Ya no vale negociar
Iglesias podr¨ªa ceder a S¨¢nchez el refer¨¦ndum en Catalu?a a cambio de obtener los 23 puntos que plante¨® Artur Mas
Vale. Pablo Iglesias se refiri¨® a un asunto de Estado muy delicado en la primera sesi¨®n de investidura, hace ya dos semanas. Un asunto del pasado pol¨ªtico y moral de nuestro pa¨ªs. Los Gal. Un asunto que en su d¨ªa hasta el propio expresidente de la Generalitat de Catalu?a, Jordi Pujol, consider¨® nada f¨¢cil de deplorar. No s¨¦ si con ello el l¨ªder de Podemos se sac¨® alguna espina de encima, dado que evidentemente tiene varias que le clavaron. Tampoco ayud¨® entonces mucho el presidente del Congreso a aliviar la situaci¨®n, dirigi¨¦ndose a Iglesias con un tan paternal como inoportuno tuteo. Ahora bien, para recordarle a Pedro S¨¢nchez que algunas compa?¨ªas no le son nada propicias (y algo de verdad hay en ello) para ver con claridad aquello que tiene la obligaci¨®n de ver, sobre todo si aspiraba a ser presidente del Gobierno con su apoyo, no necesitaba Pablo Iglesias hacer tanta sangre. Estaba en una sesi¨®n de investidura, el lugar y el momento id¨®neo no para hacer enemigos irreconciliables, sino para aportar soluciones. (En la segunda sesi¨®n del viernes, Iglesias se contuvo bastante m¨¢s. Opt¨® por un tono m¨¢s distendido, aunque al final mantuvo inamovible su negativa a cederle sus esca?os al l¨ªder socialista).
Y una soluci¨®n que no deber¨ªa despreciar Iglesias, que deber¨ªa repensarse de cara a una nueva investidura, es poner a disposici¨®n de Pedro S¨¢nchez uno de los puntos estrella de su programa. El refer¨¦ndum para Catalu?a. Este punto no deber¨ªa obligar al l¨ªder de Podemos a mantener su improductiva intransigencia. Ese punto a priori es muy valioso, entre otras cosas porque reconoce que Espa?a tiene un problema territorial grave y tiene voluntad de resolverlo, pero lo ser¨¢ realmente y servir¨¢ de mucho solo en la medida en que sea para negociar un nuevo statu quo de Catalu?a en su encaje en Espa?a. Para negociar un nuevo marco de relaciones entre Catalu?a y Espa?a, adem¨¢s del obligado respeto mutuo, pero tambi¨¦n para invitar al l¨ªder socialista a reconsiderar su concepto de Espa?a. Que obviamente no puede ser el mismo que el que tienen el Partido Popular, Ciudadanos y los barones de su propio partido.
La cuesti¨®n es la siguiente. ?Cree realmente Pablo Iglesias que en unas pr¨®ximas nuevas elecciones incrementar¨¢ sus esca?os, s¨®lo porque en la materia territorial con la que se compromete no ha cedido en nada, tal como ¨¦l exige que ceda el l¨ªder socialista? Si Pablo Iglesias realmente piensa eso, entonces no solo se ganar¨¢ a pulso que todo el mundo lo tutee, sino que adem¨¢s puede sufrir un irreversible descalabro electoral en caso de repetirse en junio los comicios.
El derecho de Catalu?a a un refer¨¦ndum no tendr¨ªa que ser materia de divisi¨®n en un posible bloque de izquierdas. Y si me apuran no deber¨ªa serlo en todo el arco pol¨ªtico espa?ol. Pero lamentablemente lo es. Hoy es esto lo que hay. Y mientras lo sea, con la inclusi¨®n de ese refer¨¦ndum en el programa de Podemos, s¨®lo se puede negociar para que Catalu?a obtenga m¨¢s cuota de poder auton¨®mico en materia fiscal, cultural y ling¨¹¨ªstica. Un pa¨ªs lo m¨¢s parecido a un estado pero sin estado. Siempre he pensado que lo que los catalanes quieren no es tanto la independencia, como un pa¨ªs al que se le reconozca su condici¨®n de naci¨®n, adem¨¢s de sentirse como si vivieran en un Estado. Si se quiere, algo as¨ª como un Estado virtual, que es al fin y al cabo hacia lo que tienden a constituirse en un no muy lejano futuro los estados miembros de Europa.
Negociar, ya se ha dicho por activa y por pasiva, es ceder. Pablo Iglesias podr¨ªa ceder a Pedro S¨¢nchez el refer¨¦ndum en Catalu?a a cambio de obtener para Catalu?a los 23 puntos que esgrimi¨® Artur Mas en su momento ante Rajoy para desbloquear el contencioso entre Catalu?a y Espa?a, adem¨¢s de dise?ar un nuevo marco de una dentro de la otra. Pablo Iglesias ha demostrado madera de l¨ªder. Lo certifican esos cinco millones de votos que obtuvo el 27 de diciembre. Pero Iglesias necesita algo m¨¢s que demostrar que es un l¨ªder. Necesita convencer a Pedro S¨¢nchez, no que acepte el derecho a decidir en Catalu?a, sino que acepte que lo primero, junto con el paro y la desigualdad, es resolver para una generaci¨®n el pleito que tiene Espa?a con Catalu?a. Claro que si Pedro S¨¢nchez tampoco es capaz de entender esto tan elemental, entonces no s¨¦ qu¨¦ argumentos tendr¨¢n los federalistas convencidos ante el independentismo.
J. Ernesto Ayala-Dip es cr¨ªtico literario.
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