La justicia no cree a un testigo clave y absuelve otra vez a tres guardias civiles
La 'banda del puerto' ya fue exonerada por el robo de un contenedor con 200 kilos de coca¨ªna
La banda del puerto ha vuelto a salir airosa de su segundo envite con la justicia. La Audiencia de Barcelona no ha dado credibilidad a un testimonio clave del caso y ha absuelto a tres guardias civiles y a cinco delincuentes comunes que estaban acusados de estafar a un traficante colombiano para apoderarse de 4 kilos de coca¨ªna. La sentencia se?ala las ¡°lagunas e inconcreciones¡± de la declaraci¨®n de Juan Pedro Lozano, un delincuente arrepentido que cumple prisi¨®n por haber asesinado, en 2002, a dos vigilantes de seguridad en Terrassa. Lozano, que se considera inocente y v¨ªctima de una trampa, decidi¨® colaborar. Los magistrados tambi¨¦n sospechan que pudo prestar declaraci¨®n movido por la ¡°venganza¡±, lo que tambi¨¦n le resta cr¨¦dito.
El testimonio de Lozano fue la piedra angular sobre la que la Fiscal¨ªa construy¨® el caso. En 2001, la banda del puerto -de la que ¨¦l formaba entonces parte- recibi¨® cuatro kilos de coca¨ªna de un traficante colombiano y se comprometi¨® a pagarla una vez colocada en el mercado. En vez de eso, los acusados trazaron un plan para quedarse con la mercanc¨ªa sin dar nada a cambio: sustituyeron la mayor parte de la droga por harina; abandonaron el coche en el que la llevaban en un descapado y lograron que la Guardia Civil se incautara del alijo.
En ese plan contaron con la colaboraci¨®n -siempre seg¨²n el relato de Lozano y del fiscal, ahora rechazado por los jueces- de tres guardias civiles: Roberto P., Antonio S. y Crist¨®bal R. Todos ellos ya fueron acusados (e igualmente absueltos) por el robo de un contenedor con 200 kilos de coca¨ªna en el puerto de Barcelona.
La sentencia considera que esos hechos ¡°no han quedado acreditados¡± y absuelve a todos los acusados. Los jueces creen que el relato del testigo clave presenta ¡°lagunas o inconcreciones dif¨ªciles de justificar por mucho tiempo que haya transcurrido¡±. Lozano no supo precisar, por ejemplo, c¨®mo se distribuy¨® el dinero entre los miembros de la banda. La Audiencia de Barcelona tambi¨¦n ve ¡°poco veros¨ªmil¡± que el traficante les dejara la droga sin m¨¢s y que se conformaran con las explicaciones sobre la incautaci¨®n, por m¨¢s que una revista local se hubiera hecho eco de la noticia.
Los magistrados van m¨¢s all¨¢ y propinan un severo varapalo tanto a la juez como al fiscal que instruyeron la causa. Cuando Lozano acudi¨® a declarar ¡°voluntariamente¡±, en 2008, se autoinculp¨® de varios delitos. Ni la juez ni el fiscal hicieron ¡°lo que la ley les obliga a hacer¡±: suspender su declaraci¨®n y citarle como imputado. La sentencia tilda de ¡°reprochable¡± y ¡°poco ortodoxo¡± ese comportamiento.
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