J¨®venes: realidad y perspectivas
La crisis ha golpeado especialmente a los j¨®venes, que han sufrido m¨¢s paro y m¨¢s recortes que otras franjas de edad. A la idea de retroceso hay que sumar la ausencia de expectativas de mejora
Cada vez es m¨¢s frecuente una reacci¨®n algo humor¨ªstica a quien pregunta: ¡°?c¨®mo est¨¢s?¡± La respuesta es: ¡°Depende de con qu¨¦ lo compares¡¡± A veces es una manera divertida de no responder, pero en todo caso pone de manifiesto que la sabidur¨ªa popular calibra perfectamente la relatividad de muchas cosas, y las califica seg¨²n las circunstancias. Quiero explicar que esta relatividad tiene, al menos tres dimensiones, una social, otra temporal, y otra psicol¨®gica. La valoraci¨®n de la situaci¨®n personal depende de elementos objetivos (salud, riqueza, relaciones¡), pero est¨¢ muy condicionada por tres percepciones.
1. Las comparaciones. La primera es la comparaci¨®n con la de los otros miembros de la sociedad en la que uno vive. Con una misma cantidad de ingresos se puede uno sentir rico en Nigeria y pobre de solemnidad en Dinamarca. La desigualdad en el reparto de la riqueza influye tanto o m¨¢s que el nivel general de riqueza, en la percepci¨®n de la situaci¨®n personal. La evidencia de la apropiaci¨®n y de la acumulaci¨®n aumenta enormemente la irritaci¨®n que produce la escasez.
La segunda es la comparaci¨®n con los a?os anteriores. Para una misma situaci¨®n personal, si ¨¦sta va mejorando de forma progresiva, la percepci¨®n es mucho mejor que si est¨¢ estancada. Estar subiendo, es mucho mejor que estar parado en el mismo nivel. Esta es la gran diferencia entre lo que ocurr¨ªa en Espa?a durante los a?os 80, y lo que ha ocurrido la ¨²ltima d¨¦cada, con el agravante de que muchas personas no s¨®lo han quedado estancadas, sino que han experimentado reducciones importantes de ingresos. Evidentemente un pa¨ªs que crece en PIB, pero que al mismo tiempo aumenta la desigualdad y los niveles de pobreza, no es un pa¨ªs que progrese. Esto es lo ocurrido en muchos pa¨ªses europeos, tambi¨¦n el nuestro, durante los ¨²ltimos 20 a?os.
Finalmente, las expectativas. Uno compara lo conseguido con lo esperado; y piensa en las perspectivas de futuro. La situaci¨®n actual se ve mucho mejor cuando las expectativas son buenas, que cuando no lo son. En resumen: desigualdad, tendencia, y expectativas, son elementos clave en el an¨¢lisis de la realidad.
2. La generaci¨®n joven. He actualizado estas reflexiones, enfoc¨¢ndolas especialmente en la situaci¨®n de nuestros j¨®venes en edad de trabajar, y recordando datos econ¨®micos, sociales, educativos, y finalmente electorales. No abuso de ellos, pero recuerdo: a) el n¨²mero de ocupados entre 16 y 39 a?os ha disminuido desde 2008 en un 35%, mientras que en los mayores de 40 a?os ha aumentado un 13%. El paro ha afectado sobre todo a los j¨®venes. b) La poblaci¨®n activa joven se ha reducido del 52% al 44%. Las perspectivas futuras de sostenibilidad de las pensiones, sin un fuerte incremento de impuestos, son malas. c) El segundo pa¨ªs de la UE donde m¨¢s se han incrementado las desigualdades ha sido en Espa?a, despu¨¦s de Letonia. d) La pol¨ªtica de recortes de gasto p¨²blico ha afectado m¨¢s a los j¨®venes (educaci¨®n, universidad, comedores escolares) que a los mayores (pensiones). e) El mileurismo, situaci¨®n que era corriente entre j¨®venes, y no querida, es ahora un objetivo deseado. La capacidad de emancipaci¨®n personal se ha reducido mucho.
Todo ello nos ha hecho retroceder. Pero adem¨¢s, y esto es a¨²n peor, incide en la malas percepciones respecto a la igualdad, la tendencia, y las expectativas. Esta situaci¨®n contrasta extraordinariamente con la que exist¨ªa en Espa?a hace 30 o 40 a?os, en la que, siendo objetivamente mucho m¨¢s pobres, una parte muy mayoritaria de la poblaci¨®n ve¨ªa c¨®mo, a?o tras a?o, su situaci¨®n mejoraba, y estaba convencida de que seguir¨ªa haci¨¦ndolo en el futuro. No es pues de extra?ar que exista en la poblaci¨®n, y muy especialmente en los j¨®venes, una actitud muy concreta con respecto al voto. Si en diciembre s¨®lo hubieran votado los espa?oles de 18 a 44 a?os, Podemos hubiera ganado con casi un 29% de los votos. Si s¨®lo lo hubiera hecho la franja de 45 a 64, hubiera ganado el PSOE con un 26%. Y si s¨®lo los mayores de 65, el PP habr¨ªa obtenido casi un 50%.
Los j¨®venes tienen el derecho y el deber de exigir cambios en las pol¨ªticas de los partidos tradicionales, y deber¨ªan tener la prudencia necesaria para evitar despreciar todo lo que se construy¨®, con esfuerzo, durante las ¨²ltimas d¨¦cadas del siglo pasado. Cambiar y reformar, es urgente; destruir seria peligroso.
Joan Maj¨® es ingeniero y ex ministro.
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