Flashmob en Platja D'Aro: ¡°Un padre desesperado cargaba con sus tres hijos encima y sal¨ªa corriendo¡±

Lloros, desmayos, ataques de ansiedad, personas heridas al caer entre la multitud que hu¨ªa hacia todas partes, padres cargando con sus hijos, bolsos, tel¨¦fonos m¨®viles y todo tipo de objetos personales olvidados en restaurantes y bares. Este fue el resultado del p¨¢nico y de la psicosis generada este martes por la noche por el flashmob protagonizado por unos turistas alemanes en Platja d'Aro (Girona). La polic¨ªa, armada con metralletas, se coloc¨® en puntos estrat¨¦gicos de las calles.

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Poco antes de las diez de la noche, como cualquier d¨ªa de agosto, las calles estaban llenas de turistas que pretend¨ªan pasar una noche de fiesta en esta localidad costera y tur¨ªstica por excelencia de la Costa Brava. Seg¨²n los testigos, en segundos cambi¨® todo. Laura y Manolo, camareros del Restaurante Llevant, vieron como centenares de personas corr¨ªan desde el paseo de la playa en direcci¨®n a la calle principal. En ese momento el restaurante contaba con m¨¢s de 400 comensales, entre interior y terraza. En segundos, la m¨ªmica imitando a disparos y los gritos de ¡°bomb, bomb¡± y ¡°atentado¡± crearon un estado de ¡°psicosis¡±, aseguran.

Los clientes, unos tras otros, se levantaron tirando las mesas y lo que en ellas hab¨ªa, platos, copas, todo acab¨® roto en el suelo. Algunos clientes huyeron por diferentes calles, pero la mayor¨ªa corrieron a refugiarse dentro, unos se encerraron en el ba?o, otros en la cocina, en el jard¨ªn interior¡­ Por seguridad el encargado hizo cerrar las puertas desconociendo lo que suced¨ªa. M¨¢s de media hora m¨¢s tarde la gente, al percatarse de la importante presencia de Polic¨ªa Local y Mossos d¡¯Esquadra, sali¨®.

Precisamente fueron los mossos los que socorrieron a una joven que cay¨® tras perder el sentido en la puerta de la helader¨ªa Dino. Lograron reanimarla. Despu¨¦s acudi¨® a una de las ambulancias que permanec¨ªan en las calles de Platja d¡¯Aro. Los camareros del Dino tambi¨¦n vieron como riadas de gente sub¨ªan de la playa entre gritos y lloros.

Unas calles m¨¢s adelante en El Tamarindo, su propietario, Armand, explicaba c¨®mo hab¨ªa dejado entrar a la gente a refugiarse en su local. Mujeres y ni?os llorando en medio de un gran estado de nerviosismo. Ofreci¨® botellas de agua ¡°a todo aquel que vi necesitado¡±, explica. Al cabo de m¨¢s de media hora, cuando se supo que no eran armas reales y todo pod¨ªa haber sido un malentendido, las personas tambi¨¦n empezaron a abandonar el local.

En la Pizzer¨ªa Sant Llu¨ªs se vivieron las mismas escenas. Los clientes que en aquel momento se encontraban cenando salieron despavoridos por puertas y ventanas. En su interior, como en otros locales, quedaron bolsos, m¨®viles y otros objetos de personas que al o¨ªr los gritos y llantos de los centenares de personas que corr¨ªan por la calle han huido. Varias personas incluso perdieron el calzado, que qued¨® en las calles.

Ra¨²l, el vigilante de un bar de la zona, lo explicaba as¨ª: ¡°He visto un padre desesperado que cargaba con sus tres hijos encima y sal¨ªa corriendo; una mujer en silla de ruedas que rodaba lo m¨¢s r¨¢pido que he visto jam¨¢s, y una se?ora que ha cogido a su hijo del cochecito y ha salido a toda velocidad¡±. Ra¨²l ha a?adido: ¡°Otra se cay¨®, se hizo un corte que sangraba, pero sigui¨® corriendo¡±, unos hechos que no olvidar¨¢, asevera. Varios de los locales cerraron tras el incidente. Pocas personas quedaron este martes noche en Platja d¡¯Aro.

Los restauradores de la localidad, algunos de los cuales sufrieron cuantiosas p¨¦rdidas, se plantean presentar denuncia para intentar cobrar por los da?os econ¨®micos. En general todos piden que los autores sufran un castigo ejemplar. Uno de los camareros que vivi¨® esta kafkiana situaci¨®n asegura que ¡°lo mejor de todo ha sido el final, por lo que pod¨ªa haber sido¡±.