Barenboim y su extra?o piano
El m¨²sico puso al p¨²blico del Palau en pie con un Liszt memorable
Nunca deja de sorprender Daniel Barenboim. Llevaba diez a?os sin ofrecer un recital en solitario en el Palau y, en su regreso al templo modernista, el carism¨¢tico m¨²sico argentino a?adi¨® al placer del reencuentro un curioso regalo; verle en acci¨®n tocando el nuevo piano dise?ado y encargado por ¨¦l mismo y construido por el fabricante belga Chris Maene, especialista en la reconstrucci¨®n de instrumentos hist¨®ricos, con el apoyo de la firma Steinway & Sons. Curioso y extra?o piano que, siendo nov¨ªsimo suena a veces como un piano viejo algo chill¨®n. Pero lo que importa es la m¨²sica y Barenboim puso al p¨²blico en pie con un Liszt memorable.
La visita del c¨¦lebre pianista y director ha tra¨ªdo suerte al nuevo ciclo BCN Cl¨¤ssics, que, tras un tibio comienzo, se ha apuntado el primer gran ¨¦xito de p¨²blico en su primera temporada en el Palau. Tras los recitales del mi¨¦rcoles en Zaragoza y el jueves en Barcelona, Barenboim y su extra?o piano se presentan el domingo el Auditorio Nacional de Madrid, en la temporada de Iberm¨²sica.
Daniel Barenboim
El carisma del int¨¦rprete marc¨® la velada mucho m¨¢s que la novedad del flamante piano Barenboim-Maene, que recupera la sonoridad m¨¢s c¨¢lida y directa de los instrumentos anteriores a 1875; de hecho, la clave del ¨¦xito estuvo en la fogosidad de su interpretaci¨®n.
La velada empez¨® un tanto fr¨ªa, con una primera parte consagrada a Franz Schubert -toc¨® las Sonatas n¨²m. 9 en si mayor, D. 575 y n¨²m. 18 en sol mayor, D. 894 - en la que se disfrut¨® la mayor claridad de las voces y el delicado fraseo del artista, que mantuvo el temple incluso cuando arreciaron los ruidos y toses de parte del p¨²blico.
La temperatura del recital fue in crescendo y, tras una arrebatadora interpretaci¨®n de la Balada n¨²m.1 en sol menor, op. 23, de Fryderyk Chopin, lleg¨® la felicidad con dos p¨¢ginas de Franz Liszt - Funer¨¢illes y el trepidante Vals Mephisto n¨²m. 1- que sonaron con matices y colores desbordantes.
De hecho, el sonido lisztiano inspir¨® la creaci¨®n del nuevo instrumento. Desde que toc¨® en Siena, hace cinco a?os, el piano reconstruido de Liszt, el m¨²sico argentino persigue un sue?o que ha hecho realidad el artesano Chris Maene: obtener en nuevo instrumento la claridad, transparencia y calidez del sonido antiguo de los pianos anteriores a 1875, sin renunciar a los adelantos de los instrumentos m¨¢s modernos. Pero el sue?o sonoro exige comom peaje repensar la digitaci¨®n y el uso del pedal para evitar distorsiones y errores.
La principal novedad del piano es que recupera la antigua disposici¨®n de las cuerdas en paralelo, en lugar de las cuerdas cruzadas habituales en un moderno piano de cola. Con esta disposici¨®n, y otros cambios t¨¦cnicos, la variedad de colores y las diferencias de registros permiten jugar con una sonoridad m¨¢s realista y contrastada, pero la acci¨®n al tocar es m¨¢s inmediata y exige mucha cautela para no distorsionar el sonido m¨¢s agudo. Quiz¨¢s es solo cuesti¨®n de tiempo y pr¨¢ctica: de momento, el genio interpretativo de Barenboim venci¨® los obst¨¢culos e hizo lo que mejor sabe hacer: m¨²sica con el arte de los grandes maestros.
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