Porno nacional-cat¨®lico

Lo peor de las buenas costumbres es que enseguida se hacen mala costumbre y hasta invisible rutina t¨®xica. Por pura costumbre dejamos de notar el olor a sacrist¨ªa y a comisario pol¨ªtico, pero siguen ah¨ª, como ah¨ª siguen los servicios informativos de TV3 exhibiendo parcialidad ideol¨®gica descarnada, demagogia sin disfraz y precocidad electoralista. Un 30 minuts reciente hizo las funciones de primer pistoletazo de salida hacia la campa?a electoral independentista y sus listas de ofendidos y humillados. Inmediatamente despu¨¦s, comparec¨ªa la cordialidad de Ernest Folch para contarnos la vida de Javier Cercas. ?Cercas, Javier Cercas? ?El traidor, el botifler, el novelista en espa?ol, el amigo de Vargas Llosa, el columnista lib¨¦rrimo de El Pa¨ªs Semanal? ?Al mism¨ªsimo Cercas le dedicaban un programa de una hora para contar su vida en TV3?

Cercas es muchas cosas pero sin duda no es ni desagradecido ni planta sin ra¨ªces, como todo el mundo pudo ver en el programa titulado Arrelats. En el espacio de Ernest Folch se le hizo repetir a Cercas por lo menos tres veces que no hubiera sido nunca escritor si no hubiese emigrado de la mano de su familia hacia Girona desde su pueblo extreme?o de Ibahernando.

El programa no lleg¨® a explicar, sin embargo, que su frescura ¨¦tica y su solvencia intelectual tienen menos que ver con Girona que con sus varios a?os de Barcelona y su empat¨ªa con Francisco Rico, con Alberto Blecua y con Sergio Beser, todos ellos en la UAB, incluida la oferta de escribir en este peri¨®dico hace ya veinte a?os. Se les debi¨® pasar por inadvertencia, o quiz¨¢ para que quedase m¨¢s limpia la l¨ªnea recta que huye de Ibahernando y llega al cielo literario de Girona.

Como quiero mucho a Javier Cercas, se me puso ¡°el pelito de punta¡± al menos una vez durante el reportaje. Lo digo con expresi¨®n que aprend¨ª en otro estupendo propagador de ideolog¨ªa oficial a mansalva, s¨®lo que del otro lado (o aparentemente del otro lado). En TVE hace mucho tiempo que han perdido la verg¨¹enza y ocuparon no s¨¦ cu¨¢ntos minutos del telediario de mediod¨ªa a exaltar la superstici¨®n, a sembrar la docilidad acr¨ªtica, a cultivar la fe religiosa y a despreciar la sensatez racionalista sin tapujos ni m¨¢scaras.

Encadenaron varios minutos de bochornosa entrega a la fe y la magia devota ante una virgen en romer¨ªa, mientras un mont¨®n de gente emocionada jaleaba a la madera pintada mientras remataban el bloque noticiero con los gastos que hacen los papis para pagar las comuniones de sus ni?os (una media de 8.000 disparatados euros por ni?o, con infinitos cr¨¦ditos r¨¢pidos por medio).

La obscenidad deber¨ªa estar reservada en una televisi¨®n p¨²blica, como los programas de sexo blando, duro y fifty-fifty, a las horas nocturnas o extremas, y quien quiera chutarse una dosis de fe y de superstici¨®n, con sexo o sin sexo, deber¨ªa poder sintonizar el canal loco del vicio. O incluso podr¨ªa ir directamente a otra esplendorosa novedad de las televisiones p¨²blicas y sus anuncios de p¨®ker y apuestas on line. Que a nadie se le pase por la cabeza prohibir ni el sexo ni las apuestas ni el p¨®ker ni las romer¨ªas, por supuesto. Pero, excepto el sexo, que pueden propagarlo a cualquier hora, el resto deber¨ªa pag¨¢rselo cada cual seg¨²n su chaladura particular, dada su incompatibilidad con un estado civil criado bajo la Ilustraci¨®n laica y moderna.

Ese resto constituye una destructiva y degradadora forma de animar a la docilidad, a la pasiva resignaci¨®n, a la paciencia cristiana y al pensamiento m¨¢gico: entroniza la irracionalidad. El porno duro religioso, con los sufrientes portadores de la virgen de cada pueblo, en Andaluc¨ªa o Catalu?a, con su fe y sus ¡°pelitos de punta¡±, es un juego de cama privado.

Se me puso de punta el pelito tambi¨¦n a m¨ª, sobre todo al ver que reservaban para un poco m¨¢s tarde las noticias sobre el festival de Cannes, las noticias sobre una subasta de papeles de Marilyn Monroe, la buena noticia de una exposici¨®n sobre el punk hecha tambi¨¦n en Barcelona y hasta hubo tiempo para contar que un hijo de David Bowie gasta un dineral haciendo pel¨ªculas de monstruos. Sigo subido a la punta del pelo, y dolorido como espectador ante la dureza del porno nacional-cat¨®lico de TVE y el patriotismo sectario de los telediarios de TV3.

Jordi Gracia es profesor y ensayista.