El crimen organizado se vuelca en la marihuana
Grupos del Este aprovechan las rutas del tr¨¢fico de hero¨ªna y coca¨ªna para exportar esta droga
![Rebeca Carranco](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fad554526-c291-4dbf-a9ed-9a24fc389102.png?auth=ab3280373f3f4ee0712a92212037b29a8f46e8f1093fc1ca82d1eb580376332a&width=100&height=100&smart=true)
El crimen organizado ha puesto sus ojos en la marihuana. Aquellos que hasta el momento centraban sus esfuerzos en traficar con coca¨ªna y hero¨ªna, aprovechan sus infraestructuras para vender, distribuir y exportar esta planta. ¡°Comienza a ser un negocio seductor, tanto por la rentabilidad econ¨®mica como por la penal, con penas bajas¡±, explica el intendente de los Mossos d¡¯Esquadra Xavier Porcuna. La polic¨ªa catalana ha detectado en el ¨²ltimo a?o ¡°estructuras delictivas m¨¢s desarrolladas, una venta que se hace pensando en el mercado europeo¡±. En los primeros ocho meses de 2016, los Mossos han intervenido 8,38 toneladas de marihuana, lo que supone un incremento del 50% en relaci¨®n a 2015 (5,5 toneladas).
Buena parte de las organizaciones que se dedican a exportar marihuana de Catalu?a a Europa, sobretodo Francia e Italia, son de Europa del Este, seg¨²n fuentes policiales. Ellos tienen el dinero y la infraestructura para mover la droga, que compran a cultivadores locales, la inmensa mayor¨ªa espa?oles, que suelen tener peque?as plantaciones, salpicadas por todo el territorio. Entre abril y septiembre, la Guardia Civil y los Mossos detuvieron a 52 personas de una organizaci¨®n liderada por lituanos acusados de surtir a Europa de marihuana y armas.
Girona juega un papel clave en el entramado por su localizaci¨®n, en la frontera con Francia. El mayor n¨²mero de detenciones (192 de los 698 detenidos en 2016) y de localizaci¨®n de plantaciones (40 de las 128) han sido en la provincia. Habitualmente, los cultivadores llevan la mercanc¨ªa hasta la frontera. All¨ª se guarda en pisos o almacenes hasta que alguien de la organizaci¨®n la recoge, y cruza la frontera, asumiendo el riesgo de ser detectado en Francia, donde las penas por el tr¨¢fico de marihuana son mucho m¨¢s severas, seg¨²n esas mismas fuentes. En otras ocasiones, la droga cruza escondida en camiones de mercanc¨ªas, o cualquier coche que copia el modelo go fast, popularizado por los traficantes de hach¨ªs: conducir sin parar hasta la frontera a gran velocidad.
En los ¨²ltimos a?os, Catalu?a, y el resto del Estado, se ha convertido en el vivero de marihuana de Europa. Algunas fuentes lo atribuyen a cierta tradici¨®n en el cultivo de la planta. Otras, al precio de la droga: un gramo en Espa?a cuesta 5,52 euros mientras que la media europea esta en los 11,85 euros, seg¨²n los informes anuales de la ONU sobre drogas que maneja la polic¨ªa catalana. En algunos pa¨ªses, el gramo puede alcanzar los 23 euros.
Los Mossos, sin embargo, no han detectado peleas entre organizaciones criminales por el control de la marihuana, aunque s¨ª hay m¨¢s violencia a peque?a escala. ¡°Los robos violentos y las agresiones est¨¢n al alza¡±, cuenta el intendente Porcuna, que lo atribuye a discusiones por el precio, a peleas entre cultivador, traficante y comprador¡ ¡°Una miscel¨¢nea¡±, resume. En Girona en los ¨²ltimos tres a?os, cinco personas han muerto en disputas por el cultivo de la droga; en septiembre, dos hombres se mataron a cuchilladas por una plantaci¨®n casera en Santa Coloma de Gramenet; en Masquefa, la polic¨ªa investiga el asesinato de una mujer de 37 a?os relacionado posiblemente con el cultivo de marihuana.
Fuentes de distintos cuerpos policiales coinciden en que la violencia se debe en parte a que delincuentes que hasta ahora se dedicaban a atracos, a robos violentos o a tirones, ven en la marihuana una salida f¨¢cil, poco castigada y que adem¨¢s no se denuncia (un cultivador de marihuana no ir¨¢ a la polic¨ªa si le roban). De nuevo en Girona, el tr¨¢fico de marihuana acab¨® con un tiroteo en el barrio de Sant Joan de Figueres en abril. Varios ciudadanos franceses se enfrentaron a tiros con gitanos por una partida de marihuana que no estaba claro qui¨¦n deb¨ªa pagar, seg¨²n otras fuentes. Milagrosamente, nadie result¨® herido, pero el incidente requiri¨® un fuerte despliegue policial durante varios d¨ªas.
