Catalu?a ¡®olvida¡¯ las pensiones en su ley de Seguridad Social

La palabra ¡°pensi¨®n¡± no aparece ni una sola vez en el texto de la proposici¨®n de ley para crear la Agencia Catalana de Protecci¨®n Social. El documento fue presentado por los diputados de Junts pel S¨ª y la CUP y se trata de la primera de las tres llamadas ¡°leyes de desconexi¨®n¡±. La norma solo deja la puerta abierta a m¨¢s competencias que la Generalitat pueda tener en el futuro y se limita a organizar la gesti¨®n de parte de las 169 prestaciones sociales actuales del Gobierno aut¨®nomo.

El futuro de las pensiones en una Catalu?a independiente fue uno de los temas que tens¨® la campa?a de las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas. Casi 1,7 millones de catalanes reciben esta prestaci¨®n y la crisis hace que muchas familias dependan de ese ingreso. La entidad antisoberanista Sociedad Civil Catalana hizo un buzoneo advirtiendo de que con la secesi¨®n el monto de las pensiones caer¨ªa. Junts pel S¨ª respondi¨® con otro escrito, firmado por Artur Mas y Oriol Junqueras, alegando que ¡°no hay datos objetivos¡± que pongan en riesgo las pensiones. ¡°No dej¨¦is que jueguen con nuestros sentimientos¡±, dec¨ªa la carta.

El tema es tan delicado que, m¨¢s all¨¢ de un requisito vital para el hipot¨¦tico nuevo Estado, la creaci¨®n de la agencia se convirti¨® en una herramienta para dar verosimilitud al relato de la desconexi¨®n, consagrado en la anulada declaraci¨®n de soberan¨ªa del 9-N. Pero la ¨²nica referencia al tema dentro del texto que se tramitar¨¢ est¨¢ en la exposici¨®n de motivos. All¨ª se justifica el ente debido al modelo econ¨®mico basado en el trabajo, del que se genera ¡°una dependencia del sistema de rentas para las personas cuando se vuelven inactivas o pasivas¡±.

Tal como est¨¢ planteada, la ley invoca las competencias actuales y no plantea ninguna ruptura. Se trata de un texto redactado con cuidado para evitar ser recurrido. Pero su g¨¦nesis (la declaraci¨®n de soberan¨ªa) podr¨ªa ser el punto donde la Abogac¨ªa del Estado podr¨ªa ver una brecha para denunciarla ante el Tribunal Constitucional. ¡°No trabajamos pensando en si nos van a impugnar o no las leyes, sino en los catalanes que nos han dado su apoyo¡±, defendi¨® el diputado Chakir el Homrani (Junts pel S¨ª).

169 prestaciones

El texto insiste en varias ocasiones en que administrar¨¢ los instrumentos de la protecci¨®n social que ¡°en cada momento sean competencia de la Generalitat¡±. As¨ª, aunque la agencia ambicione gestionar las 169 prestaciones que existen en Catalu?a (sumando las de diferentes Administraciones), en realidad se queda con el 60%. El resto compete al Estado.

En el caso de las prestaciones econ¨®micas, el 41% de las ayudas tienen como fuente de financiaci¨®n al Estado (por ejemplo las pensiones). Hacer frente a la protecci¨®n social implicar¨ªa gestionar unos 32.400 millones de euros, pero en las actuales condiciones ser¨ªan unos 5.200 millones. La agencia centralizar¨¢ el pago de las prestaciones econ¨®micas y de servicios y recaudar¨¢ los recursos que le ¡°correspondan en cada momento¡±. Por ahora, por ejemplo, el copago de los dependientes. La prescripci¨®n de las ayudas continuar¨¢ en cada uno de los departamentos hasta ahora responsables.

La agencia tendr¨¢ un presidente, designado por el Parlament y ha de contar con ¡°un amplio prestigio en el ¨¢mbito de la protecci¨®n social y reconocida honorabilidad¡±. Tambi¨¦n tendr¨¢ que acreditar su trayectoria profesional y ¡°capacidad en la comisi¨®n parlamentaria correspondiente. En el caso del director no se habla de valores pero s¨ª de diez a?os de experiencia bien sea profesional o de antig¨¹edad en el funcionariado que tiene que ver con la pol¨ªtica social.

Junts pel S¨ª y la CUP plantean el tr¨¢mite de la norma por la v¨ªa de urgencia, lo que implica que se vote en uno de los plenos de julio. El papel de la oposici¨®n est¨¢ por ver. La creaci¨®n de un ente que haga una gesti¨®n m¨¢s eficiente las prestaciones sociales es una reivindicaci¨®n hist¨®rica tanto del PSC como de algunos de los socios de Catalunya S¨ª Que Es Pot y, t¨¦cnicamente, el texto va orientado en ese camino.