Ardiente romanticismo
Triunfal regreso de Martha Argerich al Palau de la M¨²sica
Triunfal regreso de Martha Argerich al Palau para abrir la temporada de Ibercamera con un regalo mel¨®mano de los que no se olvidan. A la famosa pianista argentina no le gusta tocar sola: odia la soledad del recital y prefiere compartir el escenario con otros m¨²sicos. Por eso, el privilegio de disfrutar el arte de Argerich tocando en una misma velada sola y en compa?¨ªa del Cuarteto Quiroga ha sido un placer de dioses que entusiasm¨® al Palau.
Bravo, pues, a Ibercamera. Los programadores suspiran por presentar a Argerich en un recital, pero ella va dando largas porque se lo pasa mucho mejor compartiendo el placer de hacer m¨²sica con otros m¨²sicos. As¨ª que, a falta de recital en solitario, abrir una velada con Argerich interpretando la Partita n¨²m 2, de Johann Sebastian de Bach es un lujo.
Martha Argerich
Martha Argerich, piano. Cuarteto Quiroga.
Obras de Bach, Brahms y Schumann.
Temporada de Ibercamera. Palau.
Barcelona, 5 de octubre
De hecho, ver a Argerich sola, sentada frente a un piano de gran cola Steinway, bastaba para excitar la memoria de cualquier mel¨®mano. Fueron solo veinte minutos lo que act¨²o en solitario, convertidos en una fuente de est¨ªmulos y emociones; un Bach de nobles acentos y suaves matices, recreado con serenidad -la Sarabande fue pura magia- y energ¨ªa r¨ªtmica.
Tras ese regalo inicial, los miembros del Cuarteto Quiroga salieron al escenario del Palau con la felicidad reflejada en el rostro: los violinistas Aitor Hevia y Cibr¨¢n Sierra, el viola Josep Puchades y la violonchelista Helena Poggio se mostraron en gran forma -su carrera va viento en popa- y abrieron su actuaci¨®n con una pieza de envergadura, el Cuarteto para cuerdas n¨²m. 1, op. 51, de Johannes Brahms.
La versi¨®n, trabajada a conciencia desde el equilibrio sonoro, brind¨® detalles sutiles, claridad en la articulaci¨®n y elegancia en el fraseo de altos vuelos. Fue, quiz¨¢s, un Brahms en exceso introvertido y ensimismado, ideal para un estudio de grabaci¨®n o una sala de c¨¢mara, pero un pel¨ªn corto de volumen en una sala de las dimensiones del Palau.
Volv¨ªo a escena Argerich y bast¨® su presencia para insuflar plenitud sonora a un Cuarteto Quiroga emocionado ante el reto de interpretar una de las m¨¢s hermosas y ardientes partituras de Robert Schumann, el Quinteto para piano, en mi bemol mayor, op. 44, junto a una leyenda viva del piano.
Schumann encierra en las entra?as de esta partitura una exaltaci¨®n del amor rom¨¢ntico que encuentra en Argerich su m¨¢s ardiente defensora; son¨® glorioso, enternecedor en los episodios m¨¢s l¨ªricos y con un ¨ªmpetu asombroso. No hubo propinas, pues no prepararon ninguna otra pieza, pero, ante la avalancha de aplausus, bisaron el Scherzo con entusiasmo contagioso.
?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.