El Cru?lla arranca al paso y sin estridencias en el F¨°rum
Cat Power y Esperanza Spalding destacan en el inicio del festival
El Cru?lla ya camina. Lo comenz¨® a hacer, con tranquilidad, a paso lento, sin estridencias, en la tarde de ayer, justo cuando el sol pareci¨® dar una ligera tregua y se escondi¨® tras unas nubes. Quiz¨¢s descendi¨® el consumo de cerveza, pero las personas que quisieron disfrutar del festival desde las primeras horas lo agradecieron. A la espera de las figuras que actuar¨ªan ca¨ªda ya la noche, las actuaciones de Cat Power y de Esperanza Spalding marcaron esos primeros compases, en los que como cada a?o el p¨²blico ingres¨® en el recinto intentando reencontrar los lugares en los que disfrut¨® en la edici¨®n pasada, cuando no, simplemente, ubicar los escenarios. Aqu¨ª no cuesta mucho, son cuatro y tres de ellos se encuentran pr¨®ximos, siendo s¨®lo uno el que queda a desmano. Un festival de bolsillo.
Pero a pesar de que se trata de un festival diferente que apela al p¨²blico com¨²n, el Cru?lla tambi¨¦n tiene puntos de contacto con los dem¨¢s festivales. Y es que la globalizaci¨®n llega tambi¨¦n aqu¨ª. Por ejemplo ya resulta imposible comprar comida en algo que no sea una furgoneta a?eja que ha debido costar el ojo de una cara en un mec¨¢nico-anticuario. Y que a nadie se le ocurra buscar un bocadillo de chorizo o de calamares. Por otro lado todo es eco o vegetariano, prueba de c¨®mo avanza el mundo lechuguino. En el Cru?lla hab¨ªa incluso unas plantas bastante singulares que parec¨ªan escuchar la m¨²sica extra?a que sal¨ªa de un altavoz situado justo al lado. Inquietante. ?Ah!, y otra cosa que no falla son los carritos de golf llevando personal y dando envidia al p¨²blico. Cierto es, y eso diferencia al Cru?lla, que aqu¨ª quien usaba el carrito que circulaba a primera hora de la tarde era personal m¨¢s sudado que el maillot de un ciclista. Ten¨ªan tanta pinta de haberse deslomado currando que hasta parec¨ªa justo que no tuviesen que caminar.
Los conciertos comenzaron a media tarde, y como en todos los festivales, los primeros artistas tocaron poco menos que para su t¨¦cnico de sonido y algunos amigos. Fue el caso de Pribiz en el escenario m¨¢s alejado del centro del festival, quienes a pesar de tener m¨¢s cemento que p¨²blico ante los ojos aprovecharon la oportunidad para ganarse adeptos con su pop rock cantado en ingl¨¦s. Comenzaron con baladas, lo que no siempre es buena idea, pero acabaron m¨¢s r¨ªtmicos, como mandan los c¨¢nones. M¨¢s tarde la sorpresa salt¨® con Esperanza Spalding la que fuera bajista de jazz. En su nuevo disco se ha inventado una especia de personaje que present¨® en su concierto, en realidad una especie de musical con mucho de performance y elementos teatrales. No tocando siempre el bajo, acompa?ada por bater¨ªa, guitarra y tres vocalistas, uno de los cuales lanzaba tambi¨¦n ritmos, se dedic¨® a retener al personal con una actuaci¨®n en la que sonaba una mezcla entre m¨²sica progresiva, jazz, pop, rock y funk. Fue el suyo un concierto chocante, ya incluso desde el inicio, en el que apareci¨® dentro de una estructura que representaba un vestido/cris¨¢lida del cual emergi¨® en sentido inverso a las mariposas, ya que lo que surgi¨®, ella en sucinto vestuario blanco, fue la oruga.
Solap¨¢ndose con el concierto de Spalding, la actuaci¨®n de Cat Power fue m¨¢s equilibrada, lo que trat¨¢ndose de ella ya es mucho decir. Acostumbrados a conciertos que pueden resultar err¨¢ticos, esta vez Chan Marshall, acompa?ada por un tr¨ªo, luci¨® su mejor y excelente instrumento, una voz mate con la que poco a poco fue imponiendo su presencia en el escenario sin necesidad de imprimir excesivo ritmo a la actuaci¨®n. Su cita a The Greatest marc¨® uno de los momentos m¨¢s hermosos de su actuaci¨®n, la de una Chan Marshall estable.
Mientras esto ocurr¨ªa el p¨²blico no captado por las actuaciones se dedicaba a las actividades m¨¢s diversas. Como que en el Cru?lla tambi¨¦n hay cr¨ªos, sus progenitores empleaban su energ¨ªa en mantenerlos m¨¢s o menos controlados, lo que en un lugar con tanto est¨ªmulo parece tarea tit¨¢nica. Pero la actividad m¨¢s chocante, adem¨¢s de esperar frente a un escenario donde se esperaba una actuaci¨®n m¨¢s de una hora m¨¢s tarde fue atender a un lema que dec¨ªa "app para reservar citas de belleza". El caso es que unas cuantas f¨¦minas aprovechaban la ocasi¨®n para hacerse las u?as atendidas por una peque?a legi¨®n de especialistas en belleza, demostrando que de seguir as¨ª dentro de unos a?os en un festival lo de menos ser¨¢ la m¨²sica. Este a?o en el Cu?lla sonar¨¢ hasta ma?ana domingo.
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