamos hacernos es ya m¨¢s que pertinente, pura necesidad. Los partidos, los medios, las empresas y las instituciones que utilizan a su favor la informaci¨®n sobre supuestos hechos il¨ªcitos, ?forman parte del problema o de su soluci¨®n? ?Ayudan a crear espacios difusos donde lo editorial se confunde con lo ilegal? ?Son tambi¨¦n culpables?
Sabemos leer noticias y sentencias. Me atrever¨ªa decir que incluso sabemos leer la realidad. O, al menos, hacemos lecturas que nos aproximan a conclusiones, a hechos comprobados. Juzgamos, moral y judicialmente. Entendemos la complejidad de los acontecimientos, de los tiempos y de los escenarios y hemos aprendido a situar el lugar desde d¨®nde habla cada medio, cada pol¨ªtico, cada periodista, cada juez. As¨ª las cosas, ?c¨®mo vamos a confiar en los medios que publican u ocultan la informaci¨®n en funci¨®n de sus intereses? ?Son de fiar los jueces y los cuerpos de seguridad que modulan el tiempo de registros y detenciones?
Dicen que dicen que dicen que un conocido expresidente de entidad bancaria hoy desaparecida las hac¨ªa tan gordas que este art¨ªculo deber¨ªa publicarse por entregas. Me cuentan personas de confianza que, a pesar de su gesti¨®n dolosa, dicho expresidente est¨¢ m¨¢s que blindado. La gran corporaci¨®n que se qued¨® con la cajita encontr¨® tantos muertos en el armario que para quedarse con el pozo sin fondo, exigi¨® silencio al Gobierno. Y el silencio se hizo en juzgados, medios e instituciones.
Lo malo o lo bueno de ser un pa¨ªs tan peque?o y tan contado es que nos conocemos todos. Sabemos, con esa mezcla de aproximaci¨®n y certeza, qu¨¦ instituciones o personas han hecho las cosas bien, y cu¨¢les, y qui¨¦nes no. Hemos visto de qu¨¦ pie calzan la mayor parte de los jueces y leemos a diario las l¨ªneas editoriales de todos grandes los peri¨®dicos. Podr¨ªamos recordar a casi todo el mundo que quiere jugar a este juego que quien est¨¦ libre de pecado, tire la primera piedra. Ya he dicho antes que gente honrada tambi¨¦n la hay en todas partes. Aqu¨ª tambi¨¦n, generalizar es la ¨²nica manera de hablar.
El periodista que descorcha champ¨¢n en p¨²blico con las malas noticias de su enemigo ideol¨®gico, ?es fiable?
Uno puede asquearse pensando en la corrupci¨®n. Pero, ?cu¨¢nta gente, cu¨¢ntos jueces, cu¨¢ntos periodistas y cu¨¢ntas instituciones han vivido de ella, por acci¨®n o por omisi¨®n? Periodistas que se jactaban de tener informes que siempre hab¨ªa una u otra entidad que silenciaba. Si lo sab¨ªan todo, ?por qu¨¦ han esperado hasta 2015 para publicar y juzgar? ?Son ¨ªntegros los periodistas que mezclan medias verdades con verdades y mentiras? Hay noticias incorruptas, cad¨¢veres corruptos y existen ramas de la medicina forense que estudian el tama?o y las caracter¨ªsticas de los gusanos que se comen la carnaza.
El periodista que descorcha champ¨¢n en p¨²blico con las malas noticias de su enemigo ideol¨®gico, ?es fiable? ?Y el que se jacta de saber a qu¨¦ hora empezar¨¢ un registro? ?Y el que lo utiliza para presentarse antes que la polic¨ªa? Los tribunales que filtran la informaci¨®n, los que se apresuran con algunos casos y dilatan otros, ?son justos? Las instituciones de toda ralea que practican esa prevaricaci¨®n blanda, dir¨ªase que de algod¨®n, ?qu¨¦ credibilidad tienen? Puede que la misma que lo medios espa?oles, que pasan por ser los menos cre¨ªbles de Europa, seg¨²n Reuters. No s¨¦ si hay un ranking de instituciones, pero me imagino el resultado. El de la banca, lo conocemos puesto que lo hemos pagado. Y silenciado.
?Hablar de corrupci¨®n? La falta de independencia judicial y period¨ªstica hace casi imposible saber de qui¨¦n eres el tonto ¨²til. Lo que s¨ª sabes es que cuando dejes de ser ¨²til, no dejar¨¢s de ser tonto. De ah¨ª la dificultad de informar, de interpretar y de opinar. Hace tiempo escrib¨ª un art¨ªculo titulado Cosas de las que no s¨¦ escribir sobre la dificultad de posicionarse en asuntos como el del semanario Charlie Hebdo. Creo que este art¨ªculo de hoy puede ser su segunda parte. Y, como la progresi¨®n, va en aumento me empiezo a preguntar si valgo para esto, qui¨¦n sabe.
Lo que s¨ª s¨¦ es que no hay nada m¨¢s, que puede que Espa?a se rompa y que algunas instituciones mueran. Lo que no tiene remedio en este pa¨ªs es el periodismo. Al menos durante algunas d¨¦cadas.
Francesc Ser¨¦s es escritor
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