Los forenses afirman que Quintana fue herida por una pelota de goma
Los expertos admiten en el juicio que no estudiaron los proyectiles de viscol¨¢stica
Los forenses que examinaron a fondo las lesiones de Ester Quintana no albergan dudas: fueron provocadas por una pelota de goma. En su declaraci¨®n durante el juicio contra dos agentes de los Mossos d¡¯Esquadra, los forenses han ratificado sus informes y han concluido que la mutilaci¨®n del ojo izquierdo de Quintana es ¡°compatible¡± con el lanzamiento de ese proyectil. El Departamento de Interior admite que la mujer fue herida por una intervenci¨®n policial durante la huelga del 14 de noviembre de 2012, pero sigue negando que los Mossos lanzaran ese d¨ªa bolas de goma.
¡°Hemos visto seis casos de pacientes [heridos] por bolas de goma y todos son iguales, aunque ¨¦ste es el m¨¢s grave¡±, ha explicado la m¨¦dico del Instituto de Medicina Legal de Catalu?a. Las lesiones, dijo, implican que se us¨® un ¡°objeto altamente contundente¡± que fue lanzado ¡°a gran velocidad¡± y que se adapt¨® a la ¡°¨®rbita del ojo¡±, lo que provoc¨® el estallido del globo ocular. Las lesiones ¡°son compatibles¡±, ha agregado, ¡°con el relato de la v¨ªctima¡±. La velocidad y la distancia son factores clave en este tipo de incidentes, ha dicho la m¨¦dico, quien ha recordado que las pelotas de goma ¡°hacen un rebote tremendo¡± y van a gran velocidad. ¡°Dadas las circunstancias¡±, ha agregado el experto oftalmol¨®gico que tambi¨¦n elabor¨® los informes, la lesi¨®n ¡°es compatible con el impacto de una pelota de goma¡±.
Los dos mossos acusados son un subinspector y un escopetero de la Brigada M¨®vil de los Mossos. Ambos estuvieron en la zona donde fue herida Quintana (en la confluencia del Paseo de Gr¨¤cia con la calle de Casp) el 14-N. Los acusados han negado que dispararan pelotas de goma, aunque han admitido que lanzaron salvas (disparos sin munici¨®n) en esa zona. Su defensa se basa en afirmar que fue otro agente de los Mossos el que realiz¨® el disparo, y que lo hizo con un tipo de proyectil (el foam, de viscol¨¢stica) distinto.
Las abogadas de los Mossos, Olga Tubau y Lydia Lajara, han intentado que los forenses reconociesen que, aunque las lesiones sean ¡°compatibles¡± con las pelotas de goma, hay otras posibilidades. El debate en la sala de vistas ha sido intenso. Los forenses han defendido con vehemencia que han estudiado a fondo la literatura cient¨ªfica sobre el asunto y que su conclusi¨®n es que tienen que ser pelotas de goma. En alg¨²n momento han descartado el foam como arma lesiva: ¡°Esto no producir¨ªa lesiones tan graves de desplazamiento de la herida, como se produjo en este caso. Es un impacto, oiga, tremendo, o a muy corta distancia¡ Pero tremendo¡±.
A preguntas de las abogadas, sin embargo, han acabado admitiendo que desconocen muchas de las caracter¨ªsticas del proyectil de viscol¨¢stica, como por ejemplo el di¨¢metro o la velocidad de disparo del arma. ¡°Yo no le puedo hablar de lo otro [los proyectiles de viscol¨¢stica] porque no lo conozco, pero es de menor entidad¡±. ¡°Nosotros ¨Cha agregado- nos hemos dedicado a las pelotas de goma¡±.
El otro m¨¦dico forense, con m¨¢s de 30 a?os de experiencia, ha seguido en una l¨ªnea similar: ¡°Las lesiones me las explico con la de caucho [pelota de goma], pero no con la otra¡±, ha explicado antes de reconocer que nunca ha visto ¡°ninguna lesi¨®n por foam¡± (que empez¨® a utilizarse en 2011, un a?o antes de que ocurriesen los hechos).
La pericial oftalmol¨®gica ha abundado en la hip¨®tesis de las pelotas de goma. Uno de los expertos ha afirmado que las lesiones que provocan uno y otro proyectil son ¡°diferentes¡± debido a su distinto di¨¢metro: 54 mil¨ªmetros de di¨¢metro para las pelotas de goma (que adem¨¢s tienen ¡°un peso menor¡± y ¡°una consistencia m¨¢s blanda) y unos 40 para los proyectiles de viscol¨¢stica. ¡°Para causar lesi¨®n por estallido orbitario [como la de Quintana], ¡°tenemos que hablar de un di¨¢metro importante¡±. Ese di¨¢metro tendr¨ªa que ser, como m¨ªnimo, de cinco cent¨ªmetros. ¡°No se puede decir nada en absoluto, pero uno m¨¢s peque?o ser¨ªa improbable¡±.
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