La atrofia desgraciada del ego¨ªsmo
Dieta para desintoxicar la mente: no leer prensa, no escuchar radio y no ver televisi¨®n
Lunes
Los buenos prop¨®sitos no siempre caen en saco roto. Voy a intentar que alg¨²n amigo lo crea y me cuente luego c¨®mo sale del ejercicio. Se trata de una dieta experimental para desintoxicar la mente. Consiste en no leer la prensa, no escuchar la radio, no ver la televisi¨®n ni navegar por las redes sociales durante un a?o. ?C¨®mo regresar¨¢ un hombre entrenado en la realidad? ?C¨®mo interpretar¨¢ las noticias del mundo? La hip¨®tesis puede formularse de este modo: la informaci¨®n satura nuestro circuito cognitivo y modela la ficci¨®n que nos envuelve. El perverso efecto de la algarab¨ªa global (hecha con las consignas t¨®xicas de prescriptores y followers) es que a cambio de la propia vida tangible, el individuo adopta las creencias de una comunidad imaginaria. Esta mimesis es la que conduce la fatalidad contempor¨¢nea: entre las dos ¨²nicas opciones, nadie vislumbra la tercera alternativa.
Martes
Si un locutor baja a la calle y pregunta al transe¨²nte, aprovechando su alegre disposici¨®n a ser consultado, cu¨¢nto le suena el nombre de Mussolini o Stalin, ver¨¢ hasta qu¨¦ punto algunos nombres son conocidos por la poblaci¨®n. Pero si en lugar de mencionar a las delirantes encarnaciones del siglo XX, le pide al desocupado paseante si recuerda algo de la vida y obra de Thomas Paine, comprobar¨¢ el desdichado destino reservado a los pioneros que fundaron los logros de nuestro tiempo. Obviamente, la omisi¨®n que padece Paine no es una casualidad de la ignorancia com¨²n: responde al deliberado prop¨®sito de nuestros pedagogos y de los publicistas fieles al dictado de las potencias infernales.
En 1999 publiqu¨¦ en Seix Barral la deslumbrante biograf¨ªa que le dedic¨® Howard Fast (ya saben: el autor de Espartaco, el perseguido durante la exitosa Caza de Brujas de McCarthy...). Ratificando la imposible existencia de Paine en el paradigma acad¨¦mico de nuestro pa¨ªs, el libro pas¨® por las librer¨ªas sin recibir una sola rese?a. Lo tom¨¦ como un s¨ªntoma de nuestra astenia intelectual. El desd¨¦n que los sabios espa?oles dedican a lo que no conocen ha conseguido ser la inconfundible r¨²brica de la Marca Espa?a.
Veo ahora que la editorial Funambulista edita la obra con que Paine consolid¨® las ideas de la Revoluci¨®n Americana ("El sentido com¨²n") y que Debate publica el ensayo del ya ausente Christopher Hitchens sobre Thomas Paine y su glorioso libro "Los Derechos del Hombre". El ensayo es una brillante evocaci¨®n y ratifica a Paine en el lugar que ocupa en el pante¨®n de los hombres ilustres: la inteligencia con que desvel¨® la clave de la ¨²ltima religi¨®n -la divinidad de lo humano latente en el hombre- resulta ahora de una acuciante urgencia.
Jueves
Me cuenta Laura Thomson, la elegante y elocuente directora general de la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones, cu¨¢les son nuestras imperiosas necesidades: si la vieja Europa quiere afrontar el envejecimiento de su poblaci¨®n, cubrir los puestos de trabajo vacantes, sostener los servicios educativos y sanitarios y garantizar el pago de las pensiones, debe contratar a m¨¢s de 45 millones de emigrantes. Esta carencia contrasta con el vocer¨ªo de los xen¨®fobos pero sobre todo con la incompetente gesti¨®n que las instituciones est¨¢n haciendo de la llamada crisis migratoria. ?Crisis? Apenas ascienden a un mill¨®n los desplazados sirios que, huyendo de las matanzas de la guerra, hacen cola en los campos enfangados de nuestra frontera. La senil Europa no s¨®lo tiene atrofiada la conciencia de sus deberes, sino muy confundido su torpe y err¨¢tico ego¨ªsmo. Y este es el presagio de un colapso inminente.
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