Otra de las claves del auge de la marihuana es que no se depende de terceros. As¨ª como con la coca¨ªna y la hero¨ªna el proveedor est¨¢ fuera, es un mercado cerrado y franquiciado, donde es complicad¨ªsimo hacerse hueco, la marihuana la puede cultivar cualquiera y comprando legalmente las semillas, fertilizantes, una toma de luz, una l¨¢mpara de sodio, extractores, un sistema de humidificaci¨®n, un regad¨ªo¡ ¡°No es complejo de conseguir¡±, constata Porcuna, que se?ala adem¨¢s que ya no hay una estacionalidad: la marihuana se cultiva todo el a?o.
Y se hace en cualquier sitio: desde un s¨®tano escondido con 1.000 plantas, al que se accede por una escalera secreta dentro de un armario, como ocurri¨® en una operaci¨®n en Canyelles, hasta una plantaci¨®n oculta en medio de un bosque que hay que desbrozar para dar con ella. Muchas veces, el olor es el principal chivato de los traficantes; otras, es el helic¨®ptero de los Mossos, que detecta la plantaci¨®n, escondida entre otros tipos de cultivo. As¨ª pas¨® en Rasquera, donde los agentes investigan al exalcalde Bernat Pellisa por un campo con 200 plantas. Cuando era alcalde, Pellisa propuso crear una gran plantaci¨®n legal para abastecer a los clubes cann¨¢bicos.
Otro indicar claro es el consumo desorbitado de luz. Solo en Girona, Endesa ha cortado el suministro a m¨¢s de medio centenar de pisos con tomas ilegales, algunos de ellos en el barrio de la Font de la P¨®lvora. Otras veces, la polic¨ªa descubre a posterior la plantaci¨®n, cuando interviene por ejemplo en un incendio. ¡°Luego resulta que ha sido un calefactor o una l¨¢mpara que ha hecho un mal contacto¡±, resume Porcuna. El 7 de octubre, dos hombres hicieron saltar por los aires un piso en Hospitalet de Llobregat cuando intentaban transformar marihuana en resina de hach¨ªs, un proceso peligroso por la volatilidad de las sustancias inflamables. Uno de ellos result¨® herido de gravedad.
La soluci¨®n a ese ¡°intenso¡± incremento del cultivo y del tr¨¢fico de marihuana, en palabras del intendente de los Mossos, es complicada. La explicaci¨®n fundamental para la polic¨ªa es que penalmente, como la marihuana est¨¢ considerada una droga que no perjudica gravemente la salud, tiene un castigo casi simb¨®lico para los traficantes. Es de uno a tres a?os de prisi¨®n, pero si las partes pactan y se conforman, acaba quedando en meses, se quejan fuentes policiales. Quiz¨¢ elevar las penas, sugieren, cambiar¨ªa el panorama. La otra opci¨®n contrar¨ªa ser¨ªa la de la legalizaci¨®n. ¡°Es algo que no me corresponde a mi valorar¡±, zanja Porcuna.
Con informaci¨®n de Marc Rovira y Marta Rodr¨ªguez
Un limbo de ganancias millonarias
Si alguien preguntase en una sala repleta de gente sincera qui¨¦n ha cultivado alguna vez marihuana, seguramente se levantar¨ªa m¨¢s de una y m¨¢s de dos manos. Lo m¨¢s frecuente que se encuentra la polic¨ªa son peque?os traficantes, personas que montan una plantaci¨®n en el patio de su casa o en los bajos de su piso. O en un terreno bald¨ªo hasta ahora abandonado. Es una ayuda a la econom¨ªa familiar. ¡°En algunas intervenciones no te encuentras a un narcotraficante, te encuentras a una madre de familia cuidando las plantas¡±, cuenta el intendente de los Mossos Xavier Porcuna. Esas personas muchas veces ni siquiera tienen la sensaci¨®n de que cometan un delito.
Como con la prostituci¨®n, Espa?a navega sin singladura con la marihuana. Los clubes cann¨¢bicos son legales, pero el tr¨¢fico est¨¢ prohibido. De las m¨¢s de 600 asociaciones que existen en Catalu?a que empezaron a constituirse en 2012, la polic¨ªa catalana ha abierto m¨¢s de 200 investigaciones. De estas, 40 han seguido adelante y 88 personas han sido investigadas. Adem¨¢s, dos clubes han sido encausados por blanqueo de capitales por parte de los Mossos, y un tercero por parte de la Guardia Civil, acusado de ganancias millonarias.
Los investigadores tambi¨¦n relacionan el aumento del consumo con la proliferaci¨®n de los clubs, que en ocasiones atraen al turista. Muchos extranjeros creen que en Barcelona es legal fumar marihuana, lo que supone una oportunidad de negocio. El juez orden¨® el cierre de un club en Ciutat Vella que buscaba a turistas, les hac¨ªa el carn¨¦ de socio al instante y les llevaba hasta la asociaci¨®n, con un men¨² en el que adem¨¢s de bebidas hab¨ªa la lista de tipos de marihuana y sus precios.
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