Hechos y cifras de la estrategia de los soberanistas catalanes

Decenas de miles de catalanes se echan a la calle contra el recorte del Estatuto. La sentencia del Tribunal Constitucional provoca la mayor manifestaci¨®n de la historia de la democracia en Catalu?a, que termina derivando en un acto independentista. El lema oficial de la manifestaci¨®n es Somos una naci¨®n, nosotros decidimos, pero predominan los carteles que reclaman la independencia. La estelada supera a la senyera, la bandera catalana. La manifestaci¨®n fue organizada por ?mnium Cultural. Su presidenta, Muriel Casals, dijo que el acto demostraba la unidad de Catalu?a contra los recortes del Constitucional. "No hay tribunal que nos tumbe".

El Congreso dice no a la consulta. Los diputados del Parlament Jordi Turull (CiU), Marta Rovira, (ERC), y Joan Herrera (ICV), presentan en las Cortes una petici¨®n para que el Estado ceda las competencias sobre referendos a la Generalitat, una v¨ªa para hacer la consulta legal. El rechazo es rotundo, pero la decisi¨®n no frena las intenciones del Gobierno catal¨¢n.

Artur Mas, candidato de Converg¨¨ncia i Uni¨® a presidir la Generalitat, afirma en su discurso de investidura que Catalu?a tiene que iniciar su "transici¨®n nacional". Mas defiende el "derecho a decidir" de Catalu?a. Habla de transici¨®n y no revoluci¨®n. Mas es investido en segunda vuelta, tres d¨ªas despu¨¦s, por 62 votos a favor, 45 en contra y las 28 abstenciones del PSC.

Un mill¨®n y medio de personas, seg¨²n la Guardia Urbana, march¨® por Barcelona reclamando la independencia. La manifestaci¨®n, organizada por una reci¨¦n nacida Asamblea Nacional Catalana, desborda las previsiones. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, que gobernaba con la promesa de un pacto fiscal, proclama que es el momento de que Catalu?a tenga estructuras de Estado.

El Gobierno catal¨¢n inaugura una nueva etapa al asumir la reivindicaci¨®n independentista tras la hist¨®rica exhibici¨®n de fuerza del independentismo durante la celebraci¨®n de la Diada. El presidente catal¨¢n considera truncada la esperanza de que Espa?a sea un Estado m¨¢s ¡°amable y respetuoso¡± con las aspiraciones del nacionalismo catal¨¢n. ¡°El camino no da m¨¢s de s¨ª. Espa?a ya hizo su transici¨®n y ahora nos toca a nosotros¡±, proclam¨® Mas relegando expresamente el pacto fiscal.

Las elecciones catalanas arrojan una mayor¨ªa de los partidos que defienden la consulta sobre la secesi¨®n,?pero suponen un varapalo para Mas. El presidente aspira a mayor¨ªa absoluta y pierde doce esca?os. La mayor¨ªa de ellos van a Esquerra Republicana, con una defensa de la secesi¨®n sin tapujos.

El Parlamento catal¨¢n aprueba un texto en el que proclama la "soberan¨ªa jur¨ªdica y pol¨ªtica del pueblo catal¨¢n". El texto, que marca el camino hacia la consulta sobre la independencia sin fijar su fecha, se aprueba por amplia mayor¨ªa con 85 votos a favor (CiU, Esquerra, Iniciativa y un diputado de la CUP), 41 en contra (PSC, Partido Popular, Ciutadans) y dos abstenciones (el resto de la CUP). En mayo de ese a?o el Tribunal Constitucional la suspende la declaraci¨®n de soberan¨ªa del Parlament. El Alto Tribunal sentencia que la proclamaci¨®n de Catalu?a como "sujeto soberano" es ilegal, aunque acepta que el concepto del "derecho a decidir" puede tener encaje en la Constituci¨®n.

Mas crea el Consejo Asesor de la Transici¨®n Nacional, encargado de dise?ar el Estado catal¨¢n. El ente, presidido por el magistrado Carles Viver Pi-Sunyer, redacta 18 informes sobre c¨®mo debe ser la Catalu?a independiente.

Segunda gran manifestaci¨®n independentista: una cadena humana cruza Catalu?a de punta a punta, cubriendo 400 kil¨®metros de recorrido. La exigencia de los manifestantes era que los partidos favorables al derecho a decidir llegasen a un acuerdo para fijar una fecha y una pregunta para la consulta. Los intentos de Mas y de Rajoy para encontrar una salida al conflicto -a finales de agosto se hab¨ªan reunido en secreto- quedan en agua de borrajas. Tampoco las advertencias de la UE, que avisa de que una Catalu?a independiente quedar¨ªa fuera de la Uni¨®n, frenan al independentismo.

Tras meses de negociaciones, CiU, Esquerra, Iniciativa y la CUP pactan que la consulta sea el 9 de noviembre de 2014 con dos preguntas: ?Quiere que Catalu?a se convierta en un Estado? S¨ª o no¡±. A continuaci¨®n, y en caso afirmativo, ¡°?Quiere que este Estado sea independiente? S¨ª o no¡±. El PP y el PSOE responden que la consulta no se har¨¢ porque es inconstitucional.

Las dudas sobre la celebraci¨®n de la consulta marcan la Diada, que por tercer a?o consecutivo se convierte en un clamor independentista. Esta vez, una manifestaci¨®n en forma de V cruza las dos principales arterias de Barcelona, con centenares de miles de personas que reclaman a Mas que organice el 9-N diga lo que diga el Tribunal Constitucional. La demanda la resume la presidenta de la ANC, Carme Forcadell, en una frase: "President, ponga las urnas".

