El vaciado de Converg¨¨ncia
Bajo la gesti¨®n de Artur Mas, Converg¨¨ncia ha perdido tantos diputados como los que ahora le aportan ERC y la CUP
Tiene su gracia que una formaci¨®n asamblearia de extrema izquierda como la CUP se haya parapetado tras el secretismo para negociar un acuerdo con el l¨ªder de un partido de centroderecha inscrito en el liberalismo como el de Artur Mas. Es comprensible, claro, dadas las circunstancias y la distancia pol¨ªtico-ideol¨®gica aparentemente sideral entre ambas fuerzas. Pero sirve de poco. Los secretos de esta negociaci¨®n, ya se ha visto, terminan apareciendo a la luz en forma de propuesta de declaraci¨®n parlamentaria de ruptura con la legalidad.
Lo que sucede en t¨¦rminos pol¨ªticos es, en definitiva, que la CUP tira de Converg¨¨ncia y de Esquerra hacia sus posiciones y, de momento, ha obtenido este compromiso de ¡°inicio de ruptura¡± en los t¨¦rminos de ¡°desobediencia¡± que exig¨ªa.
La CUP no es, sin embargo, la ¨²nica que tira de Converg¨¨ncia en esta direcci¨®n. Antes que ella lo hizo Esquerra, desde 2010. En las dos ¨²ltimas legislaturas, y con la impagable colaboraci¨®n del PP de Mariano Rajoy y su Gobierno, la Esquerra de Oriol Junqueras tir¨® de los herederos de Jordi Pujol para que abandonaran el autonomismo y abrazaran la causa independentista. Ahora, Esquerra le ha arrebatado, de momento, la presidencia del Parlament y si se estabiliza m¨ªnimamente la legislatura, cosa que est¨¢ por ver, se llevar¨¢ m¨¢s o menos medio Gobierno.
Prisionera de Esquerra y la CUP, Converg¨¨ncia se est¨¢ viendo a s¨ª misma, con la comprensible estupefacci¨®n de quienes cre¨ªan estar en el centroderecha, en la nada airosa situaci¨®n de mendigar a la extrema izquierda la investidura de su candidato a la presidencia de la Generalitat, Artur Mas, mientras Esquerra espera para recoger su parte.
Lo que est¨¢ sucediendo en estas semanas puede definirse como un vaciado pol¨ªtico de Converg¨¨ncia
Puede que Mas consiga su objetivo, y es dif¨ªcil predecir cu¨¢l de las dos partes ceder¨¢ m¨¢s en el eventual pacto. De todas formas, acabar¨¢ vi¨¦ndose. Pero puede que no lo logre, que la CUP no quiera humillarse, y el presidente sea otro. En ese caso, se dar¨ªa la parad¨®gica situaci¨®n de que el derribo de Artur Mas por el que tanto han batallado, cada uno con sus razones, el PP de Rajoy, los Ciudadanos de Albert Rivera y la Iniciativa-EUiA de Joan Herrera, ser¨ªa finalmente conseguida por los simp¨¢ticos chicos/chicas antisistema de la CUP. Casi nada. Llegaron como ne¨®fitos al Parlament en 2012 y en 2015 ya logran hitos como el de cortar la cabeza (metaf¨®ricamente, se entiende) del sucesor de Pujol.
Lo que est¨¢ sucediendo en estas semanas puede definirse como un vaciado pol¨ªtico de Converg¨¨ncia. Un partido que del pactismo y el centrismo hizo su bandera se ha deslizado casi sin darse cuenta hasta una causa extrema y se encuentra ahora con que sus ¨²nicos aliados posibles son, claro est¨¢, partidos que en el arco pol¨ªtico catal¨¢n se sit¨²an en el extremo izquierdo. En el camino, en la mutaci¨®n, Converg¨¨ncia ha perdido a Uni¨® y al espacio socio-pol¨ªtico que representa. Est¨¢ siendo abandonada por buena parte de sus electores de derechas, el espacio social que estuvo representado en parte por la UCD y en la d¨¦cada de 1980 le proporcion¨® su primera gran expansi¨®n. Ha derrochado a?ejas afinidades con el catalanismo socialista y con el resistente espacio pol¨ªtico derivado del PSUC. Por a?adidura, est¨¢ perdiendo, a raudales el prestigio pol¨ªtico que en su momento aportaban figuras se?eras del partido, una serie de fundadores pillados en esc¨¢ndalos de corrupci¨®n. Los apellidos Pujol, Millet, Alavedra, Prenafeta, Sumarroca, que lo significaron todo en CiU, ahora andan baqueteados por los juzgados, acusados de numerosos delitos.
La ca¨ªda ha sido r¨¢pida. CiU logr¨® 62 esca?os en 2010 y al abrazar la causa independentista qued¨® prisionera de ERC, que ten¨ªa solo diez. CiU baj¨® a 50 en 2012, mientras ERC sub¨ªa a 21. En 2015, Converg¨¨ncia ha conseguido 29 esca?os en una candidatura conjunta con ERC e independientes que, en total, ha logrado 62. Estos 62 diputados son diez menos que los que sumaban CiU y ERC en 2010 y nueve menos que el total de CiU y ERC en 2012. O sea, la tan cacareada aportaci¨®n de las entidades que han protagonizado la agitaci¨®n independentista desde 2010 es nula a efectos electorales. Pero en las tres elecciones al Parlament celebradas desde 2010, Converg¨¨ncia como partido ha perdido 33 esca?os y los 10 perdidos por la suma de Converg¨¨ncia y Esquerra en las ¨²ltimas auton¨®micas han ido a parar a la CUP. Son esos diez cuyo apoyo Artur Mas se ve obligado a negociar ahora en secreto con Benet Salellas y Anna Gabriel para la investidura que dif¨ªcilmente lograr¨¢.
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