Suavemente embriagador
Jos¨¦ Gonz¨¢lez llen¨® ayer el escenario del Festival Jardins de Pedralbes en el ¨²ltimo d¨ªa del festival
Para los que defend¨ªan que cada festival tiene su p¨²bico y que el de Pedralbes anda ya entrado en a?os y exterioriza su poder adquisitivo, el concierto del martes fue la perfecta confirmaci¨®n de que estaban equivocados. Los regios jardines se llenaron de treinta?eros, barbas?cuidadas, pantalones cortos, discretos tatuajes y bolsas en bandolera para recibir con todos los honores a Jos¨¦ Gonz¨¢lez en el ¨²ltimo concierto del festival (aun queda como clausura el SoundEAT! del pr¨®ximo domingo pero ya no se trata de un concierto sino de camiones restaurante y pistas de baile este a?o bajo la luna).
Jos¨¦ Gonz¨¢lez, camisa de flores y pelo alborotado, inici¨® su actuaci¨®n en solitario (parece ser una constante ¨²ltimamente) recuperado una canci¨®n de su primer disco, Crosses, que el p¨²blico reconoci¨® de inmediato y el ambiente ya se calde¨® de entrada.
Inmediatamente se le unieron cinco m¨²sicos (un guitarrista, un teclista, dos percusiones y una corista) para afrontar algunos temas de su ¨²ltimo trabajo (que no es precisamente nuevo, lleva ya dos a?os en el mercado). Las canciones de sus tres ¨¢lbumes hasta la fecha se fueron intercalando con otros temas probablemente nuevos en los que la parcela musical adquiri¨® mayor relevancia. Composiciones m¨¢s complejas r¨ªtmicamente con profusi¨®n de sonidos percutidos y repeticiones?insistentes pero sin perder en ning¨²n momento esa cercan¨ªa despojada de estridencias que caracteriza toda la obra del cantautor sueco y que transporta al oyente a un mundo suavemente embriagador. Ritmos cadenciosos empaquetando la voz rugosa y susurrante de Gonz¨¢lez que?realiz¨® las presentaciones en castellano (el idioma familiar) aunque realiz¨® todo el concierto en ingl¨¦s.
Entre sus propias canciones Gonz¨¢lez fue colando versiones de temas ajenos, de Kylie Minogue, de Massive Attack y la popular Heartbeats de un grupo sueco desconocido por aqu¨ª y que hace a?os le vali¨® el salto a la fama al ser utilizada en el famoso anuncio de un televisor con miles de bolitas de colores cayendo en desbandada por las calles de San Francisco.
Una actuaci¨®n en la que destac¨® el elemento comunicativo de Gonz¨¢lez pero excesivamente corta para un concierto de altos vuelos, cincuenta y ocho minutos m¨¢s tres bises, pero el p¨²blico, tremendamente educado, ni siquiera protest¨®. A un artista que sube a un escenario ante un p¨²blico que ha pagado religiosamente su entrada (sea el precio que sea) se le debe exigir algo m¨¢s de entrega.
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