Junts pel S¨ª y la CUP aprueban en el Parlament las conclusiones de la comisi¨®n de estudio del Proceso Constituyente, que marcan los pasos a dar para declarar la independencia y abren la puerta a la convocatoria de un refer¨¦ndum unilateral. El Tribunal Constitucional hab¨ªa vetado la votaci¨®n, lo que abre un juicio contra la presidenta del Parlament, Carme Forcadell.

Mas convoca la consulta soberanista para el 9-N, firmando el decreto que da luz verde a preguntar sobre la independencia. El Parlament hab¨ªa aprobado d¨ªas antes la ley de consultas, con el que la Generalitat quer¨ªa dar amparo legal al texto. El Constitucional tarda dos d¨ªas en suspender la consulta por unanimidad pero Mas, forzado por sus socios, decide seguir adelante.

Tras semanas de incertidumbre, en el que la Generalitat renuncia a buscar amparo legal a la consulta y opta por un "proceso participativo" con ayuda de voluntarios, Catalu?a celebra la votaci¨®n soberanista, con una participaci¨®n del 33%. De los 2,3 millones que votan, 1,8 lo hacen a favor de la independencia. La Generalitat celebra la jornada como un ¨¦xito.

Mas convoca elecciones para el 27 de septiembre, en un nuevo adelanto electoral. Su objetivo es que los comicios se conviertan en un plebiscito sobre la independencia. Tras semanas de rifirrafe con ERC, enrarecidas por el caso Pujol, CiU y los republicanos pactan ir por separado, aunque con un programa com¨²n. El debate desgasta las opciones de Oriol Junqueras para hacer el sorpasso a Mas.

Las elecciones municipales suponen un jarro de agua fr¨ªa para CiU y Esquerra. La federaci¨®n nacionalista pierde la alcald¨ªa de Barcelona frente a Barcelona en Com¨², la nueva formaci¨®n de Ada Colau, y ERC se queda muy lejos de ser alternativa. El discurso social vence al soberanista en los comicios.

Converg¨¨ncia y Uni¨® rompe su matrimonio pol¨ªtico tras 37 a?os de relaci¨®n. El avance del proceso soberanista fuerza la ruptura, que conlleva la salida de los consejeros democristianos del Gobierno catal¨¢n. Mas celebra que, con la marcha de los cargos de Uni¨®, el Ejecutivo sea plenamente independentista.

Junts pel S¨ª, la coalici¨®n de CDC y ERC, vence las elecciones, aunque no obtiene la mayor¨ªa absoluta. El independentismo gana en esca?os (con la CUP suman 72 diputados, cuando la mayor¨ªa se fija en 68), pero no en votos. Pese a ello, Junts pel S¨ª y la CUP se ven legimitados para seguir adelante con el proceso, con un escollo: la formaci¨®n anticapitalista quiere la renuncia de Mas. Ambas formaciones se ponen a negociar la hoja de ruta independentista y el plan social antes de abordar la investidura.

Carles Puigdemont es investido con su promesa de ser el presidente que conducir¨¢ a Catalu?a ¡°de la postautonom¨ªa a la independencia¡±. Su investidura supone la supervivencia de la coalici¨®n Junts pel S¨ª y la derrota de Artur Mas, que se resigna a dejar la Presidencia por la oposici¨®n de la CUP, que lo env¨ªa a la ¡°papelera de la historia¡±. Su programa de gobierno tiene un objetivo: la convocatoria de unas elecciones constituyentes tras las que se redactar¨¢ una Constituci¨®n y se declarar¨ªa la independencia de Catalu?a. No juega ning¨²n papel en la confecci¨®n del Ejecutivo, pactado por Mas y el que ser¨¢ el vicepresidente de la Generalitat, el republicano Oriol Junqueras.

Se produce el primer gran choque con la CUP, que se niega a aprobar los Presupuestos de la Generalitat. Puigdemont es v¨ªctima de los anticapitalistas, pero tambi¨¦n de su partido, que se niega a aceptar el preacuerdo entre el presidente y la formaci¨®n antisistema, al considerar que hay excesivas concesiones. Ante esa negativa, Puigdemont re¨²ne en la C¨¢mara a su grupo parlamentario y sus consejeros y les avanza su decisi¨®n: jugar la continuidad de la legislatura a una cuesti¨®n de confianza tras el verano. Gana tiempo y traslada la presi¨®n sobre el futuro del proceso a la CUP.

Con motivo de la Diada y en el habitual encuentro con periodistas de medios de comunicaci¨®n extranjeros presentes en Espa?a, el presidente de la Generalitat muestra su disponibilidad a acordar con el Gobierno central las condiciones del refer¨¦ndum. Es su apuesta por la v¨ªa escocesa, la de la consulta pactada, senda que gusta m¨¢s entre la vieja direcci¨®n de su partido.

Puigdemont gana a medias. La CUP salva su cabeza y la continuidad del Gobierno, pero se niega a comprometerse a aprobar los Presupuestos de 2017, que desde Junts pel S¨ª hab¨ªan marcado como un punto ineludible en el debate. A cambio del apoyo anticapitalista, Puigdemont se compromete a convocar un refer¨¦ndum vinculante en septiembre de 2017.

Puigdemont lo hab¨ªa dicho desde el primer d¨ªa: su cargo durar¨ªa lo que el actual mandato, no m¨¢s. La direcci¨®n de su partido, el PDECat, no obstante, intenta que cambie de opini¨®n. El presidente de la Generalitat anuncia en p¨²blico su intenci¨®n de no continuar en el partido y abre el debate sobre su relevo, que la formaci¨®n intenta aplacar bajo el argumento que el objetivo es el refer¨¦ndum.