La Barcelona que se aleja del estereotipo
Una exposici¨®n del Museo Etnol¨®gico interpela al visitante a una interpretaci¨®n antropol¨®gica de la ciudad
De cristales a fuera: Barcelona. Y de cristales hacia dentro: Barcelona. Como si fuera un juego, la di¨¢fana cuarta planta renovada del Museo Etnol¨®gico en la monta?a de Montju?c se ha convertido en un espacio de reflexi¨®n sobre qu¨¦ es la capital catalana, lo que representa y qu¨¦ la ha hecho y la hace una ciudad viva. Sin una sola concesi¨®n a la imagen m¨¢s estereotipada de Barcelona, aquella que retienen en sus retinas los turistas que la visitan y que, a fuerza de ser lo que m¨¢s vende, acaba conformando el ideario de los propios barceloneses por puro contagio. Se trata de una exposici¨®n sobre la ciudad que huye del discurso habitual, el del espacio p¨²blico, el m¨¢s frecuente cuando son arquitectos o urbanistas los que las organizan. Les cares de Barcelona es una visi¨®n antropol¨®gica urbana que tambi¨¦n ser¨¢ un conglomerado de experiencias que se ir¨¢n sumando. Una Barcelona conceptual pensada por el antrop¨®logo y escritor Adri¨¤ Pujol: ¡°cuando me lo propusieron, el primer impulso fue decir que no porque era evidente el riesgo de montar una oficina tur¨ªstica¡±. El resultado m¨¢s bien est¨¢ en las ant¨ªpodas de ello. Un carro lleno de tubos de hierro y chatarra¡ªde los que empujan a diario decenas de inmigrantes¡ª un top manta lleno de gafas y una bici del bicing son tres de los elementos de la muestra que casan a la perfecci¨®n con el d¨ªa a d¨ªa de la ciudad pero se alejan de lo que se ¡°vende¡± de ella.
Lo primero que sorprende es la entrada: una gran pantalla que refleja el traj¨ªn de la ciudad y, sobre todo, el ruido y cierto caos. ¡°Tampoco fue f¨¢cil el v¨ªdeo porque la primera propuesta que nos entregaron era la t¨ªpica visi¨®n tur¨ªstica de una ciudad en la que solo hab¨ªa edificios y vistas, sin personas. Pod¨ªa ser perfectamente promocional¡±, cuenta Pujol. Hay c¨®digos comunes a todas las ciudades ¡ªun sem¨¢foro, una se?al lum¨ªnica de una farmacia ¡ª porque en ellas vive la mayor parte de la poblaci¨®n del mundo: un 80%.
Los letreros y carteler¨ªa de todo tipo ¡ªpublicidad, reivindicaciones, campa?as municipales como la de Barcelona posa't guapa ¡ªocupan una pared entera: ¡°es la ciudad le¨ªda como un texto. Se han hecho estudios que demuestran que en un solo d¨ªa si se suman todos los mensajes que est¨¢n en la calle equivale a un texto de cinco p¨¢ginas. De hecho, se ha comprobado que los ni?os que viven en medio urbano aprenden a leer antes¡±, a?ade el comisario.
A diferencia de otras exposiciones, no hay un recorrido establecido. La propia configuraci¨®n del espacio invita a cierto desorden.
Barcelona es una de las ciudades estudiadas internacionalmente como un modelo de buen funcionamiento y otro de los espacios refleja todo tipo de carteler¨ªa ¡ªde todos los tiempos, desde alg¨²n bando de 1961¡ª sobre la regulaci¨®n. Dedica tambi¨¦n un generoso espacio a las expresiones de protesta ¡ªno se ha librado ning¨²n alcalde ¡ª y pone el foco en el turismo y todo lo que acompa?a con una especie de bodeg¨®n de lo m¨¢s kitsch de su simbolog¨ªa. De todos los tiempos, porque en una de las mesas destaca, por ejemplo, una figurita de una azafata de congresos de la Exposici¨®n Universal de 1929 que podr¨ªa confundirse con una agente de la Guardia Civil.
La reflexi¨®n m¨¢s personal de lo que es Barcelona la dan 28 ciudadanos, cuyo testimonio se puede escuchar y ver en otras tantas grabaciones. Hay, como es l¨®gico, de todo. Una de las que m¨¢s destaca es la de un barcelon¨¦s ¡ªque actualmente vive en un albergue por haberse quedado sin trabajo y recursos¡ª que pese a su dif¨ªcil situaci¨®n dice que Barcelona ¡°es mi vida¡±.
Gran parte de los documentos y objetos que conforman la muestra han salido de los fondos del Etnol¨®gico. De la sala que ocupa la exposici¨®n han desaparecido las vitrinas originales ¡ªde 1973¡ª de todas las paredes: ¡°No ten¨ªan sentido, hipotecaban cualquier intervenci¨®n y la soluci¨®n por la que hemos optado, es, como todo el museo, austera¡±, subraya el director del centro, Josep Forn¨¦s. Adecuar el espacio ha supuesto una inversi¨®n de 115.000 euros y montar la exposici¨®n otros 95.000.
La particularidad de Les cares de Barcelona es que no tiene una fecha establecida de caducidad porque a los contenidos que ahora tiene se le sumar¨¢n otros. Algunos en forma de actividades, como un encuentro de blogeros que tratan sobre la ciudad, la organizaci¨®n de itinerarios antropol¨®gicos y di¨¢logos. Lo resume Oriol Pascual, encargado de esas actividades: ¡° m¨¢s que una exposici¨®n al uso es un work in progress¡±.
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