Reinventar el Estado de bienestar
La defensa de los derechos sociales es responsabilidad de la administraci¨®n p¨²blica, pero es preciso contar tambi¨¦n con la participaci¨®n y la implicaci¨®n de la sociedad civil
Hoy las pol¨ªticas sociales est¨¢n tomando protagonismo. Y este es un elemento de cambio importante en la concepci¨®n de los servicios sociales. La fuerte crisis social ha puesto de manifiesto, como demuestran diferentes trabajos de soci¨®logos y economistas, que la desigualdad y la pobreza han sido el detonante de la crisis econ¨®mico-financiera. A pesar de los recortes sociales, hay consenso en que la falta de pol¨ªticas sociales y, por tanto, la desigualdad y la pobreza, son elementos que impiden el crecimiento econ¨®mico. En ¨¦poca de crisis, la desigualdad y la pobreza empujan hacia la crisis econ¨®mica. En estas circunstancias, el Estado del Bienestar es irrenunciable , pero lo hemos de reinventar.
Otro elemento de cambio en relaci¨®n a las pol¨ªticas de bienestar social es que estas no se basen exclusivamente en los servicios p¨²blicos. Tiene que haber responsabilidad p¨²blica pero tambi¨¦n hemos de contar con la participaci¨®n y el compromiso social de la ciudadan¨ªa para asegurar que el nuevo modelo de bienestar est¨¦ m¨¢s enraizado en las ciudades, en el tercer sector y en los movimientos sociales de defensa de los derechos de los ciudadanos.
Hay que diferenciar entre el objetivo de garantizar los derechos sociales de la ciudadan¨ªa y la forma concreta de hacerlo, el Estado del bienestar de ayer. Los neoliberales han querido confundir ambos para eliminar los derechos sociales y buena parte de los defensores del Estado de bienestar han ca¨ªdo en la trampa de defender a ultranza un modelo que es dif¨ªcil de mantener, y no poner entre sus prioridades la irrenunciable lucha democr¨¢tica para garantizar los derechos sociales.
La nueva pol¨ªtica de derechos sociales ha de basarse en la responsabilidad p¨²blica, pero tambi¨¦n ha de contar con una gran implicaci¨®n de la sociedad civil. Ha de basarse en el compromiso de los ciudadanos en la defensa de los derechos sociales. En este sentido, la situaci¨®n de crisis que vivimos abre nuevas oportunidades.
Lo que pase en un futuro depender¨¢ de lo que hagamos y de lo que seamos capaces de lograr entre todos y todas. Y de la correlaci¨®n de fuerzas que podamos conseguir. Para la defensa de los derechos sociales y de la sociedad civil organizada es importante tambi¨¦n el papel que puede jugar un tercer sector social que ha sufrido y sufre la crisis pero que ha demostrado tener capacidad de resistencia y resiliencia. Lo ha hecho adapt¨¢ndose a la situaci¨®n con profesionalizaci¨®n, innovaci¨®n y trabajo cooperativo y en red. Y tambi¨¦n agrup¨¢ndose en torno a la Taula del Tercer Sector Social, que re¨²ne a las diferentes federaciones y a m¨¢s de 3.000 entidades sociales.
Pero el tercer sector ha de ir cambiando y saber combinar sus tres principales funciones: la prestaci¨®n de servicios no lucrativos con reinversi¨®n de los beneficios; la defensa de los derechos sociales de las personas y la canalizaci¨®n del voluntariado y el compromiso social. Solo as¨ª podremos ser un sector emergente, eficiente y referente.
Para afrontar seriamente las desigualdades crecientes hemos de exigir, por un lado, que las pol¨ªticas sociales no est¨¦n subordinadas a las econ¨®micas y, por otro, necesitamos recuperar lo p¨²blico. Pero recuperar lo p¨²blico no significa que sea la administraci¨®n p¨²blica la que se apropia en exclusiva del sector, planteando como ¡°nueva pol¨ªtica¡± la municipalizaci¨®n de los servicios, sino entender que lo p¨²blico es lo que construimos entre todos y todas.
Lo p¨²blico es complejo pero tambi¨¦n debe ser plural puesto que la defensa de los derechos nos incumbe a todos. L¨®gicamente es la administraci¨®n quien representa y debe defender los intereses de los ciudadanos, pero las pol¨ªticas basadas ¨²nicamente en fondos p¨²blicos no son suficientes. Hay que repensar el Estado del bienestar. La defensa de los derechos sociales es responsabilidad del sector p¨²blico pero tambi¨¦n precisa una gran implicaci¨®n de la sociedad civil, del compromiso del ciudadano.
Esta es la oportunidad y el reto que nos ofrece la crisis actual. La recesi¨®n ha colocado en el centro del debate la pol¨ªtica social cuando antes era marginal. La lucha contra las desigualdades requiere de unos servicios sociales prioritarios, bien dotados, de un tercer sector social referente, y de un Estado descentralizado, a la vez m¨¢s global y m¨¢s local, que asuma la responsabilidad p¨²blica de los servicios sociales y que tenga como prioridad poner en valor la aportaci¨®n de la sociedad civil y la dimensi¨®n social o responsabilidad p¨²blica de la ciudadan¨ªa.
?ngels Guiteras es psic¨®loga y gestora de pol¨ªticas sociales.
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