Brillante debut del pianista Kozhukhin

La Schubertiada de Vilabertran (Girona) lleva una buena racha en su apuesta por los nuevos talentos. Tras apuntarse un ¨¦xito may¨²sculo con el debut en Espa?a del joven tenor suizo Mauro Peter, que el jueves entusiasm¨® con una luminosa interpretaci¨®n de La bella molinera junto a Helmut Deutsch, el viernes present¨® al pianista ruso Denis Kozhukhin, de 30 a?os, virtuoso de gran temperamento que cuenta con el respaldo de directores como Valery Gergiev y Daniel Barenboim. Fue el suyo un debut inesperado, sustituyendo in extremis a su compatriota Daniel Kharitonov en un recital con piezas poco programadas en el que luci¨® un sonido pleno y brillante.

Las cancelaciones de ¨²ltima hora siempre ponen a prueba los reflejos y los contactos de un festival en el circuito internacional. El pianista anunciado, Kharitonov, de 16 a?os, cancel¨® su debut ampurdan¨¦s a causa de una lesi¨®n en la mano derecha, y en su lugar debut¨® en la Schubertiada Denis Kozhukhin, brillante alumno de Dimitri Bashkirov en la Escuela Reina Sofia de Madrid y ganador en 2010 del prestigioso Concurso Reina Elisabeth de Bruselas.

Tiene Kozhukhin un sonido rotundo y una t¨¦cnica deslumbrante, algo que se da por supuesto en un pianista que ya trabaja con grandes orquestas europeas y estadounidenses; tambi¨¦n tiene¡ª y eso ya es menos com¨²n¡ª una curiosidad insaciable para enriquecer su repertorio con partituras que rara vez se programan. Y esa virtud nos permiti¨® disfrutar en la can¨®nica de Vilabertran una velada pian¨ªstica con sorpresas como la Sonata n¨²m. 3 de Carl Maria von Weber, pieza de lucimiento, larga y plagada de dificultades, que sol¨ªa tocar el legendario Sviatoslav Richter.

Habituado a tocar complejas piezas contempor¨¢neas¡ª la pr¨®xima temporada interpretar¨¢ obras de Pierre Boulez en Berl¨ªn, ciudad donde reside¡ª, Kozhukhin se mostr¨® h¨¢bil en el juego de las din¨¢micas y la pintura de colores. Abri¨® el programa con las Sonatas para piano n¨²ms. 39 y 47 de Franz Joseph Haydn, de elegante melodismo y vigor r¨ªtmico: las toc¨® con un sonido robusto, aprovechando a conciencia la suntuosa plenitud de un moderno piano Steinway.

Musicalmente, el nivel de calidad y belleza expresiva alcanz¨® momentos gloriosos en los Tres Intermezzi, op. 117, de Johannes Brahms, que cerraron la primera parte; su hondo lirismo cautiv¨® al p¨²blico en una atm¨®sfera po¨¦tica de ensue?o. Y en la segunda parte, tras la primicia de Weber, destap¨® la caja de los truenos con tres piezas de la Suite Iberia, de Isaac Alb¨¦niz: El corpus en Sevilla, Triana y Erita?a.

Como muchos de los j¨®venes pianistas que hoy pisan la escena internacional, Kozhukhin arriesga mucho apostando por tiempos muy r¨¢pidos, quiz¨¢ por af¨¢n de demostrar la brillantez de su t¨¦cnica; curiosamente su sonido y sentido del detalle cautiva m¨¢s en los momentos de m¨¢s reposado lirismo. Le pas¨® en las sonatas de Haydn, y tambi¨¦n en Alb¨¦niz, que toc¨® con pasi¨®n, temperamento y explosivas din¨¢micas. El fulgor gan¨® la partida a los requiebros que iluminan el pianismo de Alb¨¦niz, pero con ese derroche temperamental conquist¨® grandes aplausos.

Agotado por el calor sofocante, el esfuerzo y el horario ¡ªempezar un concierto a las 21.30 no es habitual fuera de Espa?a¡ª, Kozhukhin regal¨® como propinas dos piezas de Bach y Gluck en arreglos de corte rom¨¢ntico que aportaron paz y sosiego tras el trepidante Alb¨¦niz.