A un kil¨®metro del cielo
Un mes despu¨¦s de llegar al Everest, el equipo liderado por Alex Txikon descansa en el Campo Base tras haber alcanzado los 7.800 metros
1.048 metros. Unos diez minutos caminando a paso normal. Es lo que separa a Alex Txikon de la cima del Everest. Un kil¨®metro donde la meta es la del mundo y el camino, casi una quimera. El alpinista vasco descansa estos d¨ªas en el Campo Base despu¨¦s de haber ascendido y equipado hasta casi el Campo 4. Aprovechando la ventana de mal tiempo, la expedici¨®n aguarda, reflexiona, se prepara para un ataque a cumbre hist¨®rico.
"Se hace duro. ?Si os contara el d¨ªa de hoy! Nos pega una ventisca tremenda. Me he levantado a las ocho de la ma?ana, he salido de mi tienda para meterme en otra, donde pasamos las horas. El term¨®metro no ha subido de los 12 o 14 grados bajo cero. Sigo aqu¨ª como un cubito. No he podido caminar nada en todo el d¨ªa. Hace mucho viento, no puedes salir sin congelarte. Desayunas, comes, cenas... Yo le doy vueltas a la cabeza, estoy siempre pensando. Apenas tienes tiempo para disfrutar, pero hay buen ambiente entre todos y eso ayuda a pasar los malos momentos".
Contactamos con Alex en su tienda. "Mi casa", dice. As¨ª es un d¨ªa en el Campo Base del Everest en invierno. Y matiza: "No es el fr¨ªo la ¨²nica diferencia de vivir la monta?a en esta ¨¦poca. Te enfrentas a ella en su estado m¨¢s puro, m¨¢s salvaje. Hay una soledad tremenda en el ambiente".
En su memoria y sus piernas, algo m¨¢s de un mes de aventura que comenz¨® el pasado diciembre: hollar el Everest en invierno sin ox¨ªgeno artificial. Con el despegue desde Bilbao comenz¨® una carrera de fondo a la que ¨¦l y su equipo han arrancado ya unas cuantas p¨¢ginas.
Primera etapa. La cascada del Khumbu. Rumbo al Campo 1, la zona m¨¢s complicada, donde el glaciar se fragmenta en seracs, bloques de hielo agrietados e irregulares, generalmente de corte vertical e inestables por naturaleza. Alex y su equipo la equipan en tan solo seis d¨ªas: "Tuvimos que cargar con m¨¢s de 30 kilos de material. Cada uno llevaba 400 metros de cuerda, escaleras... Subimos diez personas e ¨ªbamos rotando para descansar. Fue muy laborioso. En esta zona, meterse dentro ya da miedo. Al menos a m¨ª".
Segunda etapa. Primer contratiempo. Alcanzado el Campo 2, la expedici¨®n no se detiene. Sigue sumando trabajo y comi¨¦ndose los metros. Pero Carlos Rubio -que en el plan inicial acompa?ar¨ªa a Alex en el ataque a cumbre- comienza a sentirse mal y tiene que ser evacuado al hospital de Katmand¨² debido a una infecci¨®n pulmonar. "Cuando o¨ªmos el helic¨®ptero no d¨¢bamos cr¨¦dito. Fue una maniobra peligros¨ªsima, a 6400 metros de altitud".
Tercera etapa. Los peores momentos. Un grupo a¨²n m¨¢s reducido sale desde el Campo 3 hacia arriba para seguir equipando. "No hab¨ªa salido el sol y est¨¢bamos e unos 30-35 grados bajo cero. Con el viento, la sensaci¨®n t¨¦rmica era de 40-45. Llev¨¢bamos la aclimataci¨®n justa, mucho peso encima y la zona era t¨¦cnicamente muy dif¨ªcil. Fue insoportable". Pensaron que apenas podr¨ªan dar unos cuantos pasos antes de darse la vuelta, pero llegan a las inmediaciones del Campo 4. "Sobrepasamos las bandas amarillas, con lo que estuvimos muy, muy arriba, a unos 7800 metros".
Cuarta etapa. Vuelta a casa. Comienzan a descender r¨¢pidamente. "Rapelamos por las cuerdas fijas con un dolor tremendo en los gemelos y los dedos de los pies". No se detienen. Y cuando ya avistan el Campo Base, la peligrosa cascada del Khumbu les saluda derrumbada. "No hab¨ªa rostros muy positivos. Algunos quer¨ªan volver a subir. Yo me at¨¦ una cuerda, me aseguraron y busqu¨¦ una salida a ese laberinto de hielo". Al alcanzar el Campo Base, alegr¨ªa y miedo. "Tard¨¦ m¨¢s de 24 horas en quitarme los calcetines. No me atrev¨ªa. Ten¨ªa miedo a verme los pies, pensando que pudieran estar congelados. Ahora estoy bien, pero el dolor era tan intenso que tem¨ªa que todo acabara ah¨ª".
Quinta etapa. La espera, los d¨ªas de mal tiempo. Las dudas. "Si subir a aclimatar otra vez, si tirar a la cumbre, si esperar... Ya veremos. De momento, a disfrutar de lo que hemos conseguido, de este paisaje desolador, solitario pero maravilloso".
Sexta etapa. El ataque a cumbre.
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