Historia de las disputas de Barcelona
En Estudios de la c¨¢bala en Catalu?a, publicado por Alpha Decay, Moshe Idel describe a la Barcelona del siglo XIII como el escenario crucial de una intensa vida cultural protagonizada por franciscanos, c¨¢taros y cabalistas
La historia de las ciudades podr¨ªa escribirse con la relaci¨®n de las controversias que han albergado. El inventario de las querellas entabladas en sus foros intelectuales nos ayudar¨ªa a comprender la atracci¨®n que ejerci¨® la ciudad. Y conociendo el motivo de aquellas discusiones, y la personalidad de sus polemistas, sabr¨ªamos c¨®mo han nacido las ideas y en qu¨¦ calles y plazas se ha elaborado su influencia.
En Estudios de la c¨¢bala en Catalu?a, publicado por Alpha Decay, Moshe Idel describe a la Barcelona del siglo XIII como el escenario crucial de una intensa vida cultural protagonizada por franciscanos, c¨¢taros y cabalistas. Imbuidos en una vivaz indagaci¨®n y en los complejos procesos de adquirir, adaptar o rechazar el conocimiento que llevaban a la ciudad. La sofisticaci¨®n con que interpretaban las inc¨®gnitas de la teolog¨ªa, la filosof¨ªa y la m¨ªstica dieron forma a una peculiar manera de entender las artes del pensamiento esot¨¦rico.
Moshe Idel, titular de la C¨¢tedra Max Cooper de Pensamiento Jud¨ªo, especialista en la C¨¢bala y ¡°heredero¡± de Gershom Sholem, se extiende en este volumen contando la fascinante historia de la disputa que mantuvieron en Barcelona dos obstinados c¨ªrculos de intelectuales jud¨ªos. Los disc¨ªpulos de Najm¨¢nides y los seguidores de Abulafia.
Para calibrar la delicadeza de sus discusiones eruditas y la violencia verbal con que condenaban las proposiciones adversas, hay que considerar la sutileza, a veces inaprensible, de sus investigaciones m¨ªsticas. Los cabalistas de la Provenza hab¨ªan ense?ado a los cabalistas de Girona y ¨¦stos a los de Barcelona a cartografiar la estructura del reino divino. En sus tratados se aventuraba la topograf¨ªa del reverso del mundo, del otro lado o del m¨¢s all¨¢. Y no hab¨ªa trazo que no fuera fruto de una inteligente conjetura.
Los partidarios de Najm¨¢nides, seguidores de la llamada c¨¢bala teos¨®fica, se sujetaban a los dictados de la tradici¨®n inaugurada por los redactores del Pentateuco. Los disc¨ªpulos de Abulafia incorporaron a sus estudios las revelaciones de una innovadora c¨¢bala ling¨¹¨ªstica, una ciencia de la combinaci¨®n de las letras.
En sus respectivas interpretaciones cada c¨ªrculo encontraba motivos para una incansable y mutua impugnaci¨®n. Pero seg¨²n cuenta Idel, la causa central de su enemistad se encuentra en el modo con que ambas escuelas conceb¨ªan los l¨ªmites pedag¨®gicos del secreto. Najm¨¢nides era un discret¨ªsimo guardi¨¢n del legado b¨ªblico y consideraba peligrosa la tentaci¨®n de compartir el conocimiento susurrado por Mois¨¦s. Abulafia era el portador de una innovadora c¨¢bala y partidario de ense?ar a descifrar los misterios heredados.
De este modo, en la disputa de Barcelona se confrontaban dos ilustres cabalistas y dos maneras de entender la dimensi¨®n aristocr¨¢tica del saber. Desde la perspectiva prof¨¦tica y mesi¨¢nica de Abulafia urg¨ªa diseminar el conocimiento por el mundo. Para el conservador Najm¨¢nides, es mejor respetar la pausa de la tradici¨®n y reservar la ense?anza a unos pocos disc¨ªpulos elegidos.
Aunque las dos escuelas comparten el triple aspecto del secreto ¡ªel presentimiento sublime de lo incognoscible, aquello que puede saberse pero no contarse, y el que se transmite s¨®lo bajo juramento de discreci¨®n¡ª, su disputa fue trascendente. Todo en la c¨¢bala hab¨ªa sido pensado bajo la tensi¨®n del decir y mostrar, hablar y callar, ense?ar o negar, ocultar o desvelar, y la conciencia de esta doble obligaci¨®n explica la convulsi¨®n intelectual y moral provocada en Barcelona cuando el zaragozano Abraham Abulafia regres¨® con su revelaci¨®n de un largo viaje por oriente.
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