Si eres de Vilartagas

Ser de Vilartagas marca. ¡°Hasta el nombre suena mal¡±, dec¨ªa un amigo hace no mucho. No estoy nada de acuerdo. Y es una pena que nadie visite Vilartagas, con su comisar¨ªa de los Mossos, su gasolinera y su tienda de golosinas. Una especie de microandaluc¨ªa moz¨¢rabe, escondida en las afueras de Sant Feliu de Gu¨ªxols (Baix Empord¨¤).

Si eres de Vilartagas, el resto de Sant Feliu queda un poco lejos. T¨² vives arriba, los otros viven abajo; t¨² hablas castellano, los otros, catal¨¢n; t¨² tienes tu propia colla para el carnaval y la fiesta mayor (que justamente es este fin de semana), y los otros, la suya.

Pero si eres de Vilartagas, un d¨ªa saltas la frontera. En mi ¨¦poca, pasaba cuando empezabas el instituto. Despu¨¦s de una serpenteante carretera, como partiendo la monta?a en dos, aparece el IES Sant Elm. Vilartagas queda lejos, mucho si se es de pueblo (para los de ciudad todo est¨¢ cerca), pero lo bueno es que se hace campana en la ermita Sant Elm, ese sitio m¨¢gico desde donde en 1908 el escritor Ferran Agull¨® (que no era de Vilartagas porque no exist¨ªa) bautiz¨® la Costa Brava.

Luego se puede seguir por la carretera que lleva a Tossa de Mar, la GI 682, que bordea la brava costa, y se?alar la casa de la baronesa Thyssen (no se sabe muy bien cu¨¢l de todas ellas es, pero cualquiera cuela), o parar en la cala nudista, y espectacular, del Senyor Ramon, o seguir hasta la de Els Canyerets, en Rosamar, y fantasear con mudarse all¨ª alg¨²n d¨ªa con las amigas, con las que se ha hecho un juramento de sangre por la solter¨ªa eterna.

Porque si eres de Vilartagas, est¨¢ claro que haces campana. Alguna, de vez en cuando, sin abusar. Pero todo queda tan en familia que el profesor de Filosof¨ªa pregunta d¨®nde paran los escapistas, y sale la clase entera en busca de la Monta?a, por lo de que Mahoma no ha ido, y al final la lecci¨®n de Filosof¨ªa se da en unas escaleras junto al mar, al lado del hotel Eden Roc, donde la leyenda dice que se grababan pel¨ªculas porno, y que en todo caso, ser¨ªan las pelis porno con mejor gusto de la historia. Qu¨¦ vistas.

Si eres de Vilartagas, tambi¨¦n se puede elegir el hostal Zurich como una buena alternativa al instituto. Est¨¢ casi tan c¨¦ntrico como el de plaza de Catalunya: junto al Monasterio benedictino, la porta ferrada (que da nombre al festival de m¨²sica veraniego), a dos pasos del Ayuntamiento, y a otros dos de la playa. All¨ª se puede pedir un negrito, que hacen en la pasteler¨ªa Giron¨¨s, y aunque la receta es casi tan secreta como la de la Coca-cola, es garant¨ªa de una buena merienda. Incluso un fugitivo, Luis G., se refugi¨® en el Zurich tras matar a un hombre en Viladecans. Los Mossos le detuvieron (perd¨®n por la digresi¨®n criminal. Es de oficio).

Si eres de Vilartagas, la primera noche de fiesta se estrena en Palm Beach. Ahora eso ya no puede ser porque la discoteca junto al mar ¡ªy junto al mar es literal, con la playa como jard¨ªn¡ª languidece, cerrada. Porque fiesta, lo que se dice fiesta, no hay mucha en Sant Feliu. Aparte de tomar un mojito tranquilo en el Juanita Banana, los de Vilartagas y el resto lo tienen claro: Platja d¡¯Aro es la ¨²nica alternativa, a solo seis kil¨®metros. All¨ª se va a trabajar, a comprar, a salir, a ligar¡­ Hasta a hacer una flashmob. Aunque hay quien recuerda otro Sant Feliu, en una ¨¦poca dorada de la industria del corcho, donde los ganxons se midieron las fuerzas con Palam¨®s, que gan¨® y se qued¨® con el puerto m¨¢s importante de la zona, adem¨¢s del hospital.

Si eres de Vilartagas y hab¨ªas estudiado en colegio Cor de Maria, se pasaba cada d¨ªa por uno de los nueve hoteles de los hermanos Anll¨®: Joan y Francesc, que murieron sin familia y sin testamento. La gesti¨®n del patrimonio durante 14 a?os ha sido dura para el Ayuntamiento y la Generalitat, pero parece que un grupo ruso se dispone a reabrir dos de los hoteles reconvertidos en uno, de 4 estrellas, con 65 habitaciones en la Rambla del Portalet. Tristemente abandonado sigue el monumental Panorama Park, desde donde se ve toda la bah¨ªa.

Si eres de Vilartagas, tampoco se falta al mercado los domingos, donde la familia Donaire vende su fruta a un cliente muy disputado con los payeses. Tambi¨¦n se visita el mercado de ropa, en el paseo mar¨ªtimo, por lo que pueda caer. De paso, no est¨¢ de m¨¢s acercarse a Can Miquel, la carnicer¨ªa del incansable Marc Palah¨ª, que no cierra ni el d¨ªa de su boda (literal tambi¨¦n).

Si eres de Vilartagas, te gusta el f¨²tbol. Sobre todo en la adolescencia, cuando el plan de domingo es comprar pipas e ir a ver a tu novio, que obligatoriamente juega en el Vilartagas Futbol Club y tiene un Opel Kadett. Pero tambi¨¦n toca animar al Gu¨ªxols, que el grupo de amigos es amplio, y envidiarles porque, en aquella ¨¦poca, ellos ten¨ªan c¨¦sped y el Vilartagas, no.

Si eres de Vilartagas, se va al Corsari cualquier d¨ªa de asueto y se piden unos calamares a la romana. Sentado en la terraza se ve el edificio de Salvamento Mar¨ªtimo, donde los objetores de conciencia pasaban la mili. O se puede elegir el se?orial Casino dels Nois. O en lugar de darse al ocio, se puede estar a la moda y optar por el deporte, subir a la bicicleta y recorrer la v¨ªa verde, que entre 1892 y 1969 un¨ªa en ferrocarril Girona y Sant Feliu.

Si eres de Vilartagas (?Vilartagas o Vilartagues?) y un d¨ªa partes, siempre ser¨¢s de Vilartagas. Como le pas¨® al periodista Agust¨ª Calvet, Gaziel, que se march¨® a Barcelona pero tiene una escuela con su nombre en el pueblo, o al presidente Josep Irla, que muri¨® en el exilio. Porque quiz¨¢ de Sant Feliu uno emigra, pero nunca se va.