McEwan ve en el ¡®Brexit¡¯ reflejos del III Reich y del terror de Robespierre
El escritor ingl¨¦s retrata el desorden del neocapitalismo a partir de la voz de un feto en ¡®C¨¢scara de nuez¡¯
Ante los ataques a los modelos sociales abiertos y democr¨¢ticos que impone el neocapitalismo ultraliberal, ?qu¨¦ sentimos?, se pregunta el escritor ingl¨¦s Ian McEwan. ¡°Impotencia: nos cuesta como individuos influir en los acontecimientos y en su comprensi¨®n, dudamos; eso es caracter¨ªstico de Hamlet y de mi protagonista, por eso le hago hablar desde un ¨²tero: no puede influir en los acontecimientos, s¨®lo observa¡±, asegura. Y as¨ª justifica la g¨¦nesis de C¨¢scara de nuez, la ya 16? obra que le publica en Espa?a Anagrama (castellano y catal¨¢n).
El siempre m¨¢s literariamente arriesgado del ya m¨ªtico grupo de autores brit¨¢nicos que la revista Granta encumbr¨® hace casi un cuarto de siglo, en un dream team con, entre otros, Martin Amis, Julian Barnes Jonathan Coe o Graham Swift (¡°nunca me he considerado as¨ª; fue fruto del azar de nacer todos en los a?os 40 y tener lecturas comunes; no compartimos corriente est¨¦tica alguna¡±, aclara), ha vuelto a dar un triple salto. El recurso a la voz intrauterina a lo Tristram Shandy de Lawrence Sterne resuena aqu¨ª en la historia de una mujer embarazada que planea junto a su cu?ado, con el que mantiene una relaci¨®n, matar a su marido para heredar una mansi¨®n. El feto reflexionar¨¢ o har¨¢ de notario de ese desorden natural de las cosas en que naufraga el ser humano en estos tiempos.
¡°Hamlet y casi todos mueren en la obra de Shakespeare, por lo que s¨®lo queda el silencio; mi protagonista nacer¨¢ para intentar interrumpir as¨ª los acontecimientos y buscar un sentido a la vida porque el resto es todo caos¡ Y esa es la esencia que ha de buscar todo artista frente al desorden que nos rodea¡±, opina quien al empezar a escribir esa obra estaba releyendo su querido Hamlet, ¡°paradigma del hombre moderno, cargado de dudas y que se interroga siempre¡±.
McEwan (Aldershot, 1948), que la noche del jueves mantuvo una charla sobre el libro ante 500 personas en el marco del festival Kosm¨®polis en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona, parece tambi¨¦n cuestionarse constantemente a s¨ª mismo, en una trayectoria tan excelsa como desconcertante para sus lectores, que puede ir de un Amor perdurable o Expiaci¨®n, a esta C¨¢scara de nuez. ¡°Escribo cada novela como si fuera la primera, empiezo de cero, soy como una p¨¢gina en blanco de m¨ª mismo, como si no tuviera pasado o historia como escritor; todo empieza cada vez porque en cada obra lo saco todo de mi interior m¨¢s ¨ªntimo, es como una purga¡±, exorciza tambi¨¦n ahora tras sus delicadas gafas y su frente despejada. Hay tanto un punto fisiol¨®gico como una mutaci¨®n intelectual. ¡°Tardo un tiempo en escribir una l¨ªnea de un nuevo proyecto, me cuesta mucho empezar un libro, soy lento, y yo cambio durante ese periodo: mis intereses son diferentes y me encanta sorprenderme a m¨ª mismo como autor y como lector¡±. Y avisa: ¡°La novela que estoy haciendo ahora est¨¢ a a?os luz de lo que pienso en esta¡±.
El feto escucha las noticias que su madre oye por la BBC, lo que permite a McEwan m¨¢s de una referencia a la agobiante actualidad, como el tema de los refugiados. ¡°Es una prueba muy dura para Europa, cuyo comportamiento no ha sido ejemplar; deber¨ªamos aceptar m¨¢s gente: Inglaterra, por ejemplo, s¨®lo acoger¨¢ 20.000 en cinco a?os; y, claro, dedicar m¨¢s millones de euros a acogerlos en condiciones de sostenibilidad e integraci¨®n; lo inquietante es que la extrema derecha europea est¨¢ con ello fertilizando un campo racista ya de por s¨ª abonado¡±.
Ni que decir que el escritor, que ahora trabaja en el guion para adaptar dos de sus novelas al cine, Chesil Beach y La ley del menor, es radicalmente contrario al Brexit, sobre el que mantiene posturas muy claras y duras: ¡°16 millones de ingleses estaban por quedarse en la UE y 17 millones, por irse, pero existe un peque?o grupo pol¨ªtico muy en¨¦rgico, de impacientes y opacos, que llevan el proceso y hablan no como la mitad del pueblo ingl¨¦s sino como si fueran todo el pueblo; es grave tambi¨¦n porque Gran Breta?a funciona a partir de una democracia parlamentaria y no a golpe de plebiscitos, que me recuerdan al Tercer Reich¡±. Esos pol¨ªticos, adem¨¢s, atacan a los que no piensan como ellos: ¡°Reaccionan violentamente y su brazo armado, la prensa amarilla, ha empezado a indagar en las vidas de jueces que defend¨ªan que el Brexit podr¨ªa comportar la p¨¦rdida de derechos humanos para ver si son homosexuales o cosas as¨ª; recuerda a la ¨¦poca del terror de la Revoluci¨®n francesa y Robespierre¡ el aire est¨¢ muy viciado en mi pa¨ªs¡±, resume.
Ve el autor de Primer amor, ¨²ltimos ritos, que los refugiados son, en realidad, corolario del terror del 11-S: ¡°A¨²n vivimos en ese cap¨ªtulo, muy largo, por sus efectos: se escribieron libros muy r¨¢pidos que no eran tanto literatura como cr¨®nicas o reportajes; excepto monstruos como Tolstoi, o Anthony Trollope, una novela no puede abarcar un mundo, s¨®lo puede abordar el sistema desde un individuo o una familia; hoy los escritores hemos abandonado esa opci¨®n quiz¨¢ porque somos ya una sociedad muy fragmentada para poder abordar una cosmovisi¨®n as¨ª¡±.
Lo que da mayor p¨¢nico al feto es, curiosamente, que la actitud criminal de su madre no se traduzca en ¨¦l en la imposibilidad de acceder a la cultura seg¨²n la familia de adopci¨®n que lo acogiese. ¡°Cuando hablamos de pobreza siempre lo traducimos en dinero; pero esa pobreza comporta tambi¨¦n no tener ni soledad ni silencio: ser pobre suele implicar vivir sin espacio, todos hacinados, la tele siempre funcionando¡ Y requieres soledad y silencio para extraer uno de los mayores lujos al que podemos acceder: el sentido a la vida¡±. McEwan, pues, como lujo.
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