Un incombustible The Boss, a por el en¨¦simo milagro
Springsteen abarrotar¨¢ este s¨¢bado el Camp Nou para celebrar los 35 a?os de ¡®The River¡¯
Todo un Camp Nou lleno esperar¨¢ ma?ana (21 horas) un milagro. Y no deportivo, aunque casi. Bruce Springsteen volver¨¢ a electrificar a una multitud con algo tan elemental como el rock and roll, un rock que ¨¦l y casi solo ¨¦l hace f¨ªsico, como una corriente que acalambra a quien se pone a tiro. Y eso, de ah¨ª parte del milagro, que The Boss ya no es un chaval, sino todo un se?or que a sus 66 a?os se niega a renunciar a la celebraci¨®n de sus canciones en directo. Nada nuevo, pero todo emocionalmente intenso, un nuevo regalo que, aunque se sabe que no es sorpresa, se vivir¨¢ con el pasmo de quien recibe algo inesperado. Lo dicho, un milagro.
Pero incluso los milagros tienen su cara mundana, pragm¨¢tica. La reciente actividad terrorista en Europa ha hecho que las medidas de seguridad alcancen a este acontecimiento, que abrir¨¢ sus puertas a las seis de la tarde, tres horas antes de arrancar oficialmente el concierto. La organizaci¨®n ya ha hecho saber que se prohibir¨¢ la entrada al recinto con mochilas y cascos, elementos a los que se deben a?adir los tradicionalmente vetados, como botellas y latas sin abrir y palos, entre otros. Es por ello por lo que para evitar aglomeraciones innecesarias que puedan obligar al retraso del concierto se solicita de la asistencia se persone lo antes posible en el Camp Nou para poder estar presente en la fiesta.
?Y c¨®mo ser¨¢ la fiesta, aparato de lanzamiento de la caja The Ties That Bind: The River Collection? De entrada se conoce solo parte de la misma, e incluso puede variar de lo acontecido en el tramo norteamericano de la gira, saldada con 33 conciertos realizados. As¨ª, Barcelona es la primera ciudad europea que ve a Sprinsgteen este a?o, de manera que aqu¨ª se podr¨¢ comprobar los cambios que introduce en el repertorio.
Cinco veces en el templo azulgrana
Con la de ma?ana, ser¨¢ la quinta vez que Bruce Sprinsteen pise el Camp Nou. El debut fue por la gira de Tunnel of Love, el 3 de agosto de 1988. Lo que no hab¨ªa hecho en su vida art¨ªstica lo repiti¨® al cabo de un mes, cuando el 10 de septiembre regres¨® en el marco de la gala ben¨¦fica Human rights now! Tard¨® 20 a?os luego: fue con el Magic Tour y lo hizo dos veces: el 19 y 20 de julio de 2008.
Los rumores apuntan que pese a que The River es el nombre de la gira y el cumplea?os del disco, 35 primaveras, la excusa, puede que en Europa no suene en su integridad como en Estados Unidos, donde ocupaba la primera parte del recital. La raz¨®n hay que buscarla en que los recintos en Europa son m¨¢s grandes que los que han acogido a The Boss en su pa¨ªs, y en estadios cabe la posibilidad de que no todas las baladas del disco suenen para evitar que la electricidad y la tensi¨®n desciendan. Lo que se duda que cambie son dos aspectos: el escenario seguir¨¢ siendo voluntariamente simple y con las luces justas, sin alarde de ninguna especie para centrar as¨ª la atenci¨®n en la m¨²sica y en la propia banda y que el espect¨¢culo durar¨¢ entre dos horas y media y tres, albergando no menos de una treintena de canciones. Una tarea casi de titanes.
Lo que mantiene unida a esta familia roquera llamada The E Street Band y a todo el equipo que hace posible el espect¨¢culo es un ambiente familiar que va mucho m¨¢s all¨¢ de los sueldos, y es bien sabido que The Boss paga bien a sus m¨²sicos. Esa unidad casi de familia en el sentido italiano del t¨¦rmino, y no se piense en mafia, se articula en torno a que las bajas son sustituidas por personas cercanas a quien marcha. Y eso no solo afecta a los miembros visibles del grupo (en el que Clarence Clemons, por ejemplo, fue sustituido al saxo por su sobrino Jake Clemons), sino a cualquier componente del mismo, sea t¨¦cnico o m¨¢nager de carretera.
Solo as¨ª se entiende que una banda, a pesar de estar compuesta por una decena de miembros, suene como una persona, sienta como una persona y apabulle a sesenta mil personas. Por cierto, con eso de la venta anticipada, la red est¨¢ llena de personas que venden sus localidades despu¨¦s de que un inconveniente de ¨²ltima hora imposibilite la asistencia. As¨ª que el ¡°No hay entradas¡± es, en este caso, solo relativo. Y no se venden por fortunas, sino en muchos casos por el mismo precio de compra.
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