Somoza y la palabra maldita
El escritor juega con las leyendas de desapariciones, muertes misteriosas y locuras en ¡®Croatoan¡¯
Deambulando moribundo en 1849 por las calles de Baltimore hallaron a Edgar Allan Poe musitando una extra?a palabra que no abandon¨® ya ni en el lecho de muerte. Era la misma que el inquietante Ambrose Bierce hab¨ªa dejado escrita en un papel roto en trocitos esparcidos por la ¨²ltima cama que utiliz¨® el escritor y periodista antes de esfumarse en M¨¦xico en 1913; tambi¨¦n la que la intr¨¦pida aviadora Amelia Earhart, en 1937, hab¨ªa tachado en su cuaderno de notas d¨ªas antes de desvanecerse para siempre; y asimismo esa fue la ¨²nica anotaci¨®n, en un ¨¢rbol, que en 1590 dejaron los 117 colonos ingleses que habitaban la isla de Roanoke, frente a la costa de Carolina del Norte, y que desaparecieron sin dejar rastro, en el que fue el origen de la leyenda de la palabra maldita. Si un autor espa?ol contempor¨¢neo ten¨ªa que recuperar Croatoan quiz¨¢ solo pod¨ªa ser el escritor de origen cubano afincado en Espa?a Jos¨¦ Carlos Somoza, que con ella ha titulado su 19? novela, que ahora le edita Stella Maris.
La enigm¨¢tica palabra es el ¨²nico contenido del correo electr¨®nico que recibe la et¨®loga Carmela Garc¨¦s de su antiguo maestro, importancia relativa si no fuera porque el remitente hab¨ªa muerto hac¨ªa dos a?os; pero quiz¨¢ en ella est¨¦ la pista que explique el extra?o comportamiento de la humanidad, que alcanza cotas de una violencia injustificada que empieza a extenderse como una plaga. En un contexto de fen¨®menos incomprensibles y devastadores que ocurren en lugares bien distantes del planeta, las personas empiezan a comportarse como animales y algunos de estos hacen el proceso a la inversa.
El escritor titula su obra 'Croatoan', expresi¨®n que apareci¨® en los ¨²ltimos momentos de la misteriosa muerte de Poe y de las desapariciones de Bierce, Amelia Earhart y una colonia? de ingleses en el XVI
¡°Un saltamontes, solo, es un animal inofensivo y hasta entra?able; pero si se da un efecto llamada, miles de ellos forman una plaga de langosta y arrasan¡ ?Por qu¨¦ no meter a los seres humanos en la mec¨¢nica de la naturaleza, acaso como una manada monstruosa, y hacerles abandonar el pensamiento y enfrentarlos a algunos pocos que s¨ª querr¨ªan conservarlo?¡±, comenta Somoza (La Habana, 1959), que en un planteamiento as¨ª deja entrever de nuevo en su obra el influjo de sus estudios de medicina y psiquiatr¨ªa. Y tambi¨¦n es un gui?o a su guion de teatro radiof¨®nico Langostas, con el que Croatoan guarda concomitancias tem¨¢ticas, y que le vali¨® el premio Margarita Xirgu en 1994, inicio de su carrera como escritor.
?Por qu¨¦ no meter a los seres humanos en la mec¨¢nica de la naturaleza, acaso como una manada monstruosa, y hacerles abandonar el pensamiento?", plantea Somoza
Admite el autor de Dafne desvanecida y Zigzag que en la trastienda de Croatoan est¨¢ ¡°una met¨¢fora del mundo actual, de este absurdo sentido globalizador y c¨®mo puede uno defender su individualidad ante el comportamiento de la gente como aut¨¦nticas manadas¡±. De nuevo lo hace con algo que caracteriza buena parte de su obra y que, a tenor de los resultados, traducida a m¨¢s de 30 idiomas, parece funcionar: una huida del realismo a partir de una particular mezcolanza de g¨¦neros cuyas barreras rompe al estilo de, por ejemplo, John Connolly. ¡°No hago novela de g¨¦nero: mezclo ciencia-ficci¨®n, fantas¨ªa, policiaco... pero no doy un salto excesivamente alejado de la realidad; exploro cosas no realistas, claro, pero lo que cuento puede suceder; adem¨¢s, la novela realista suena hoy m¨¢s fant¨¢stica que la novela de g¨¦nero¡±, asegura.
Cree Somoza que hoy la gente intenta m¨¢s que nunca buscarse a s¨ª misma en un contexto en el que ¡°la realidad no es lo que creemos ver¡± y en el que mucha gente necesita esconderse para ser sincero: ¡°Dale a un hombre una m¨¢scara y te contar¨¢ la verdad; y hoy tenemos m¨¢s m¨¢scaras que nunca¡±. Todo ello en un mundo que muta muy deprisa, en una vor¨¢gine de la que no escapa su propio gremio: ¡°El mundo pasado est¨¢ quedando atr¨¢s muy deprisa y tengo la impresi¨®n leyendo a muchos colegas que no asumen cambiar en sus obras¡±. Lo dice para vacunarse a s¨ª mismo: ¡°Cada novela es un desaf¨ªo para m¨ª, es cierto que busco siempre la realidad detr¨¢s de lo que creemos que lo es pero siempre lo hago bajo formas distintas; con cada libro cierro y echo la llave¡±.
El autor de 'La dama n¨²mero 13' y 'Zigzag' elabora una inquietante met¨¢fora sobre el absurdo sentido globalizador y c¨®mo puede uno defender su individualidad
Esa voluntad rompedora es m¨¢s f¨¢cil de constatar ahora puesto que Stella Maris recuperar¨¢ cinco t¨ªtulos del escritor, entre ellos Zigzag, Dafne desvanecida y La caverna de las ideas, tres haber alcanzado un acuerdo con Somoza y su agente, Carmen Balcells, quien se comprometi¨® a promocionar Croatoan pocas semanas antes de su fallecimiento, lo que ha acabado haciendo el hijo de la superagente, Llu¨ªs Miquel Palomares. ¡°Ella me transform¨® en alguien que quer¨ªa escribir y que quer¨ªa hacer de eso su vida¡±, resume Somoza. No fue una mala apuesta para ambos: los derechos cinematogr¨¢ficos de Clara y la penumbra (premios Fernando Lara 2001 y Hammett 2002), han sido adquiridos por la productora A Contraluz (El cuerpo de Ana Fritz; Savage Grace¡), mientras que Jaume Balaguer¨® ([REC]) prepara una adaptaci¨®n de La dama n¨²mero 13. No, con Somoza no hay palabras malditas.
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