La Iglesia antifranquista

Asist¨ª la pasada semana, en el cine Girona, a la proyecci¨®n de un documental que relata el papel que jug¨® una parte de la Iglesia catalana (sacerdotes, religiosas, laicos) en los ¨²ltimos a?os de la dictadura, apoyando, y en alg¨²n caso liderando, las luchas contra el franquismo y en favor de los derechos, las libertades, y la justicia social. El documental recoge sobre todo actuaciones que consistieron en poner a disposici¨®n de organizaciones clandestinas de tipo pol¨ªtico o sindical, espacios en iglesias y conventos para que pudieran tener lugar en ellos reuniones o asambleas que, por su car¨¢cter subversivo, no pod¨ªan celebrarse en otros lugares. Se trataba de utilizar la cl¨¢usula del Concordato de Espa?a con la Santa Sede que contemplaba el compromiso de no violaci¨®n de los edificios religiosos por parte de la Polic¨ªa espa?ola. Por cierto, un compromiso que en muchos casos no se respet¨®.

En repetidas ocasiones algunos miembros de la Iglesia pusieron este privilegio eclesial al servicio de organizaciones claramente contrarias al r¨¦gimen. Los que viv¨ªamos entonces recordamos que Comisiones Obreras naci¨® en la Parroquia de Sant Medir de L'Hospitalet, que l'Assemblea de Catalunya lo hizo en Sant Agust¨ª del Raval, o que el Sindicat Democr¨¤tic d'Estudiants naci¨® en los Caputxins de Sarri¨¢; y que tanto estos lugares como Santa Maria del Taulat en Poblenou, Sant Pere de les Puel.les en Sarri¨¤, y tantos otros, pero muy especialmente el Monestir de Montserrat, acogieron una gran cantidad de reuniones, encierros, y actos fundacionales de trascendencia pol¨ªtica. Me encanta ahora recordar que esta disponibilidad, no fue exclusiva de espacios religiosos, ya que por ejemplo, algunas universidades y algunos colegios profesionales (yo era en aquellos tiempos decano del Colegio de Ingenieros) tambi¨¦n acogieron reuniones "clandestinas", de menos importancia que las que acabo de citar, pero no de menos riesgo¡­ En otros casos la actuaci¨®n de estas personas fue m¨¢s all¨¢ y se convirtieron en organizadores, colaboradores, y hasta l¨ªderes, de movimientos vecinales de car¨¢cter reivindicativo, y claramente pol¨ªtico. La historia de Ca n'Oriach en Sabadell, Bellvitge en l'Hospitalet, Les Oliveres en Sta. Coloma, y tantos otros, recoge la actuaci¨®n de "cristianos comprometidos" que en algunos casos llegaron a tener un papel personal destacado en la posterior democracia, muchas veces a trav¨¦s del PSUC.

Recuerdo adem¨¢s, aunque este sea un aspecto que el documental no pretende abordar, la labor que en esta lucha por la democracia ejercieron algunas organizaciones de car¨¢cter propiamente religioso que, tanto en el ¨¢mbito sacerdotal como seglar, se crearon o se renovaron en aquellos momentos, bajo el impulso de la, insuficiente pero importante, reforma que supuso el Concilio Vaticano. La Uni¨® Sacerdotal, Justicia i Pau, Graduats d'Acci¨® Cat¨®lica, Congregacions Marianes, Pax Romana, el Grup de Defensa dels Drets Humans, l'ICESB¡­ Todas ellas ten¨ªan una dimensi¨®n religiosa, pero al mismo tiempo claramente implicada en la transformaci¨®n pol¨ªtica y social. Me supongo, ya que no puedo aportar experiencia directa, que algo parecido deb¨ªa ocurrir en las ense?anzas que se impart¨ªan en los seminarios catalanes, ya que si no fuera as¨ª, es dif¨ªcil entender la aparici¨®n de los sacerdotes obreros, y a¨²n m¨¢s la manifestaci¨®n de sacerdotes que tuvo lugar ante la Comisaria de V¨ªa Laietana, y que termin¨® con una carga policial y con bastantes sacerdotes magullados o heridos.

La actuaci¨®n de la Iglesia, tanto espa?ola como catalana, fue mayoritariamente de apoyo al r¨¦gimen de Franco. Se puede comprender en parte como reacci¨®n a los excesos anticlericales de una parte de los que apoyaron la Rep¨²blica; pero no se puede justificar su posterior silencio ni su complicidad. Por ello es bueno que esta imagen quede completada y compensada con las que este documental, y la que otros muchos relatos y testigos pueden aportar. A algunos nos sirve para rememorar, y a los m¨¢s j¨®venes les puede permitir conocer mejor una parte interesante, y a veces olvidada, de nuestra historia reciente.

Es muy recomendable para quienes est¨¦n interesados por estos temas. Espero que la programaci¨®n en el cine pueda prolongarse m¨¢s de lo que est¨¢ ahora previsto (quince d¨ªas¡­).

Joan Maj¨® es ingeniero y exministro