Cuatro indicios de disimulo en 10 segundos
Los estudios cient¨ªficos de detecci¨®n nos ayudan a analizar y comprender c¨®mo construyen su simulaci¨®n las personas que mienten
Seg¨²n los antrop¨®logos de la comunicaci¨®n, mentimos todos los d¨ªas de nuestra vida, desde que somos beb¨¦s reci¨¦n nacidos y a¨²n no poseemos siquiera lenguaje articulado, hasta la ancianidad. Los psic¨®logos aseguran que mentimos sin cesar incluso a nosotros mismos, un fen¨®meno que est¨¢ en la base del ¨¦xito de los libros de autoayuda y de transformaci¨®n personal. Ante una pr¨¢ctica humana tan generalizada, ser¨ªa comprensible entender la mentira, el enga?o y la simulaci¨®n como actividades comunicativas de adaptaci¨®n a los complejos retos de la vida social, profesional y personal. Pero cuando la mentira pretende camuflar un presunto delito, estamos ante un abuso asocial y anti¨¦tico de la simulaci¨®n.
Paul Ekman y Edward Geiselman, gur¨²s de la comunicaci¨®n y expertos en detecci¨®n de mentiras, son autores de estudios cient¨ªficos interdisciplinares cuyas conclusiones aplican, por ejemplo, el FBI, la CIA y el ej¨¦rcito estadounidense para conseguir informaci¨®n relevante en los interrogatorios a sospechosos. Imaginemos que tenemos sentados a nuestro lado a Ekman y a Geiselman y que todos juntos visionamos la siguiente declaraci¨®n a la prensa del exministro de industria: ¡°Puedo decirle que desmiento total y rotundamente que tenga absolutamente nada que ver con ninguna sociedad radicada en Panam¨¢ ni ning¨²n otro para¨ªso fiscal¡±. Se?ores Ekman y Geiselman ?ven ustedes alg¨²n indicio de enga?o en esta actuaci¨®n comunicativa?
Probablemente Ekman nos se?alar¨ªa una primera se?al de incomodidad en un desliz gestual involuntario del declarante. El (en ese momento) ministro acompa?a con un ligero pero perceptible movimiento de negaci¨®n con la cabeza todas y cada una de las palabras que est¨¢ afirmando verbalmente, como se advierte en el v¨ªdeo de la declaraci¨®n. En opini¨®n de Ekman, cuando se manifiesta una discrepancia entre el comportamiento verbal (controlable racionalmente) y el no verbal (irracional, org¨¢nico) estamos ante un indicio de ocultaci¨®n.
Tal vez Ekman llamar¨ªa tambi¨¦n nuestra atenci¨®n sobre ¡°Puedo decirle que¡¡±, como una segunda se?al de simulaci¨®n, porque este inicio formulario, este rodeo verbal ceremonioso que enmarca la declaraci¨®n, indica que vamos a escuchar un discurso ¡°preparado¡± de justificaci¨®n. Seg¨²n Ekman, la persona que enga?a usa siempre respuestas exculpatorias ensayadas previamente y que pueden sonar muy convincentes si se les quita las marcas de preparaci¨®n, pero, con ellas, las palabras suenan irremediablemente poco sinceras. Que una respuesta est¨¦ preparada no es indicio en s¨ª mismo de enga?o, pero si ello aparece combinado con otros indicios de disimulo, se convierte en una se?al de c¨¢lculo y dise?o estrat¨¦gico de un discurso que ans¨ªa legitimar la exculpaci¨®n.
Por su lado, quiz¨¢ Geiselman subrayar¨ªa como tercer indicio de disimulo la discrepancia entre la emoci¨®n adecuada a lo que se dice (indignaci¨®n ante unas acusaciones falsas) y la entonaci¨®n de la voz (firme, contenida, autocontrolada). Difamar, orquestar una conspiraci¨®n contra un ministro construyendo un montaje malintencionado que incluye la falsificaci¨®n de firmas es tan grave que quiz¨¢ requerir¨ªa una emoci¨®n cercana a la indignaci¨®n; en cualquier caso, alejada de la firme contenci¨®n que muestra el pol¨ªtico. Para Geiselman, una evidente divergencia entre la emoci¨®n esperable y el tono del discurso indican simulaci¨®n.
Tambi¨¦n ser¨ªa esperable que Geiselman hallase en la expresi¨®n ¡°desmiento total y rotundamente que tenga absolutamente nada que ver¡± un cuarto indicio de enga?o. Esa un poco exagerada y algo melodram¨¢tica intensificaci¨®n expresiva suele ser una estrategia discursiva t¨ªpica que usan los mentirosos para conseguir que quienes los escuchan los crean veraces.
Si apareciese aisladamente solo uno de los indicios, tal vez podr¨ªa provocar dudas en los analistas expertos. Sin embargo, la aparici¨®n conjunta de cuatro indicios de enga?o de manual, identificados y clasificados despu¨¦s de miles de horas de observaci¨®n cient¨ªfica de intercambios comunicativos humanos, introduce la suficiente redundancia como para llegar a una conclusi¨®n: son cuatro indicios diferentes de ocultaci¨®n que aparecen en tan solo 10 segundos de discurso. ?Casualidad?
Presuntos corruptos poco sinceros: Ekman, Geiselman y los ciudadanos os est¨¢n observando.
Estrella Montol¨ªo Dur¨¢n es catedr¨¢tica de la UB y experta en Comunicaci¨®n.
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