Los (otros) dilemas
En Catalu?a desde el 3 de agosto pasado(disoluci¨®n del Parlament) hasta hoy mismo, habremos pasado muchos meses sin un gobierno plenamente legitimado para ejercer su funci¨®n
No habr¨¢ elecciones. Se han salvado los muebles del proceso in extremis y con muchos efectos colaterales. Solo el miedo a que no se alcanzara ni de lejos los buenos resultados y la alta participaci¨®n obtenido el 27S, y el creciente descr¨¦dito de Artur Mas en estos ¨²ltimos d¨ªas, pueden explicar lo que hoy aparece como un acuerdo de debilidades, con un Presidente de carambola y con un enorme desgaste de la CUP. Esta es la noticia. Pero hay otra, mucho m¨¢s importante y menos visible: en Catalu?a desde el 3 de agosto pasado (disoluci¨®n del Parlament) hasta hoy mismo, habremos pasado muchos meses sin un gobierno plenamente legitimado para ejercer su funci¨®n y sin un parlamento que haya funcionado en clave de elaboraci¨®n legislativa y aprobaci¨®n de pol¨ªticas. Desde el 2011, las diversas legislaturas han tenido un balance legislativo extremadamente pobre. Esperando al "Estado" nos hemos ido quitando del ejercicio del poco "estado" que ten¨ªamos. Se me dir¨¢, con raz¨®n, que cuando se ha querido ir m¨¢s all¨¢, el gobierno del PP, usando el Tribunal Constitucional, nos ha cortado las alas, pero el escenario no es tan simple. El binomio "Generalitat en busca de la independencia" frente a "Estado movilizado en contra" ha resultado agotador y paralizante, generando inanidad y frustraci¨®n.
En Catalu?a desde el 3 de agosto pasado(disoluci¨®n del Parlament) hasta hoy mismo, habremos pasado muchos meses sin un gobierno plenamente legitimado para ejercer su funci¨®n
Se acrecienta el contraste entre un escenario de la pol¨ªtica institucional en el que se mezclan grandes ideas, valores e ideales (pero tambi¨¦n la prosaica continuidad en el cargo) con la cruda realidad en la que los trabajos cada d¨ªa son m¨¢s precarios, los sueldos m¨¢s livianos y los servicios p¨²blicos m¨¢s tensionados. Por una lado independencia, patriotismo, plurinacionalidad o derecho a decidir, por el otro, pedir ayuda a los servicios sociales, buscarse la vida, alquilar habitaci¨®n, pedir pasta a los abuelos o vender en Internet los regalos de Reyes. Desde hace a?os o¨ªmos decir que las dos esferas de preocupaci¨®n est¨¢n conectadas, pero a medida que pasan los d¨ªas y los meses, resulta m¨¢s dif¨ªcil mantener la compostura.
Tenemos problemas muy de fondo que no acaban de formar parte del debate. No hemos de dejar que "lo social" sea un terreno b¨¢sicamente burocr¨¢tico-administrativo o mercantil-privado. Hemos de recuperar el control de nuestras vidas, cuidados y afectos, desde la ni?ez a la ancianidad. Por otro lado, estamos transitando del trabajo como espacio colectivo a la individualizaci¨®n del mismo, con la consiguiente p¨¦rdida de derechos y de capacidad de acci¨®n que ello supone. Los formatos educativos que arrastramos son claramente inservibles. No logramos resolver con acierto la necesaria reconversi¨®n del espacio sociosanitario. Son las personas con menos recursos los que m¨¢s sufren esas situaciones de carencia y desvinculaci¨®n. Todo ello en un escenario de vaciamiento de la democracia como ¨¢mbito de decisi¨®n pol¨ªtica, condicionado como est¨¢ por los poderes globales econ¨®micos y financieros. Si bien ya desde un inicio, se pod¨ªa pensar que hab¨ªa una clara desproporci¨®n entre el alcance de los temas pendientes y la soluci¨®n que el proceso se?alaba, la ilusi¨®n se manten¨ªa. Pero en los ¨²ltimos meses la cosa se ha ido empantanando, perdiendo credibilidad y potencia transformadora. Los ¨²ltimos coletazos de lo que ahora se nos presenta como gran acuerdo por la independencia han sido m¨¢s bien lamentables.
No estar¨ªa mal que volvi¨¦ramos a hablar m¨¢s de pol¨ªticas y no solo de esencias patri¨®ticas de unos y otros. La necesidad de buscar un acuerdo se ha podido o¨ªr hablar m¨¢s en detalle de temas como Barcelona World, de la gesti¨®n p¨²blica del agua o de la sanidad y vimos que era posible encontrar, incluso en esta coyuntura terrible, 200 millones de euros para aliviar la emergencia social. No podemos seguir viviendo de plebiscitos y de ver qui¨¦n tiene m¨¢s o menos sentido de pa¨ªs. Discutir m¨¢s de pol¨ªticas, de pol¨ªtica de lo cotidiano, nos podr¨ªa acercar a buscar salidas m¨¢s realistas que las de aquellos que todo lo f¨ªan a que cambie todo para que as¨ª cambie lo m¨¢s concreto.
Convendr¨ªa no insistir en aislar el proceso, el soberanismo y la posible independencia de nuevos marcos pol¨ªticos, de un c¨®digo ¨¦tico claro y de pol¨ªticas concretas. No hay espacio ni apoyo social suficiente para establecer hoy una agenda clara de desconexi¨®n. Necesitamos recuperar la pol¨ªtica cotidiana, pactar nuevas formas y maneras de ejercer representaci¨®n y emprender pol¨ªticas que afronten el nuevo escenario en el que estamos tras el cambio de ¨¦poca.
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