El decantamiento de Ciudadanos
El partido fundado por ex votantes de izquierda decepcionados con Maragall se integra ahora en el campo de la derecha al definirse como liberal
Ciudadanos va camino de abandonar su inicial ubicaci¨®n ideol¨®gica como un partido en parte liberal y en parte socialdem¨®crata para decantarse definitivamente del lado del liberalismo. Sus ¨®rganos han propuesto el cambio para que lo asuma el pr¨®ximo congreso, previsto para febrero. Es una decisi¨®n coherente con lo que el partido viene defendiendo en los ¨²ltimos a?os, por lo que no es de esperar que le reste apoyos electorales significativos. Si los pierde ser¨¢, probablemente, por otras razones. Quienes le han votado en los ¨²ltimos a?os, en particular desde las elecciones al Parlamento Europeo de 2014, ya sab¨ªan que al escoger la papeleta de Ciudadanos no estaban votando a la izquierda.
El paso que ahora da, su alineaci¨®n formal con el liberalismo, adquiere una especial significaci¨®n si se atiende a las circunstancias del nacimiento del partido. Ciudadanos surgi¨® en Catalu?a por el impulso de grupos de activistas contra la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica de los gobiernos de Jordi Pujol. Se trataba de grupos declaradamente contrarios al nacionalismo catal¨¢n y esa era su carta de presentaci¨®n. Sin embargo, tanto como este rechazo, los fundadores proclamaban tambi¨¦n su profunda decepci¨®n por lo que consideraban como la rendici¨®n del partido socialista ante el nacionalismo catal¨¢n.
Entre los impulsores ¡ªun grupo de 25 o 30 profesionales, periodistas y profesores, algunos de ellos con trayectoria ya larga en aquel momento¡ª los hab¨ªa que hab¨ªan sido votantes de la izquierda, afiliados del partido socialista e incluso del comunista. Durante los a?os inmediatamente anteriores a la creaci¨®n de Ciudadanos se hab¨ªan convertido en activos cr¨ªticos de los gobiernos de izquierdas, pero con la particularidad de presentarse a s¨ª mismos como progresistas decepcionados. No eran liberales que rechazaran las posiciones m¨¢s o menos socialdem¨®cratas de Maragall y Montilla, sino que sol¨ªan presentarse como progresistas ex votantes del PSC o del PSUC que se consideraban traicionados y abandonados en su defensa de los derechos de los castellanohablantes.
Cuando en 2006 Ciudadanos logr¨® tres esca?os en el Parlamento catal¨¢n critic¨® y atac¨® a los gobiernos de la izquierda que presidieron los socialistas Pasqual Maragall y Jos¨¦ Montilla, como antes lo hab¨ªa hecho con los de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU). Estas posiciones les alinearon inevitablemente con el PP en muchos de los asuntos nucleares de la pol¨ªtica catalana, pero la diferencia con el PP resid¨ªa en que, a partir de 2006, los diputados de Ciudadanos pod¨ªan votar y votaban con la izquierda en el Parlament en algunos aspectos de pol¨ªtica social y econ¨®mica.
Quer¨ªan ser un partido ambidextro, que pugnaba por atraerse al electorado socialista, en particular a los amplios segmentos de poblaci¨®n originaria de otras partes de Espa?a que hay en Catalu?a. Lanzaba sus redes a la derecha para disputar al PP el voto espa?olista y daba gui?os sociales a la izquierda para disputar votos al PSC e ICV.
Esta pol¨ªtica no le fue mal a Ciudadanos. En las elecciones catalanas de 2014, se convirti¨®, con 735.000 votos y 25 esca?os, en la segunda fuerza, es decir, en el grupo l¨ªder de la oposici¨®n. Un gran salto, que se hab¨ªa anunciado ya poco antes en las elecciones europeas de 2014, cuando recibi¨® medio mill¨®n de votos en toda Espa?a y, se ratific¨® luego en las elecciones a Cortes de 2015, al obtener 3,5 millones de votos y 40 esca?os en el Congreso de los Diputados tras publicitarse como partido centrista.
Los antiguos progresistas decepcionados, sin embargo, ya han dejado de serlo. Ahora son liberales. En estricto realismo, en los tiempos pol¨ªticos que corren, eso es sin¨®nimo de neoliberalismo. Es decir, de la derecha-derecha, el espacio pol¨ªtico-ideol¨®gico donde est¨¢n el PP en toda Espa?a y, en Catalu?a, adem¨¢s, el PDCat.
El giro fue percibido ya por el electorado en 2015 cuando Ciudadanos fich¨® como cerebro del partido en materia econ¨®mica a Luis Garicano, un profesor de connotado perfil neoliberal. Fue precisamente este fichaje el que dio pie a que sus competidores de la izquierda calificaran a Ciudadanos como brazo pol¨ªtico del Ibex 35, es decir, un partido defensor de los intereses pol¨ªticos de las grandes empresas.
El cambio en la definici¨®n ideol¨®gica de Ciudadanos significa que sus dirigentes estiman que pueden pedir el voto de la poblaci¨®n trabajadora del cintur¨®n de Barcelona y Madrid, por ejemplo, no ya con un programa socialdem¨®crata en competencia con las izquierdas sino con un programa liberal en competencia con el PP y el PDCat. Es la primera buena noticia que reciben los socialistas desde que empez¨® su declive electoral.
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