El PSOE profundo
Resulta inquietante la movilizaci¨®n de viejas glorias abanderando un discurso apocal¨ªptico sin otro objetivo que coaccionar a S¨¢nchez y los suyos y forzarlos a entregarse al PP
Si yo fuese un empresario del Ibex 35, seguramente contemplar¨ªa el actual escenario pol¨ªtico espa?ol con inquietud. Si perteneciese al establishment pol¨ªtico-medi¨¢tico que marca el rumbo de la vida p¨²blica espa?ola desde hace casi medio siglo ¡ªacaba de fallecer en loorde FAES Alejandro Mu?oz-Alonso, quien ya en 1970 era subdirector general de informaci¨®n... no precisamente democr¨¢tica¡ª sin duda vivir¨ªa con verdadera desaz¨®n el empantanamiento institucional de estas semanas. Puesto que no soy ni empresario ni mandar¨ªn, confesar¨¦ que observo el paisaje posterior a las elecciones generales del 20-D con expectaci¨®n y curiosidad. Sin regodeo alguno, pero con el inter¨¦s intelectual inherente a ver un sistema pol¨ªtico cuyo funcionamiento pasado conoces bien, sometido a unas tensiones, a unas pruebas de estr¨¦s in¨¦ditas hasta ahora.
En este sentido, y entre otros muchos efectos dignos de an¨¢lisis, la situaci¨®n actual est¨¢ haciendo aflorar un PSOE profundo que las sonrisas y las alegres promesas de Rodr¨ªguez Zapatero, y las habilidades de P¨¦rez Rubalcaba, y las vaguedades de la Declaraci¨®n de Granada, y el estilo gaseoso de Pedro S¨¢nchez hab¨ªan conseguido disimular un poco.
Bien es cierto que, a lo largo de los ¨²ltimos lustros, ese PSOE profundo no ha dejado de asomar peri¨®dicamente la oreja. Bastaba atender a los art¨ªculos, entrevistas o declaraciones de Alfonso Guerra; u observar a algun exbar¨®n de blasones izquierdistas ennoblecidos incluso en el Chile de Allende, transmutado a tertuliano ultraespa?olista en televisiones de extrema derecha; o escuchar a juristas que fueron prestigiosos, como Gregorio Peces-Barba, evocando fr¨ªvolamente al conde-duque de Olivares y la necesidad de bombardear Barcelona de vez en cuando.
No, no es que uno sea tan c¨¢ndido como para creer, una vez conocidos los resultados del 20-D, que un entendimiento pol¨ªtico ¡ªen el formato que fuese¡ª entre el PSOE y Podemos era f¨¢cil, o siquiera posible; m¨¢xime teniendo en cuenta que, para sumar, necesitar¨ªa tambi¨¦n alguna forma de apoyo por parte de independentistas y dem¨¢s ralea. Pero, justamente porque las dificultades objetivas de la f¨®rmula son enormes, porque desde la jornada electoral muchos de los actuales barones socialistas no han cesado de dirigir advertencias y trazarle l¨ªneas rojas al secretario general, me resulta sorprendente e inquietante la movilizaci¨®n de viejas glorias (m¨¢s viejas que glorias, en muchos casos) abanderando un discurso apocal¨ªptico sin otro objetivo que coaccionar a S¨¢nchez y los suyos y forzarlos a entregarse, atados de pies y manos, al PP.
Me refiero, entre otras cosas, a esa reuni¨®n celebrada el jueves 28 de enero en un restaurante del Madrid castizo (?d¨®nde si no?), por medio centenar de exdirigentes socialistas para debatir y aprobar el documento que, al d¨ªa siguiente, el exministro del Interior Jos¨¦ Luis Corcuera trat¨® de entregar en la sede de Ferraz. ?Y qu¨¦ dice el manifiesto de la guardia veterana? Pues, en primer lugar, descalifica a Podemos en t¨¦rminos que har¨ªan palidecer de envidia al m¨¢s aguerrido columnista de La Raz¨®n: es ¡°un partido populista¡± y ¡°el populismo s¨®lo trae consigo desastres pol¨ªticos y econ¨®micos¡±; es, adem¨¢s, c¨®mplice de la dictadura venezolana y resulta ¡°t¨®xico para el PSOE, lo destrozar¨¢ si gobiernan juntos, porque es el socio m¨¢s desleal posible¡±. La situaci¨®n es grave ¡ªaseveran los ex¡ª, entre otros motivos por ¡°la clara amenaza de despiece territorial por parte de los separatistas que Podemos anima, prometiendo la autodeterminaci¨®n a todos los pueblos (?oprimidos?) de Espa?a¡±. Ante ello, ¡°es preciso que los partidos constitucionalistas se sienten ya a negociar un programa de Gobierno¡±.
Tiene gracia que quienes, cuando la tinta de la Constituci¨®n todav¨ªa estaba fresca, ya trataron de desvirtuarla coengendrando y apoyando la LOAPA del brazo de una UCD agonizante, que esa gente llame ahora a rebato a los partidos ¡°constitucionalistas¡± a defender la Carta Magna. Tiene a¨²n m¨¢s gracia que su portavoz sea Corcuera, quien en 1993 tuvo que dimitir del ministerio, despu¨¦s de que el Tribunal Constitucional anulase un punto clave de su famosa y personal¨ªsima Ley de Seguridad Ciudadana o Ley de la patada en la puerta. Con semejantes sacerdotes, el culto a la Constituci¨®n no necesita enemigos.
M¨¢s all¨¢ de las an¨¦cdotas, de la imagen del abuelo Cebolleta acudiendo a Ferraz en plan ¡°?ahora nos van a o¨ªr!¡±, lo ocurrido en los ¨²ltimos d¨ªas induce a una reflexi¨®n: si no logran emanciparse de los sabios de Si¨®n del social-nacionalismo espa?ol, tanto el PSOE como Pedro S¨¢nchez est¨¢n muertos.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador.
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