El socialismo catal¨¢n de ahora y de antes
Muchos de los que permanecen en el PSC no quieren que su partido sea como el de antes
Cuando en 2012 la din¨¢mica pol¨ªtica catalana se aceler¨® y el independentismo dio un espectacular salto hacia adelante, la izquierda catalana que hab¨ªa apostado por el modelo auton¨®mico tuvo que afrontar una fuerte tensi¨®n en direcciones opuestas: una parte de sus electores fueron atra¨ªdos por el soberanismo al mismo tiempo que otra se reafirm¨® en el unionismo espa?ol. El PSC se adentr¨® en la peor de sus crisis, sufri¨® una espectacular sangr¨ªa: perdi¨® votos, diputados, concejales, alcaldes y militantes. Unos se fueron a Ciudadanos, otros a ERC, otros se escindieron en peque?as organizaciones que no han prosperado, y muchos otros se fueron a sus casas. A partir de las elecciones municipales y legislativas de 2015 se vio que una gran cantidad de estos electores apostaban por posiciones intermedias, y eso fue lo que permiti¨® el enorme crecimiento de las confluencias de izquierdas en torno a Ada Colau, Podemos, Iniciativa e IU. Los que mantuvieron la demanda de un refer¨¦ndum en Catalu?a.
Para muchos de los socialistas que durante esta etapa hab¨ªan abandonado al PSC, e incluso para muchos de los que se quedaron, pero no todos, lo m¨¢s relevante de este duro proceso de adelgazamiento fue que, dijeran lo que dijeran los estatutos, el PSC hab¨ªa dejado de ser por fin un partido nacional catal¨¢n, distinto del PSOE, pero federado con ¨¦l, y se hab¨ªa convertido en algo muy parecido a la f¨®rmula del socialismo vasco: espa?olismo puro y duro, confrontaci¨®n pura y simple con el nacionalismo vasco. Nada de ambig¨¹edades, ni pol¨ªticas ni organizativas: el PSC pasar¨ªa a ser el PSOE, como todas las dem¨¢s organizaciones regionales. Ese fue el paso que se ratific¨® en 2013 cuando los socialistas catalanes decidieron renunciar a la que hab¨ªa sido su posici¨®n frente al independentismo en Catalu?a: si tiene que haber refer¨¦ndum, tiene que ser legal y acordado entre las partes, es decir, con el Gobierno de Espa?a. Y si no, no.
Esto explica, en gran parte, que el PSC haya salido de las ¨²ltimas elecciones legislativas como cuarta fuerza, despu¨¦s de que en las municipales quedara tambi¨¦n relegado a posiciones impensables hace pocos a?os. Explica tambi¨¦n que obtuviera solo cuatro concejales en Barcelona. Pero cuando todos los observadores cre¨ªan que el socialismo catal¨¢n se daba ya por definitivamente alineado con el PSOE en esta delicada materia, Miquel Iceta, el primer secretario que hab¨ªa pilotado esa evoluci¨®n, resucita el modelo del viejo PSC y reivindica su raz¨®n de ser como partido catal¨¢n: lanza su propia f¨®rmula para afrontar la crisis de relaci¨®n Catalu?a/ Espa?a abierta desde la sentencia del Tribunal Constitucional de 2010. Si el viernes parec¨ªa que era posible un retorno del viejo PSC, es decir, un partido distinto del PSOE, con manos libres para decidir su pol¨ªtica catalana, el domingo la dura realidad indica que muy probablemente el intento de Iceta no sea ya posible. Muchos de los que permanecen en el PSC no quieren que su partido sea como el de antes. En el PSC ahora deciden ellos.
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