La Generalitat valenciana inicia la reversi¨®n de la sanidad privatizada

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La Generalitat valenciana ha iniciado la reversi¨®n de la sanidad privatizada. El Gobierno que preside el socialista Ximo Puig ha remitido dos cartas a Ribera Salud comunic¨¢ndole que ha activado el protocolo para que el ¨¢rea sanitaria de Alzira, la primera que adopt¨® este modelo, en 1999, y en la que viven 247.300 personas, vuelva a ser de gesti¨®n p¨²blica.

El proceso de reversi¨®n durar¨¢ un a?o y se har¨¢ efectiva el 1 de abril de 2018. Durante ese tiempo, seg¨²n consta en las instrucciones que ha transmitido la Generalitat a la empresa Ribera Salud, la concesionaria, que ha anunciado que recurrir¨¢ a los tribunales, no podr¨¢ tomar ninguna decisi¨®n relevante sin contar con el visto bueno de la Administraci¨®n auton¨®mica.

La empresa que gestiona el ¨¢rea de Salud de la comarca de La Ribera no podr¨¢ contratar o despedir empleados, nombrar directivos, incluidos los jefes de servicio, adquirir suministros o enajenar bienes sin la autorizaci¨®n de la Generalitat. Deber¨¢, adem¨¢s, informar al Gobierno valenciano al detalle en el plazo de un mes de su estructura organizativa, de personal y de funcionamiento, as¨ª como de sus propiedades.

"Una vez esta consejer¨ªa cuente con la informaci¨®n requerida, se valorar¨¢ la conveniencia de desplazar al departamento de La Ribera a los t¨¦cnicos que se considere necesarios para realizar las verificaciones y comprobaciones oportunas", se?alan las misivas a las que ha tenido acceso EL PA?S.

La compa?¨ªa ha adelantado en un comunicado que recurrir¨¢ la decisi¨®n, que ha considerado "ideol¨®gica" y adoptada sin tener en cuenta las alegaciones que present¨® al expediente iniciado por la Consejer¨ªa de Sanidad para decidir sobre la pr¨®rroga del contrato. Desde su punto de vista, ello supone que el expediente respondi¨® "a un intento de dar apariencia jur¨ªdica a una decisi¨®n previamente tomada".

La concesi¨®n de Ribera Salud en el hospital de Alzira y su ¨¢rea de salud concluye el a?o que viene, y, como hab¨ªa anunciado, el Ejecutivo valenciano inicia el protocolo previsto para revertirla. El Gobierno de Puig ha adelantado su intenci¨®n de hacer lo mismo, conforme los contratos en vigor vayan venciendo, con los otros cuatro departamentos sanitarios que ahora tienen gesti¨®n privada y abarcan al 20% de la poblaci¨®n valenciana, en torno a un mill¨®n de personas.

El conocido como modelo Alzira fue impulsado por la Generalitat en la etapa del entonces presidente Eduardo Zaplana, del PP, y sus sucesores, especialmente Francisco Camps, ahondaron en el mismo.

Ribera Salud fue propiedad inicialmente de las cajas de ahorros valencianas CAM, Bancaja y Caixa Carlet, que montaron el negocio a instancias de la Generalitat. Despu¨¦s fue cambiando de manos y ahora los due?os de la compa?¨ªa, que tambi¨¦n gestiona servicios sanitarios en Madrid (an¨¢lisis cl¨ªnicos) y Per¨², son Banco Sabadell y la aseguradora norteamericana Centene.

La empresa sanitaria afronta, por otro lado, problemas judiciales. Un juzgado investiga el funcionamiento de su central de compras B2B, a trav¨¦s de la cual consigue descuentos que podr¨ªan ser ilegales.

Menor gasto

Ribera Salud defiende su modelo de gesti¨®n sanitaria con los argumentos de que su gasto por habitante es un 25% inferior y sus listas de espera alcanzan en torno a los "40 d¨ªas frente a los 127 de la Consejer¨ªa de Sanidad¡±.

El Gobierno valenciano acepta que ambos par¨¢metros son mejores que los de la sanidad p¨²blica, aunque en niveles algo inferiores a los que esgrime la concesionaria. El Ejecutivo auton¨®mico a?ade, sin embargo, que el modelo Alzira tambi¨¦n genera costes adicionales. Como el hecho de que la Administraci¨®n se vea obligada a litigar con la empresa por cada contrato o actualizaci¨®n de medicamentos. As¨ª como por tener que dedicar esfuerzos a la vigilancia de posibles pr¨¢cticas inapropiadas de la empresa.

El Ejecutivo auton¨®mico considera, adem¨¢s, que la dimensi¨®n alcanzada por las concesiones, que no solo gestionan cinco hospitales sino tambi¨¦n los centros de salud de sus respectivos departamentos, impiden desarrollar una pol¨ªtica sanitaria coherente.