El dise?o de la ciudad
El premio Turner de arte al grupo Assemble es un reconocimiento de la arquitectura basada en procesos colaborativos.
El prestigioso Premio Turner de arte contempor¨¢neo acaba de recaer en el colectivo Assemble, un grupo de j¨®venes dise?adores, artistas y arquitectos de Londres que ha sido reconocido por una obra de regeneraci¨®n urbana en un barrio degradado de Liverpool. La intervenci¨®n consist¨ªa en devolver el valor a unas viviendas abandonadas de una zona popular de la ciudad, tras un proceso de trabajo conjunto con los vecinos que tambi¨¦n recuperaba la memoria del lugar. El galard¨®n ha sido criticado por los que consideran que este tipo de proyecto no es art¨ªstico, pero la pol¨¦mica parece importar poco a sus autores, m¨¢s preocupados por la capacidad de transformar la realidad que por el adjetivo que se asigne a su obra.
De alguna manera, el Premio destaca la reconexi¨®n del arte y la arquitectura con las necesidades reales de sus comunidades y reconoce la corta pero solvente trayectoria de este grupo formado por 15 profesionales de diferentes disciplinas y todos ellos menores de treinta a?os. Preguntados sobre si se consideran artistas, contestan que se sienten m¨¢s bien artesanos fontaneros. Los m¨¦todos de Assemble son la escucha, el reciclaje y la renovaci¨®n al servicio de la mejora del espacio. Su obra es una interesante combinaci¨®n de consciencia social con pragmatismo.
El trabajo de Assemble es un ejemplo de lo que el escritor Teju Cole ha llamado el ethos de la renovaci¨®n, uno de los principios fundadores de la cultura europea. Para Cole, en Europa las ciudades evolucionan a trav¨¦s de un proceso lento, sutil y delicado que, a diferencia de lo que ocurre en otros continentes, tiende a contemplar las diferentes capas hist¨®ricas que las constituyen. Europa es una tierra devastada por la guerra que ha aprendido a reconstruir sin negar ni erradicar su pasado. Esta consciencia del delicado equilibrio con la historia ha dado a Europa una cautela a la hora de proyectar ciudades que contrasta con el modelo de China o de los estados del Golfo, en los que la libertad de construir desde cero es tambi¨¦n el s¨ªmbolo de un modelo econ¨®mico sin l¨ªmites y de un sistema pol¨ªtico sin escr¨²pulos. A trav¨¦s de su manera de hacer ciudades, Europa lanza al mundo un mensaje que es a la vez urban¨ªstico, pol¨ªtico y cultural.
Y, a pesar de ello, las ciudades europeas tambi¨¦n han sido escenarios de mala arquitectura y de peor dise?o urbano. Durante a?os, tambi¨¦n en Europa proliferaron los arquitectos estrella que pretend¨ªan revalorizar las ciudades con sus obras desconectadas del contexto local y de su historia. Los a?os de bonanza consolidaron una arquitectura meramente est¨¦tica alejada de las necesidades reales de los ciudadanos. La pregunta relevante era qui¨¦n dise?aba, no para qu¨¦ ni para qui¨¦n.
Las ciudades entraron en una especie de competici¨®n por estar en el mapa global de la arquitectura. Excesos formales, presupuestos desorbitados y especulaci¨®n fueron el inicio de la desconexi¨®n de la sociedad. El estallido de la crisis financiera fren¨® en parte este boom arquitect¨®nico. Desde entonces, en toda Europa se han revalorizado las intervenciones en el espacio p¨²blico y han proliferado las iniciativas de dise?o urbano colaborativo. En contraste con los a?os del boom y de acuerdo con una nueva manera de entender la democracia, ahora vecinos, arquitectos, artistas, m¨²sicos, ingenieros y economistas participan en la planificaci¨®n de espacios comunitarios. El Turner a Assemble es el reconocimiento oficial a esta nueva forma de entender la arquitectura.
Sin embargo, ?podemos dejar el futuro de las ciudades exclusivamente en manos de este tipo de proyectos participativos de escala vecinal? Esta nueva forma de hacer ciudad es necesaria pero insuficiente. Las ciudades tienen hoy serios retos que, por su magnitud, solo pueden ser liderados desde lo p¨²blico y con una visi¨®n global y a largo plazo. La movilidad, la lucha contra el cambio clim¨¢tico, la relaci¨®n entre los centros hist¨®ricos y las periferias, la segregaci¨®n social y espacial, el acceso universal a frentes mar¨ªtimos y fluviales o la transici¨®n hacia un nuevo modelo productivo propio de la sociedad postindustrial son solo algunos de los grandes desaf¨ªos actuales. La cirug¨ªa urbana en los barrios debe pues complementarse con la pr¨¢ctica del urbanismo a escala metropolitana. Los procesos participativos son el recordatorio de los valores sin los cuales ya no se puede hacer arquitectura. Pero el urbanismo sigue siendo imprescindible y puede ser un gran instrumento al servicio de la democratizaci¨®n de la ciudad.
Judit Carrera es polit¨®loga.
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