Noticias negras
Veteranos del periodismo de investigaci¨®n recuerdan a Xavier Vinader en la BCNegra
¡°En Sudam¨¦rica habr¨ªa acabado en la cuneta; aqu¨ª lo intentaron unas cuantas veces pero no les sali¨® bien; no ha habido muerte f¨ªsica, pero s¨ª muerte civil, me han marginado¡¡±. Podr¨ªa ser un inicio con gancho de novela negra. Quiz¨¢ mejor ¨¦ste: ¡°Tus art¨ªculos y este tipo de periodismo estaban llegando demasiado lejos; hab¨ªa que pararlo¡±. Pero no es la primera una confesi¨®n de uno de los reporteros del The Baltimore Sun que protagonizaron la quinta temporada de la televisiva The Wire, ni la segunda una amenaza al temerario periodista Mike Dolan que sostiene Los sudarios no tienen bolsillos, de Horace McCoy. Son tan reales como el ambiente y las circunstancias que recogen esas dos obras de ficci¨®n pero ambas est¨¢n protagonizadas por el periodista Xavier Vinader y ambas, con cierta intimidad pero siempre con mucha iron¨ªa, se las cont¨® al colega Xavier Montany¨¤, autor de un documental sobre el veterano periodista de investigaci¨®n fallecido en abril del a?o pasado y que ha generado a su vez el libro El cas Vinader. El periodisme contra la guerra bruta (P¨°rtic). La primera frase fue un momento de debilidad, o de cansancio, o de derrota, bien l¨²cido; la segunda, una que un alto magistrado espa?ol le reconoci¨® al propio periodista a?os despu¨¦s de que se le dictara prisi¨®n.
¡°Hacerle llegar a la gente lo que el poder intenta esconder ya es suficientemente negro, ?no les parece?¡±, lanz¨® a la audiencia el periodista Jordi Bordas, otro de las trincheras del periodismo inc¨®modo, para justificar la mesa redonda que acogi¨® ayer la Facultad de Comunicaci¨®n y Relaciones Internacionales Blanquerna de la Universidad Ramon Llull en el marco del festival literario BCNegra. Am¨¦n del oficio, la odisea particular de Vinader ya es una trama potente en s¨ª misma. Sinopsis: entre 1979 y 1980, Vinader (¡°el mejor informador de tramas negras de la extrema derecha en Espa?a¡±, le define Montany¨¤), publica tres reportajes en Intervi¨² donde denuncia actuaciones ultras y parapoliciales de las fuerzas de seguridad (¡°uniformados de d¨ªa, incontrolados de noche¡±, se escribi¨®), el embri¨®n de los GAL. A los pocos meses, ETA acabar¨¢ matando en un atentado a uno de los citados. Se acusa entonces a Vinader de ¡°instigaci¨®n al asesinato¡±; seguir¨¢ el tema por un exilio, una condena final de siete a?os por ¡°imprudencia profesional temeraria¡± y un pacto en 1984 con el PSOE para que se salde todo con su paso un mes y medio por Carabanchel como previa al indulto.
¡°Con el peligro me crezco¡±, recuerda Montany¨¤ que se autodefini¨® el periodista que en 1975 ya hab¨ªa visto como estallaba un artefacto en el en el domicilio en el que viv¨ªa con sus padres en Sabadell. La frase la pod¨ªa haber dicho perfectamente Dolan, responsable de la revista Cosmopolite, all¨ª donde McCoy, tambi¨¦n reportero de los de pies en el fango, hac¨ªa que su personaje de ficci¨®n denunciara la corrupci¨®n de la liga de b¨¦isbol, la secta ultra a lo Ku-Klux-Klan de Los Cruzados o al m¨¦dico abortista sin escr¨²pulos. La revista en la que el periodista Bru Rovira, el m¨¢s joven ayer de los veteranos de la mesa redonda, conoci¨® a Vinader se llamaba Arreu y dur¨® s¨®lo unos meses entre 1976 y 1977: demasiado reportero izquierdista y metomentodo. ¡°Era un periodista total y su pasi¨®n por el oficio, brutal: se lleg¨® a esconder debajo de las faldas de la madre de un compa?ero para hacer fotos desde un balc¨®n cuando la gran huelga general del Baix Llobregat¡±, rememoraba el entonces a¨²n m¨¢s joven Rovira.
¡°Por su paso por Arreu salt¨® de los temas sindicales y de informaci¨®n local y municipal a implicarse m¨¢s en temas de terrorismo¡±, sostuvo el m¨¢s veterano y maestro de todos en el periodismo de investigaci¨®n barcelon¨¦s, Josep Mart¨ª G¨®mez. O sea, que hubiese encajado en la revista Expo, la combativa cabecera y l¨¢tigo de la extrema derecha que cre¨® Stieg Larsson (tambi¨¦n ¨¦l amenazado por los ultras) y que le sirvi¨® de patr¨®n para ubicar a su personaje Mikael Blomkvist como reportero de la publicaci¨®n Millennium.
Algo obsesivo como persona, Vinader ten¨ªa ¡°un compromiso consigo mismo y con el oficio de que se hab¨ªa de explicar a la sociedad todo aquel mundo tan delicado y oscuro de la Transici¨®n; este tipo de periodismo hoy da miedo o provoca rechazo¡±, apunt¨® Montany¨¤. ¡°La sociedad civil estaba deseosa de recibir esa informaci¨®n y por ello respaldaban al periodista y, en consecuencia, ¨¦ste estaba dispuesto a jugarse hasta la vida; hoy, esa reacci¨®n social no es, ni de lejos, la misma¡±, apuntaba Eduardo Mart¨ªn de Pozuelo, cuarto en discordia en la mesa. Y pon¨ªa el ejemplo de c¨®mo en los ¨²ltimo a?os ¨¦l mismo ha tenido que parar dos veces sendos reportajes sobre la recuperaci¨®n de la memoria hist¨®rica: ¡°Me vino el director dici¨¦ndome que llegaban muchas cartas de lectores diciendo que si no ten¨ªamos nada mejor que publicar¡ Y recib¨ª luego una querella de un concejal de un pueblo porque denunci¨¦ que aun sabiendo d¨®nde estaban unas fosas hizo pasar una carretera por encima de ellas¡±. Por cosas parecidas a esa, David Simon, creador de The Wire, dej¨® el The Baltimore Sun tras patearse 13 a?os las calles de la ciudad para denunciar lo negro, lo oculto.
¡°El periodismo de investigaci¨®n es, por un lado, fe en el hombre que te da la primera clave para indagar un tema; y hoy, adem¨¢s de fe en la gente, falta el latido de la calle en las informaciones, los periodistas no la pisan... Y tambi¨¦n falta alcohol, fundamental para toda pesquisa: al segundo whisky, las fuentes te lo cuentan todo¡±, resum¨ªa, acercando m¨¢s periodismo de investigaci¨®n y novela negra, Mart¨ª G¨®mez, que recordaba que las ¨²ltimas veces que vio a Vinader lo encontr¨® abatido: ¡°Sab¨ªa que muchas de las cosas por las que hab¨ªa luchado no hab¨ªan servido para nada y que la batalla del periodismo de investigaci¨®n estaba perdida¡±.
Entre los estudiantes de periodismo presentes, quiz¨¢ alguno imagin¨® lo fant¨¢stico que ser¨ªa trabajar en una redacci¨®n con tipos como Simon, McCoy, Larsson¡ Y Vinader. Un equipazo. Y aunque s¨®lo lo imaginara uno y por unos segundos, los buenos ya habr¨ªan ganado.
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