Un error no justifica otro
Una vez m¨¢s, un asunto relativo a la memoria hist¨®rica ha sido objeto de burdo manoseo, de grosero sectarismo, hasta desembocar en esc¨¢ndalo p¨²blico
Voy a terminar creyendo en los maleficios. Una vez m¨¢s, un asunto relativo a la memoria hist¨®rica ¡ªmateria delicada y fr¨¢gil donde las haya, que deber¨ªa ser manejada siempre con tacto, sutileza y rigor, sobre todo rigor¡ª ha sido objeto de burdo manoseo, de grosero sectarismo, hasta desembocar en esc¨¢ndalo p¨²blico, para gran satisfacci¨®n de quienes consideran esa memoria hist¨®rica una zarandaja revanchista e izquierdosa.?
Seguro que adivinan a qu¨¦ me refiero. El gobierno municipal madrile?o que encabeza Manuela Carmena resolvi¨® hacer lo que no hab¨ªan hecho en su d¨ªa ni los consistorios del venerado Enrique Tierno Galv¨¢n ni ¡ªpromoviendo una ley auton¨®mica, por ejemplo¡ª los ejecutivos de la Comunidad encabezados por ese Joaqu¨ªn Leguina que hoy da lecciones de democracia y de antitotalitarismo. ?Y qu¨¦ era ello? Pues eliminar del callejero y de los espacios p¨²blicos de la ciudad nombres y s¨ªmbolos de car¨¢cter franquista. Que, a la altura del a?o 2016, todav¨ªa persisit¨ªan en buen n¨²mero.
Lamentablemente, la tarea de identificar tales nombres y s¨ªmbolos fue encomendada a personas sin criterio ni cultura suficientes, que metieron en el mismo saco una plaza de Arriba Espa?a, una calle de los Ca¨ªdos de la Divisi¨®n Azul o las v¨ªas dedicadas a militares golpistas de 1936 (Mill¨¢n Astray, Moscard¨®, Varela...) con las calles rotuladas en honor de Josep Pla, de Pedro Mu?oz Seca (que, el pobre, no pudo ser franquista porque le asesinaron antes), de Manuel Machado o del compositor Joaqu¨ªn Turina.
Ante la reacci¨®n indignada de la oposici¨®n municipal y de buena parte de la opini¨®n que se publica en la Villa y Corte, el ya castigado equipo de la alcaldesa Carmena ha retrocedido de forma atropellada. Y, en su af¨¢n de enmienda, va a anular una de las medidas de desfranquizaci¨®n ya ejecutadas y que menos debate deber¨ªan suscitar entre dem¨®cratas: el derribo del monolito al Alf¨¦rez Provisional sito en la plaza de Felipe IV.?
Sospecho que a muchos lectores ¡ªy a muchos madrile?os¡ª esto del Alf¨¦rez Provisional les debe sonar a arameo. Recordemos, pues, que se trataba de aquellos enrolados voluntarios en el ej¨¦rcito sublevado durante la guerra civil que, poseyendo cierto nivel de estudios, eran promovidos r¨¢pidamente al escal¨®n m¨¢s bajo de la oficialidad y enviados a primera l¨ªnea (de ah¨ª la expresi¨®n alf¨¦rez provisional, cad¨¢ver efectivo) para suplir y preservar a una oficialidad de carrera insuficiente en n¨²mero. No se trataba, pues, de militares profesionales ni de combatientes de leva forzosa sino, en general, de j¨®venes pol¨ªtica e ideol¨®gicamente identificados con el bando por el que luchaban.?
Tras su victoria, ese bando convertido en r¨¦gimen erigi¨® al Alf¨¦rez Provisional en una especie de h¨¦roe an¨®nimo de la Cruzada, le dedic¨® calles y le consagr¨® monumentos hasta fecha tan tard¨ªa como 1960 (a?o de instalaci¨®n del monolito madrile?o). Sobre todo, quince mil antiguos miembros de aquel colectivo se constituyeron en una Hermandad Nacional de Alf¨¦reces Provisionales encabezada por el hist¨®rico falangista Luis Ben¨ªtez de Lugo y Ascanio, marqu¨¦s de la Florida. Durante el tardofranquismo, dicha Hermandad fue una de las piezas clave de la Confederaci¨®n Nacional de Excombatientes que presid¨ªa Jos¨¦ Antonio Gir¨®n de Velasco y que era la expresi¨®n paradigm¨¢tica del b¨²nker, de la minor¨ªa ultrafranquista resuelta a impedir el cambio democr¨¢tico a cualquier precio. El golpe del 23-F ilustr¨® a la perfecci¨®n qu¨¦ quer¨ªa decir para ellos ¡°a cualquier precio¡±.?
Explicado todo esto, se dir¨ªa que sobraban los motivos para hacer lo que la brigada municipal madrile?a hizo el pasado 1 de febrero: desmontar el monumento y trasladar sus piezas a un discreto almac¨¦n. Pero no: asustados por las cr¨ªticas ante el l¨ªo del callejero, Carmena y los suyos han enviado una carta ?a la Fundaci¨®n Nacional Francisco Franco! garantizando la reposici¨®n del monolito al Alf¨¦rez Provisional en su estado y emplazamiento originales, inclu¨ªda la inscripci¨®n ¡°Por Dios y por Espa?a¡±.
Que la Fundaci¨®n Francisco Franco sea la heredera moral y hasta jur¨ªdica de los Alf¨¦reces es natural. Que un gobierno municipal democr¨¢tico y de izquierdas deba darle explicaciones y ofrecerle un desagravio me parece inaudito. Es como si en Francia, cuarenta a?os despu¨¦s de la ca¨ªda de P¨¦tain, persistiera ¡ªy fuese intocable¡ª un monumento a los miembros de la fascista Milice de Vichy, o de la L¨¦gion des Volontaires Fran?ais contre le Bolchevisme. Y luego nos insisten en que la Transici¨®n fue mod¨¦lica y ejemplar.?
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador.
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