Una magna obra humanista
Un Lluis Homar espl¨¦ndido realza el importante y necesario montaje de 'El professor Bernhardi' en el Teatro Nacional de Catalu?a
En comparaci¨®n con otros personajes adalides de la ¨¦tica, el profesor Bernhardi destaca por su absoluto rechazo a la trascendencia. En este revelador texto de Arthur Schnitzler (prohibido en Austria hasta 1918 y luego representado con medroso cuentagotas), el protagonista es el ¨²nico que act¨²a por un c¨®digo deontol¨®gico sin matices, que atiende s¨®lo a la responsabilidad inmediata de un m¨¦dico ante sus pacientes. Son los dem¨¢s los que sienten la necesidad de responder a una actitud firme ¡ªpercibida como intransigente soberbia¡ª con ret¨®rica trascendental para as¨ª justificar en aras de un bien mayor su nefando comportamiento. Un hombre ¨ªntegro frente a los contemporizadores fil¨®sofos de la Realpolitik.
Schnitzler escribe el texto en 1912 en el ombligo del imperio que vive con euforia su declive. Viena, epicentro intelectual de la profec¨ªa del fin de la historia escrita hasta entonces. Aunque el antisemitismo parece el n¨²cleo, hay que fijarse en la conversaci¨®n final entre el capell¨¢n presuntamente ofendido (interesante el perfil neutro que exhibe Albert Prat) y Bernhardi, donde la gran controversia de fondo se dirige hacia la ausencia de Dios. El gran peligro que representa el profesor es su ate¨ªsmo y la perturbadora conclusi¨®n que se puede hacer de sus actos y palabras.
EL PROFESSOR BERNHARDI
De Arthur Schnitzler. Direcci¨®n: Xavier Albert¨ª. Int¨¦rpretes: Llu¨ªs Homar, Joel Joan y Pep Cruz. Traducci¨®n: Feliu Formosa. Adaptaci¨®n: Llu?sa Cunill¨¦. Teatro Nacional de Catalu?a. Barcelona, 10 de febrero de 2016.
Xavier Albert¨ª sabe que tiene una obra de alto voltaje humanista y combina con mano maestra la tensi¨®n teatral de una pieza casi sin acci¨®n con una l¨ªnea discursiva que es un compendio de di¨¢logos socr¨¢ticos, con personajes que a la vez defienden su individualidad y su complementariedad respecto a una dial¨¦ctica superior. Se ve en la conexi¨®n entre el capell¨¢n y el ministro ¡ªmagn¨ªfico Manel Barcel¨® en su maquiav¨¦lica encarnaci¨®n¡ª cuando defienden su comportamiento ante las inculpaciones de Bernhardi. Toda la compa?¨ªa (13 actores y una actriz) se muestra muy s¨®lida en un dif¨ªcil tono en el que se ha excluido todo gesto in¨²til. S¨®lo hay un momento de cruda ira cuando el profesor ve amenazada su posici¨®n como m¨¦dico. Un estallido que pone de manifiesto el severo control mostrado por Llu¨ªs Homar en toda la funci¨®n. Actuaci¨®n espl¨¦ndida. Un estoico S¨®crates ante el tribunal de Viena. Tambi¨¦n destacar a Joel Joan y Pep Cruz, ambici¨®n oscura el primero, nihilismo sard¨®nico el segundo. Importante y necesario montaje, digno de un teatro nacional.
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