Amores que matan
No s¨®lo nos ama el PP; tambi¨¦n el PSOE nos quiere locamente, pero si quiere recuperar votantes seducidos por En Com¨² Podem, Borrell es el cebo menos adecuado
Nos aman, no pueden evitarlo. Sobre todo, en per¨ªodos preelectorales. En noviembre de 2011, durante un m¨ªtin en la Badalona entonces felizmente gobernada por su correligionario Garc¨ªa Albiol, la secretaria general del Partido Popular, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, declam¨® en un voluntarioso catal¨¢n: ¡°jo estimo Catalunya, i el PP estima Catalunya¡±. Ese amor apasionado no le hab¨ªa impedido, el a?o anterior, tachar de ¡°muy antidemocr¨¢tico y muy fascista¡± al presidente de todos los catalanes ¡ªa la saz¨®n, Jos¨¦ Montilla¡ª por sus cr¨ªticas a la sentencia del Constitucional contra el Estatuto. Tampoco la priv¨®, m¨¢s adelante, de calificar de ¡°fascista¡± al conjunto del soberanismo catal¨¢n; es decir, a por lo menos la mitad de los habitantes de esa Catalu?a a la que tanto quiere.
A veces, uno tiene la impresi¨®n de que algunos confunden el amor con la mera presencia f¨ªsica. El mism¨ªsimo Mariano Rajoy se vanagloriaba a?os atr¨¢s de que, entre 2008 y 2011, hab¨ªa venido a Catalu?a 45 veces. No s¨¦ qu¨¦ cifra marca hoy el visit¨®metro rajoyano, pero es un hecho que, desde su instalaci¨®n en La Moncloa, el PP ha celebrado en Barcelona numerosas convenciones y otros eventos de ¨¢mbito estatal, adem¨¢s de m¨ªtines, en presencia del l¨ªder m¨¢ximo. Durante el mismo per¨ªodo de tiempo, el partido ha visto evaporarse casi la mitad de su cuota electoral catalana y ha ca¨ªdo de la tercera a la sexta posici¨®n del r¨¢nquing de votos.
Pese a ello las viejas recetas persisten, inc¨®lumes. Hace unos d¨ªas el actual hombre de Rajoy en Catalu?a, el precitado Xavier Garc¨ªa Albiol, desvel¨® en rueda de prensa la f¨®rmula que ha ideado para combatir el independentismo: se trata de que, despu¨¦s del 26-J, ¡°el Estado recupere presencia simb¨®lica en Catalu?a¡±, porque ahora est¨¢ ¡°desaparecido¡±.
Ignoro si el coordinador general del PPC se da cuenta de que, expres¨¢ndose en tales t¨¦rminos, describe Catalu?a como un territorio reci¨¦n anexionado pendiente de homogeneizar, y no como una parte sustantiva y ancestral de Espa?a, que es el dogma sagrado de los suyos. Tambi¨¦n desconozco qu¨¦ opina su buena amiga Mar¨ªa de los Llanos de Luna sobre esa teor¨ªa del ¡°Estado ausente¡±. En cambio, estoy seguro de que abrir en Barcelona una sucursal del Museo del Prado u organizar un partido de la Roja en Cornell¨¤ ¡ªlos ejemplos son de Garc¨ªa Albiol¡ª no modificar¨ªa significativamente el mapa de la opini¨®n catalana. Quiz¨¢ fuese m¨¢s eficaz no haber suspendido la ley antidesahucios y contra la probreza energ¨¦tica...
Pero no s¨®lo nos ama el PP; tambi¨¦n nos quiere locamente el PSOE. Vean, si no, el detallazo de Pedro S¨¢nchez escogiendo Barcelona, el pasado domingo, para presentar su ¡°gobierno del cambio¡±, el dream team de expertos con los que quiere darle la vuelta a Espa?a como a un calcet¨ªn. Un shadow cabinet en el que, siguiendo las m¨¢s inveteradas tradiciones, no faltan tres ¡°ministrables¡± catalanes. Es aqu¨ª, precisamente, donde a la ¡°operaci¨®n sonrisa¡± de S¨¢nchez empieza a hel¨¢rsele el rictus. Porque bueno, admitamos que la flamante n¨²mero uno del PSC por Barcelona, Meritxell Batet, y la alcaldesa de Santa Coloma, N¨²ria Parlon, representan ese et¨¦reo federalismo que el v¨¦rtice socialista invoca como la panacea del problema catal¨¢n..., aunque sin concretar ni su alcance ni con qu¨¦ aliados cuenta para trasladarlo a una Constituci¨®n reformada (no ser¨¢ con Ciudadanos, desde luego). Pero, ?qu¨¦ pinta en este escenario Pepe Borrell?
Si, de cara al 26-J, el PSC quiere recuperar votantes seducidos en diciembre por En Com¨² Podem y su compromiso de un refer¨¦ndum, Borrell resulta el cebo menos adecuado. Desde que comenz¨® su carrera ministerial hace un cuarto de siglo, el de La Pobla se ha ganado a pulso la condici¨®n de paradigma del jacobinismo en la pol¨ªtica espa?ola. No es s¨®lo que su correligionario Almunia lo tildase de ¡°jacobino irredento¡±; ¨¦l mismo lo ha admitido con orgullo; por ejemplo en la contra de La Vanguardia del pasado 9 de septiembre, donde sentenciaba enf¨¢tico: ¡°el poder central libera; el poder local oprime¡±. Federalismo y jacobinismo son estrictamente antit¨¦ticos, aunque tal vez Pedro S¨¢nchez lo desconozca.
No, el Borrell cuya soberbia intelectual ¡ªreflejada en el libro Las cuentas y los cuentos de la independencia¡ª trata de idiotas a todos los partidarios de la soberan¨ªa o del derecho a decidir, no recuperar¨¢ votos de En Com¨² Podem. Quiz¨¢ es que el PSC quiere atraerlos de C's y del PP.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador.
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