El Calder catal¨¢n
El Espai Volart acoge una exposici¨®n con treinta piezas y artefactos de Mois¨¨s Vill¨¨lia
El artista Mois¨¨s Vill¨¨lia (Barcelona, 1928-1994) descubri¨® el bamb¨² en 1956, un material d¨²ctil que le abri¨® un abanico de posibilidades enorme, tras inventar un nuevo lenguaje lleno de piezas livianas lejos de la tradici¨®n de las pesadas figuras de hierro y piedra. Sus piezas, sobre todo los m¨®viles, mantienen el ritmo lento y pausado de las imponentes ca?as de este material, enriquecido con formas geom¨¦tricas y peque?as notas de color. Siete de estas po¨¦ticas piezas creadas por el ¡°Calder catal¨¢n¡±, junto con 13 tallas de madera y una decena de telas de ara?as creadas por este literato, poeta, dise?ador industrial, pintor y, por supuesto, escultor, forman parte de la muestra Vill¨¨lia, la exposici¨®n que puede verse en dos de las salas del Espai Volart de la Fundaci¨®n Vila Casas de Barcelona hasta el 11 de junio, a falta de una exposici¨®n antol¨®gica que le dedique uno de los grandes museos catalanes, pese a que ya han pasado m¨¢s de veinte a?os de la muerte de este artista.
¡°Le gustaba trabajar con todos los materiales, incluso con los desechados por la industria¡±, explica Nahum Vill¨¨lia, hijo del artista, y comisario de la muestra junto a Gl¨°ria Bosch, directora art¨ªstica de la fundaci¨®n, durante un paseo junto las obras que forman parte de la ¨²ltima etapa creativa del artista, la comprendida entre 1977 y 1991, mientras los m¨®viles no dejan de flotar lentamente al paso con las corrientes de aire que levantan los visitantes. ¡°En Jap¨®n y en China el bamb¨² siempre se ha trabajado, pero como si fuera marfil¡±, explica Nahum.
Pero Vill¨¨lia es m¨¢s que bamb¨², y es lo que quiere reivindicar su sucesor. En un segundo ¨¢mbito se exponen tallas de madera, de pino, palisandro, cerezo o makore, todas virtuosamente talladas y la mayor¨ªa de aspecto primitivo y org¨¢nico que recuerdan a producciones del Pac¨ªfico que bien podr¨ªan exponerse en un museo de etnolog¨ªa junto a las creadas por poblaciones locales de esas zonas del mundo.
Todo este conjunto de piezas es la primera vez que se exponen. Otras las ha acabado como si fueran la preparaci¨®n de un retablo barroco, pero en vez de rematar con pan de oro las pinta y barniza. Por fin, sus telas de ara?a unas obras fundamentales en su producci¨®n art¨ªstica, sobre todo, a partir de 1959 que flotan tambi¨¦n como las primeras de bamb¨². ¡°Las m¨¢s antiguas est¨¢n realizadas con hilo y laca de u?as¡±, apunta su hijo; luego pas¨® a la pintura al ¨®leo, aunque el alambre se mantuvo siempre.
Con esta muestra el Espai Volart inaugura un nuevo espacio, una ampliaci¨®n que continuar¨¢ en los pr¨®ximos meses con una nueva planta expositiva situada a continuaci¨®n de los espacios ya abiertos.
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