El momento secesionista
El territorio global del dinero escapa al alcance de los poderes p¨²blicos, s¨ªntoma de unas sociedades que se destejen y cuando esto ocurre las tentaciones autoritarias acechan
1. Europa y Estados Unidos (identificados ideol¨®gicamente como mundo Occidental) se est¨¢n desencuadernando. Las hojas del libro empiezan a volar. Parec¨ªan que Occidente se hab¨ªa hecho con la narrativa universal, el fin de la historia como triunfo autoproclamado, y ahora resulta que el relato triunfador est¨¢ resquebrajando la cohesi¨®n de los pa¨ªses en los que surgi¨®. Vivimos tiempo de secesiones. Momento de huidas hacia adelante. Gran Breta?a se va. La Am¨¦rica blanca y reaccionaria, de la mano de Donald Trump, rompe con un pa¨ªs demasiado complejo para el simplismo del Tea Party. Francia se va a la guerra. Las viejas naciones europeas se fugan hacia el interior de s¨ª mismas. Las naciones que nunca pasaron de potencia a acto buscan su realizaci¨®n definitiva. Los ricos instalados en su particular utop¨ªa global se desentienden de sus propios pa¨ªses. Los funcionarios tax freede Bruselas se alejan sin parar de la ciudadan¨ªa, instalados en la ideolog¨ªa corporativa de los expertos, encerrados en su burbuja. Los asesinos vestidos de terroristas buscan reconocimiento en la muerte, huyendo de s¨ª mismos y marcando a sangre y fuego a sociedades que nunca sintieron como suyas.
En un libro que aparecer¨¢ en oto?o, los profesores Antonio Ari?o y Juan Romero, de la Universidad de Valencia, dan categor¨ªa sociol¨®gica al concepto de secesi¨®n. Establecen la genealog¨ªa de este fen¨®meno que, aunque estalla con la crisis de 2008, tienes sus ra¨ªces en el final de la guerra fr¨ªa, el nuevo desorden mundial y el triunfo de la revoluci¨®n neoconservadora. Y describen la experiencia pionera: la secesi¨®n de los ricos. Ellos han sido los primeros en irse. Sus pa¨ªses se les hicieron peque?os, los problemas de sus conciudadanos eran un estorbo y las exigencias de los Estados unas barreras a vencer. La globalizaci¨®n ha colocado en ¨®rbita alrededor del mundo a un n¨²mero m¨ªnimo de ciudadanos que creen poseer atributos divinos como la omnipotencia (no tienen l¨ªmites) y la ubicuidad (los dineros pueden estar en todas partes o en ninguna seg¨²n convenga).
2. El relato de esta primera secesi¨®n posmoderna, la de los ricos, da claves para entender lo que est¨¢ ocurriendo ahora. Dice la tradici¨®n marxista que la cultura dominante es la de la clase dominante. El secesionismo de los poderosos crea tendencia. Es s¨ªntoma, precedente y modelo. S¨ªntoma de un proceso de globalizaci¨®n que no ha hecho m¨¢s que empezar y que plantea serios problemas de gobernabilidad. La secesi¨®n de los ricos roe la credibilidad de la pol¨ªtica y las dudas sobre el poder de los Estados. El territorio global del dinero escapa al alcance de los poderes p¨²blicos. S¨ªntoma de unas sociedades que se destejen y cuando esto ocurre las tentaciones autoritarias acechan. Se destejen por arriba (ruptura del v¨ªnculo de los ricos, que niegan su responsabilidad con el conjunto), se destejen por abajo (bolsas crecientes de marginalidad), se rompen por el centro, por la fractura de las clases medias y populares en riesgo de perder su principal arma, el trabajo, y se destejen en conflictos culturales, a menudo magnificados por poderes impotentes que incapaces de poner l¨ªmites al dinero se autoafirman como jefes supremos de las mentes y de la polic¨ªa.
Precedente de una oleada de intentos de salida de marcos nacionales o de espacios comunitarios, en un mundo en que la pol¨ªtica ha dejado de suministrar expectativas. La curva econ¨®mica ascendente desde la Segunda Guerra Mundial ha colapsado y el crecimiento ya no sirve como dopaje de las almas. Peque?as utop¨ªas, en forma de promesa de vida comunitaria mejor, hacen fortuna. Y ah¨ª est¨¢ el Brexit brit¨¢nico y ah¨ª est¨¢n los intentos separatistas escoc¨¦s o catal¨¢n. Expresi¨®n de la voluntad de la ciudadan¨ªa de recuperar la palabra, consciente de que voz ha sido silenciada por estas ¨¦lites que se fugan.
?Hacia qu¨¦ modelo apunta la secesi¨®n de los ricos? ¡°El capitalismo extractivo propone resolver la cuesti¨®n social como en la Edad Media, mediante el donativo¡±, dicen Ari?o y Romero. ?Vamos a retroceder de un sistema de derechos a un sistema de compasi¨®n espect¨¢culo? ?O el dilema estar¨¢ entre autoritarismo y confrontaci¨®n? ?Tan largo y tormentoso viaje para volver a la disciplina de los dioses? Si creemos que la democracia todav¨ªa tiene sentido hay que aprender de las fugas en curso para reencuadernar Europa desde abajo.
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